La Cuenta de Alto Costo conmemoró esta semana su décimo aniversario con el Foro Internacional Retos para la Gestión del Riesgo | Foto: Archivo SEMANA

SALUD

La calidad de la salud es el siguiente paso del sistema

Lograr que un paciente no solo tenga acceso a la atención médica sino que esta sea de calidad es un reto para los sistemas de salud. SEMANA.COM indagó qué significa esto, cómo se mide y para qué sirve.

24 de noviembre de 2017

El sistema de salud colombiano tiene dos grandes fortalezas con respecto a otras naciones: garantiza cobertura y acceso universal. Sin embargo, estos logros son frecuentemente empañados por la pesadilla en la que se ha convertido lidiar con ese sistema. Aunque todas las personas pueden ir al médico a que le traten cualquier enfermedad, el servicio que se presta en muchos casos no es el adecuado, ni es oportuno.

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Esta problemática está ampliamente identificada por las autoridades sanitarias del país, que tienen claro que mejorar la calidad en los procesos de atención permitiría a su vez obtener los resultados en salud deseados, es decir, la curación del paciente o mejoras en su calidad de vida. Pero lograrlo se ha convertido en una tarea complicada, explica Lizbeth Acuña, directora ejecutiva de la Cuenta de Alto Costo (CAC). “Llegar a tener una muy buena calidad en la atención depende del trabajo articulado de todos los actores del sistema, incluido el paciente”. La experta añade que si “cada uno de esos actores hiciera lo que tiene que hacer en el momento que es, no tendriamos tantas debilidades en nuestros procesos”.

Una de los principales obstáculos para llegar a un consenso sobre calidad, es que se trata de un concepto amplio que puede interpretarse y analizarse desde diferentes perspectivas: cada actor tiene una opinión sobre lo que se debe hacer y lo que no. Por ello, para la Cuenta de Alto Costo el país necesita contar con una medición confiable de la realidad actual de la calidad de la atención en salud. Proponen que esta cualidad sea medida bajo seis dimensiones: eficacia, efectividad, seguridad, eficiencia, equidad y la atención centrada en el paciente. Cuando las IPS, EPS y los mismos pacientes evalúan el servicio bajo estos parámetros se aseguran esos resultado deseados.

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Según Acuña, la CAC ya hizo un ensayo en el que puso a prueba esta metodología. “Hicimos un ejercicio preliminar en cáncer de mama de cómo se puede llegar a medir la calidad en unos aspectos importantes”. Esta experiencia les permitió evidenciar oportunidades de mejora en los procesos de atención. Entre los resultados, encontraron que en todas las regiones del país se presentan demoras en el diagnóstico y el inicio del tratamiento.

Esto refleja dificultades en varias de las dimensiones bajo las que se podría evaluar la calidad como la accesibilidad, la equidad y la eficiencia, además de brechas amplias en cuanto a cobertura. “La calidad es un indicador de desarrollo humano y si le apuntamos a hacer las cosas mejor para que la gente viva más y mejor, eso refleja que nuestro país va alcanzando un nivel de desarrollo mucho más elevado”, dice la experta.

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La Cuenta de Alto Costo conmemoró esta semana su décimo aniversario con el Foro Internacional Retos para la Gestión del Riesgo, que contó con la participación de ponentes de seis países y 350 invitados nacionales del sector salud: organismos del Gobierno, asociaciones científicas, pacientes, proveedores, prestadores, aseguradores, entre otros, quienes discutieron, además del tema de la calidad de la atención, cómo actuar para ofrecer un servicio con mayor equidad y los retos de los sistemas de salud en la actualidad.