Lanzamiento de la cápsula Dragon en Cabo Cañaveral, en Florida. | Foto: EFE

CIENCIA

La nueva era espacial ya es una realidad

La primera misión espacial hecha por una empresa privada da inicio a una nueva época de exploración que no solo significará millones de dólares de lucro sino enormes avances para la ciencia.

16 de octubre de 2012

El lunes despegó con éxito el primer vuelo comercial hacia el espacio. Se trata de la cápsula Falcon 9 Dragon, una nave no tripulada que llevó casi 500 kilogramos de provisiones a la Estación Espacial Internacional. El Dragon alcanzó el miércoles a la Estación, a la cual se adjuntó por medio de un brazo robótico operado por los astronautas Sunita Williams, de la NASA y el japonés Akihiko Hoshide, para entregar su carga.

“Hemos entrado a una nueva era” dijo a Semana.com el experto aeroespacial de NASA Haym Benaroya. Su entusiasmo se debe a que este es tan solo la primera de al menos 12 misiones que la compañía SpaceX, que estaba desarrollando el Dragon desde 2005, tiene contratadas con NASA.

Por primera vez desde que el hombre se planteó traspasar las fronteras de la tierra podrán las iniciativas privadas participar en la hazaña. Hasta ahora, solo los gobiernos (Estados Unidos, Rusia, Japón y la Unión Europea) habían visitado el espacio pero el vuelo de SpaceX ha cambiado la historia.

Para Humberto Campins, director del Grupo de Ciencias Espaciales y el Planetario en la Universidad del Centro de Florida, ha sido clave el apoyo del gobierno de Barack Obama en la unión entre el financiamiento público y el privado para hacer viajes más frecuentemente. “Van a reducir el costo del lanzamiento al espacio, hasta el punto de poder mandar turistas” dijo Campins a SEMANA. Esto, claro, está todavía lejos de suceder pero al menos ya se puede comenzar a proyectar.

Hasta ahora el gobierno norteamericano pagaba a Rusia por llevar a sus astronautas y provisiones al espacio. Con este contrato de 1.6 mil millones de dólares firmado entre NASA y SpaceX, los fondos del gobierno se quedarán en las empresas de su propio país, que frente a la crisis necesita apoyar toda nueva iniciativa que cree trabajos y produzca dinero.

Porque no es solo SpaceX la que quiere privatizar el espacio. Tentadas por las enormes fortunas que podrían amasar, otras empresas se han lanzado a la competencia. El gigante aeroespacial Boeing espera mandar astronautas a la Estación en 2014. Blue Origin, del fundador de Amazon, y Sierra Nevada Corp. están todavía en la fase de diseño, pero tan pronto como 2015 piensan estar en el aire. De todas ellas, solo United Launch Alliance está verdaderamente cerca de la meta, pues ya firmó un contrato con NASA para mandar astronautas en sus cohetes Atlas V.

La carrera por conquistar el espacio se está convirtiendo precisamente en eso, un juego de quién llega primero. La última tripulación que fue a la Estación Espacial Internacional dejó una bandera de Estados Unidos usada en 1981 por los tripulantes del viaje inaugural. El presidente Obama ha dicho que es literalmente un juego de capturar la bandera: el que vuelva primero a la Estación se la lleva.

Pero la industria privada no será la única beneficiada, como explica el Doctor Campins, los descubrimientos científicos también verán un auge. “La posibilidad de extraer minerales preciosos de los asteroides y la luna van a crear una actividad espacial bastante grande que beneficiará la exploración del espacio y a los habitantes de la tierra”, dice Campins, quien además proyecta “Un futuro no muy lejano donde gracias a la interacción de la ciencia y los intereses comerciales va a haber un gran avance”.