La doble lucha

La esquizofrenia y el desorden bipolar son dos de las enfermedades mentales que más preocupan a la comunidad científica. La primera es una alteración en la forma en que una persona construye sus pensamientos y se manifiesta con alucinaciones y psicosis. La segunda es un desorden emocional que genera ciclos de euforia y de depresión. Se estima que por cada paciente al que se le detecta esquizofrenia puede haber de cinco a seis bipolares no diagnosticados. Cada vez hay más casos y el reto para la medicina es que se logren detectar a tiempo los nuevos pacientes y que reciban tratamiento integral. En un encuentro reciente realizado en Bogotá con 200 especialistas, se presentó la Asenapina, una droga de última generación para ambas condiciones. “Ayuda a mejorar los síntomas negativos de la esquizofrenia como el pensamiento autista o el bajo estado de ánimo, que no permiten a estos pacientes integrarse a la sociedad. En el caso de los bipolares, les trata los comportamientos maniáticos”, dice Juan Francisco Gálvez, psiquiatra de la Universidad Javeriana. Es importante, además, que los pacientes asistan a psicoterapia para que la esperanza de vida aumente y la incapacidad disminuya.