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La lonchera ideal

Con un poco de creatividad y conocimientos mínimos en nutrición los padres pueden hacer de la lonchera un manjar para sus hijos.

19 de febrero de 2001

Durante la epoca de colegio los niños permanecen fuera de casa y lejos de la comida balanceada. Sin embargo, con cuidados mínimos y sirviéndose de los productos que existen hoy en el mercado, no es muy difícil evitar que ellos se alimenten inadecuadamente y pierdan energía cuando más la necesitan. Una mala alimentación durante la edad escolar puede traer consigo enfermedades que perjudiquen no sólo su salud sino también su rendimiento académico. Muchas veces los padres no entienden por qué su hijo pierde interés en el colegio y casi nunca consideran la malnutrición como un factor explicativo.

Las gripas, los virus y los problemas de obesidad se hacen presentes cuando los niños no reciben loncheras nutritivas sino llenas de productos de paquete, con alto contenido de grasas, preservativos, colorantes y harinas. Lo ideal es que se logre un equilibrio entre lo que les gusta comer y lo que les da los nutrientes necesarios para cumplir con su rutina escolar.



Lácteos: ¡presentes!

Hoy en día se encuentra en el mercado una gran variedad de productos lácteos que facilitan la vida de todos. Mientras que los padres no tienen que pasar más tiempo preparando loncheras los niños las abren más seguros de lo que viene para el recreo, evitando así malas sorpresas.

Leches achocolatadas para los amantes del dulce, leches de fresa y vainilla; yogures espesos con cereal, con miel, de frutas; yogures líquidos de limón, mango, maracuyá y hasta kiwi; postres de leche y frutas. En fin, son miles de alternativas que pueden hacer de la lonchera el más rico y divertido manjar. Los quesos son también una opción para satisfacer las necesidades de calcio de los niños que se encuentran en edad de crecimiento.



¿Cómo escoger?

Las loncheras dependen siempre del gusto de los niños y del tiempo que pasen en el colegio. Como es normal, un niño que asiste sólo en las mañanas podrá llevar alimentos más ligeros, por ejemplo, un lácteo y un producto energético como unas galletas, un pan o una fruta. En estos casos es importante que no se les den papas fritas, dulces, chocolates y pasteles preparados ya que los productos altos en grasas llenan el estómago más rápido y les quitan el apetito para un almuerzo nutritivo.

Para los que tienen que almorzar donde estudian hay dos opciones. La primera es comprar el almuerzo en el colegio, donde los padres pueden pagarlo con la mensualidad académica y, la segunda, requiere más tiempo pero a veces da mejores resultados. Enviarles una rica y nutritiva lonchera puede ser la solución. Los almuerzos en los colegios por lo general son buenos, pero pueden aburrir a los niños que se cansan de una misma sazón muy fácilmente. Lo ideal en estos casos es alternar los almuerzos de cafetería y las loncheras de la casa. Algunos profesionales, como la doctora Claudia Páez, dietista y nutricionista de la Universidad Javeriana, no recomiendan dar plata a los niños para que compren en las cafeterías a la hora del recreo: “En una cafetería es difícil que encuentren productos nutritivos como frutas, lácteos o cereales, pues generalmente sólo encuentran golosinas de paquete, harinas y fritos”.

La doctora Leonor Cecilia Tovar, nutricionista del Icbf, señala que las loncheras del estudiante deben contribuir a crear buenos hábitos alimenticios que perduren hasta la adultez. Una herramienta que puede resultar útil en estos casos para los padres son las guías alimentarias publicadas recientemente por el Icbf y el Ministerio de Salud. Estas se consiguen a través de los centros zonales, hospitales y EPS de todas las ciudades colombianas. En estas guías se presentan los siete grupos básicos que deben consumir los niños y las porciones de acuerdo con su edad.