Más que el dinero, los factores que determinan la satisfacción ciudadana son la salud mental y física, la familia, la autonomía y el tiempo libre, entre otros. | Foto: Archivo SEMANA

REINO UNIDO

La felicidad ni se compra ni se vende, según un estudio

Una investigación británica confirmó aquel adagio de que el dinero no siempre conduce a la felicidad. Descubrió que las zonas más ricas del Reino Unido no siempre están habitadas por las personas más felices.

22 de noviembre de 2012

Los británicos más felices se encuentran en el norte de Escocia en una pequeña área del centro de Inglaterra, Rutland, que supera en bienestar personal a otras zonas de igual riqueza, como Wokingham, al sureste del país. Así lo concluyó una investigación gubernamental que demuestra que al comparar dos zonas con niveles económicos similares, los niveles de satisfacción o felicidad no necesariamente coincidían.

Los investigadores compararon los indicadores de bienestar con los ingresos que tiene cada hogar, que se han visto reducidos a niveles de 2005 y que reflejan mejor la felicidad nacional que el PIB del país.

Con todo, son otros factores los que determinan la satisfacción ciudadana, como señalan los propios participantes en el estudio, entre ellos la salud mental y física, la familia, la autonomía o el tiempo libre.

Un total de 200.000 personas formaron parte de esta investigación, llevada a cabo por la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS) y que arrancó en abril de 2011. A todas ellas se les pidió que respondieran con un número del 0 al 10 a cuatro preguntas: "¿Está feliz con su vida actualmente?", "¿se sintió feliz ayer?", "¿se sintió preocupado ayer?" y "¿hasta qué punto cree que lo que hace en su vida merece la pena?".

El estudio fue financiada por el Gobierno británico con un presupuesto anual de 2,5 millones de euros y pretende averiguar una forma precisa de medir la felicidad y el bienestar.

David Halpern, de la Oficina del Gabinete Cabinet Office, dijo: "Parece que si puedes ver un árbol, eres más feliz. Rutland está cerca de unos lagos, así que creemos que el entorno marca la diferencia".

La crisis, no obstante, ha pasado factura a los ciudadanos británicos y, pese a que el Producto Interno Bruto del Reino Unido no ha dejado de crecer desde 2009, la satisfacción y la felicidad han ido disminuyendo.

EFE