A corto plazo, Planeación Distrital tiene proyectada la renovación de siete sectores de la ciudad entre los cuales figura el paseo alrededor del humedal Juan Amarillo, en el noroccidente de la ciudad. Este tipo de iniciativas son importantes para recuperar zonas y barrios deteriorados en el centro y evitar que la ciudad se extienda

DEBATE

La Bogotá del futuro

Un foro discute soluciones para hacer de la capital una ciudad viable en el quinto centenario de su fundación.

6 de septiembre de 2008

En el año 2038 Bogotá estará celebrando su quinto centenario. Si la ciudad sigue creciendo al ritmo que lo ha hecho en la década pasada, se calcula que para entonces contará con cerca de 14 millones de habitantes, el doble de los actuales. No es por aguar la fiesta pero, ¿alguien ha pensado si esta metrópoli tendrá suficiente agua para satisfacer las necesidades de esa población? ¿Y de dónde van a venir los millones de litros de leche que a diario se consumirán? ¿Cómo se movilizarán estos ciudadanos? ¿Los niveles de contaminación del aire serán tolerables? En otras palabras, ¿será Bogotá una ciudad sostenible, amable y con calidad de vida, o un caos parecido al que ya viven otras urbes como Sao Paulo o Ciudad de México?

Para muchos 2038 está lejano. Sin embargo, otros ven esa fecha a la vuelta de la esquina y por eso ya se están preparando. El foro 'Bogotá 2038' que se realizará este miércoles en el Hotel Sheraton, con el auspicio de la Alcaldía de Bogotá y SEMANA, es un espacio para anticiparse a estos problemas con miras a lograr una concertación sobre un futuro para Bogotá a largo plazo.

Este mismo ejercicio se viene haciendo en ciudades en Europa y Estados Unidos para evitar que el crecimiento poblacional se produzca de manera descontrolada y sobrepase la capacidad de su infraestructura. El experto George Hazel escribió el Reporte Megacity, patrocinado por Siemens, en donde están consignadas las principales metas que debe lograr una urbe a 30 años vista. Hazel, entre otros lineamientos, afirma que las ciudades del futuro se definirán por sus puntos de llegada, lo que pone un gran énfasis en aeropuertos y vías de acceso. También habla de que el transporte es un tema de personas y bienes, no de vehículos, "lo que muestra la necesidad de organizar el tema de la movilidad masiva", dice Alfonso Orduz, estructurador de negocios de Siemens Colombia.

Para muchos expertos las ciudades no pueden seguir creciendo como "mancha de aceite", es decir, extendiéndose y arrasando con todo lo que encuentran a su paso, desde recursos naturales hasta pueblos vecinos. Seguir ese modelo acarrea un costo enorme para la administración, que debe construir más redes viales y de servicios públicos a esas nuevas zonas. Eso es inaudito para el concejal Carlos Vicente de Roux, si se tiene en cuenta que en Bogotá hay cerca de 60.000 viviendas vacías o subutilizadas, en donde "podría caber Armenia entera", dice.

Este modelo de una gran ciudad que lo concentra todo, rodeada de municipios vecinos donde habitan millones de pobres, no es viable. Para la consultora Carmenza Saldías, la solución para evitar estas desigualdades y controlar la migración de los pobres a estos centros urbanos es la ciudad-región, un esquema en el cual la capital está conectada con localidades y municipios cercanos que también ofrecen a sus habitantes oportunidades de trabajo y calidad de vida, iguales o mejores a las de la ciudad. "Si queremos que Bogotá esté divina, tenemos el reto de volver más divinas a Tunja, Ibagué y Villavicencio", afirma.

Un camino que puede solucionar muchos de los retos de Bogotá hacia 2038 es el que abrieron el alcalde Samuel Moreno y el gobernador de Cundinamarca, Andrés González, al crear la llamada Región Capital. Los dos mandatarios definieron una agenda de 24 grandes temas que deben ser solucionados en conjunto para crear la primera gran ciudad-región de Colombia. Entre esos puntos, están el saneamiento del río Bogotá, el suministro de agua, la creación de ciudades satélites y el desarrollo de la vocación productiva y exportadora. El primer tema de la agenda que está a punto de arrancar es el tren metropolitano, que deberá estar listo en 2011.

Bajo este esquema, la capital detendría su crecimiento pero estaría interconectada con la región. El paisaje sería parecido al que se ve en Europa, donde hay una ciudad, luego campo y luego otra ciudad intermedia. "Lo que se quiere evitar es ese continuo de ciudad, con cordones de miseria que no acaban y después un campo despoblado", asegura Saldías

Para evitar ese último escenario hay que cerrar la brecha entre Bogotá y los municipios vecinos al promover allí la educación, garantizar empleos, desarrollo, nuevas oportunidades de empresas y "cuidar la finca", dice. Esto no es otra cosa que modernizar el campo y mantener a una población en áreas rurales con un buen estándar de vida que garantice la alimentación de la ciudad.

Para De Roux, los límites a la expansión de Bogotá deben complementarse con una norma que permita hacer edificios más altos en ciertos sectores para aumentar la densidad, sin dejar de lado planes de renovación. "Se trata de corregir los errores del pasado", dice Óscar Molina, secretario de Planeación Distrital. Uno de esas fallas fue construir localidades grandes sin parques, colegios, supermercados, clínicas, por lo cual la gente tiene problemas de movilidad. "Las zonas del mañana deben tenerlo todo a distancias razonables para disminuir los desplazamientos", agrega.

Otra manera de hacer más eficiente el transporte es terminar "el romance de los bogotanos con el vehículo", como dice De Roux. Para esto Bogotá debe ofrecer sistemas de transporte masivos multimodales, que incluyan tanto tren de cercanías como metro y TransMilenio y que incentiven usar bicicletas. Los vehículos de transporte público, así como taxis y colectivos, según Lucio Rubio, director general de Endesa en Colombia, deberían andar con electricidad, que además de no producir emisiones de CO2, es una energía al alcance de todos.

Además del aire, el otro gran interrogante es el agua. Para el ex ministro del Medio Ambiente Juan Mayr es necesario cuidar y extender las reservas naturales de los páramos de Chingaza y Sumapaz. En el mismo grado de importancia está preservar las aguas subterráneas y recuperar el río Bogotá, así como darles una solución a los rellenos de basuras. "Lo ideal es mantener la sabana sin urbanizarla y sin deteriorar su estructura ecológica principal, que incluye las montañas y los humedales", sostiene el ambientalista.

Para el arquitecto y urbanista Alberto Saldarriaga, sólo hay muchos planes a corto plazo y un catálogo de buenas intenciones. Nada más. Buena parte de las decisiones están en manos del gobierno pero la responsabilidad es también de "los ciudadanos que deben ser menos ingenuos y exigir más de sus gobernantes", dice. Como se ve, los retos son muchos y para enfrentarlos se requiere de un esfuerzo de todos. Aunque algunos ya están pensando la ciudad de 2038, se necesita que lo hagan muchos más.