LA ESPERANZA ES VERDE

No sólo por problemas ecológicos, sino por conflictos sociales y políticos, los parques naturales se ven a gatas para sobrevivir

11 de enero de 1988

Cuando en el año de 1942 una comisión de expertos internacionales le recomendó al gobierno colombiano la creación de una reserva biológica en la Sierra de la Macarena, no existia el Instituto de Recursos Naturales Renovables "Inderena".

El país era otro. No sólo no existía el Inderena, sino que tampoco había guerrilla, ni narcotráfico, ni escuadrones de la muerte, ni grupos de autodefensa. Eduardo Santos era el Presidente de un país predominantemente rural y Colombia no tenía más de 10 millones de habitantes. Hoy, 43 años después, la Sierra de la Macarena, una de las formaciones geológicas más antiguas del mundo, es considerada una especie de arca de Noé por la cantidad de especies únicas que posee y por la concentración de éstas en su millón 135.350 hectáreas. Es una Reserva Natural, creada por ley de la República, pero es también el sitio a donde confluyen los principales problemas del país. Sus límites son polvorines: al occidente se encuentra La Uribe, donde se ubica el Secretariado de las FARC; al oriente limita con la región del Guaviare, lugar de confluencia de la narco-guerrilla, y por el norte hay grandes latifundios donde no hay cabida para los colonos. Estos factores han determinado que los colonos ganen día a día territorio de este Parque Natural y que un 30% de su ecosistema se encuentre en estado de franco deterioro. El Inderena, creado en el año de 1968, con 10 cabañas de vigilancia y 15 guardabosques, se ve a gatas para repeler a los invasores.

Pero la Sierra de la Macarena no es la única reserva natural con problemas. La Sierra Nevada, otro de los 31 parques naturales colombianos, es también un espejo de la realidad nacional .

La Sierra es la montaña más alta del mundo junto a una costa, y en sus escasos 35 kilómetros, desde el pico hasta el litoral, no sólo se encuentran los ecosistemas de-todo el planeta, sino importantes recursos hídricos, donde se genera la mayor cantidad de agua para la Costa Atlántica. Es también el sitio de Colombia donde se han encontrado mayor cantidad de vestigios arqueológicos de una civilización de tipo urbano. Como Ciudad Perdida, se han hallado 350 ciudades similares.

Pero si estos atributos harian de la Sierra un lugar sagrado en cualquier parte del mundo, en el país del Sagrado Corazón ocurre lo contrario. Desde hace 10 años funciona, con aprobación del Ministerio del Trabajo, un sindicato de guaqueros con 10 mil afiliados que han llegado de las diferentes partes del país huyendo de la violencia o del desempleo, y que han hecho de las suyas con las piezas arqueológicas. Esta colonización ha hecho que los integrantes de los dos resguardos indígenas creados por el Inderena, Coguis y Arhuacos, se ubiquen en los sitios más frágiles de la Sierra y en los que resulta casi imposible habitar. Como si esto fuera poco, las plantaciones de coca y de marihuana se dan prácticamente que silvestres y tampoco falta la guerrilla: tres frentes de las FARC y uno del EPL habitan desde hace tres años en la región. Los choques de lado y lado son el pan de cada día. La guerrilla, el narcotráfico, el ejército y los grupos paramilitares se disputan el territorio.
Y para completar, periódicamente se fumiga la zona con glifosato, lo cual ha generado una agria polémica sobre las posibles consecueIlcias negativas para el equilibrio natural de la Sierra.

Si por el norte y por el oriente la situación de los parques naturales es tormentosa, por el centro no faltan rayos y centellas. A pesar de ser Colombia el país que posee el 90% de los páramos del mundo--el 10% restante lo tienen Ecuador y Venezuela--lo cual hace de su territorio uno de los más húmedos (los páramos actúan como esponjas, captan la humedad del ambiente y la convierten en gotas de agua a través de la vegetación propia de estas regiones, musgo y fraylejón), es poco lo que se respetan sus reservas hídricas. Los campesinos talan inmisericordemente para extender la frontera agrícola y las mismas entidades del estado le pone zancadilla al Inderena impulsando el mejoramiento de razas de ganado y el cultivo de papa en las zonas de páramo.

Pero el panorama no es del todo negro. Los "cruzados verdes" en un trabajo de hormiga, vienen desarrollando una labor para proteger los pulmones del país. Uno de los logros más importantes es haber recuperado para los colombianos la isla Gorgona.
El antropólogo Carlos Uribe, jefe de la sección de Parques Naturales del Inderena, dijo a SEMANA: En este momento con un grupo de 18 personas tenemos un control absoluto sobre la isla y su plataforma submarina y a pesar de que la Dirección de Prisiones destruyó en un 70% la cárcel que funcionó allí y que debía haberse conservado por su importancia histórica nos encontramos realizando la reconstrucción de laprisión para convertirla en museo".
El Tayrona, tal vez el más conocido de los parques naturales, es visitado por unas 130 mil personas al año y, a pesar de que su principal problema lo constituye la propiedad privada (sólo un 2% del parque pertenece al Inderena), se ha ido poco a poco recuperando la zona. La Sierra de la Macarena , la Sierra Nevada, la isla Gorgona, el parque Tayrona son sólo 4 de los 31 parques naturales del país. --