Imagen cedida por el departamento de prensa del Museo Alemán de Historia, que muestra uno de los carteles expuestos en la exposición que analiza el papel de la policía durante el nazismo. | Foto: EFE

ESTUDIO

La Policía alemana se confronta con la sombra de su pasado nazi

Un estudio de la universidad de Halle analizó las repercusiones que tuvo en la policía alemana la militancia de viejos servidores del régimen nacionalsocialista.

6 de abril de 2011

La Oficina Federal Criminal alemana (BKA, por sus siglas en alemán), presentó un estudio que investiga la sombra del pasado nazi que siguió pesando sobre la institución una vez terminada la II Guerra Mundial.

El historiador Patrick Wagner, de la Universidad de Halle, se centró en analizar las repercusiones que tuvo sobre el trabajo de la BKA la presencia en sus filas de viejos policías que habían estado a las órdenes del régimen nacionalsocialista.

Ya antes era conocido que la Policía entre 1933 y 1945 había sido una de las herramientas de represión del régimen de Hitler. También se sabía que 47 personas que ingresaron como altos funcionarios en la BKA en los años cincuenta habían militado antes en las temidas SS.

A partir de ello, Wagner se centró en las consecuencias que había tenido para el trabajo policial la presencia de esos elementos en las filas de la BKA.

El historiador sostuvo que algunos funcionarios intentaron seguir aplicando criterios criminalísticos de la época nazi, organizando acciones contra presuntas conspiraciones judías o comunistas, o bien acciones discriminatorias contra minorías como las etnias gitanas sinti y roma.

Wagner citó el ejemplo del ex miembro de las SS Theo Saevecke que ingresó en la BKA como comisario en 1952. También fue informante, tras la guerra, de los servicios secretos estadounidenses, cuyos informes revelan que el comisario "no se detendría ante nada para reprimir el movimiento comunista, al que odiaba desde los años 20".

En 1962, Saevecke fue el encargado de coordinar las medidas policiales en el llamado "caso Spiegel" en el que el director de la revista "Der Spiegel", Rudolf Augstein, fue detenido bajo acusación de revelar en sus publicaciones secretos de Estado.

Otro exnazi que terminó de comisario fue Josef Ochs, quien, tras un fallido atentado contra el canciller Konrad Adenauer en 1952, planteó la tesis de una "organización internacional" que operaría contra Alemania y detrás de la cual estarían los judíos europeos.

Según Wagner, aunque la dirigencia política puso desde el comienzo un freno a esas tendencias, en ningún momento hubo una reflexión activa sobre ello dentro de la institución.
 
EFE