LA SOMBRA DEL OLVIDO

Nuevos estudios científicos demuestran que la pérdida de la memoria con el envejecimiento no es un destino inevitable.

29 de mayo de 1995

LA ALARMA SUENA AL LLEGAR A SU casa, después de un agitado día de trabajo. Algo le dice que usted tenía una cita al final de la tarde. Alguien ha sido plantado, pero usted no recuerda quién ni en dónde. Presa de la angustia busca su agenda, pero las cosas empeoran porque usted no encuentra las gafas. En ese momento usted siente que ha envejecido. Hace 10 años, no lo habría olvidado. ¿Estaré perdiendo la memoria?, es la pregunta que surge casi al borde del pánico.
Aunque muchos olvidos son causados por el estrés, cuando es cada vez más frecuente que las llaves del carro desaparezcan; que los anteojos que se han buscado por toda la casa aparezcan dos semanas más tarde entre un florero; que el nombre de alguien a quien se conoce desde hace mucho tiempo se borre de la mente en un instante y que no se pueda recordar cuál fue la película que vio en el fin de semana, se tiende a tomar estos incidentes como una señal de avance de la edad, y aunque muchas veces causen sonrisa, detrás de ella hay una mueca de terror. Una cosa es notar una arruga o una cana y otra muy diferente es creer que las células cerebrales se están muriendo.
Pero una momentánea pérdida de memoria probablemente no sea el signo de un serio desorden mental. El decline suele empezar al finalizar los 30, pero es tan gradual que apenas se empezará a notar a los 50. A esta edad, los cambios químicos en el cerebro hacen un poco más difícil recordar, sin embargo, nuevas investigaciones prueban que una pérdida seria de la memoria no es inevitable. Estudios recientes muestran que un 20 a 30 por ciento de la gente de 80 años desempeña tan bien las pruebas de memoria como aquellos de 40 años. La pregunta es: como lo hacen?. El secreto parece estar en una estimulante actividad intelectual durante toda su vida.
Los científicos han notado que la gente que es menos educada, menos activa físicamente y menos capaz para controlar su propia vida tiende a experimentar una pérdida de memoria mayor. El axioma de 'úselo o déjelo' parece ser cierto. "Aquellos que se adaptan fácilmente a los cambios, disfrutan aprendiendo nuevas cosas y conociendo nuevos lugares, mantienen altos niveles de comprensión de lectura y fluidez verbal, tienen mayores probabilidades de conservar sus habilidades mentales en la vejez", afirma el profesor Warner Schaie, de la Universidad de Pensilvania, quien recientemente dio a conocer los resultados de un estudio que hizo un seguimiento de las habilidades mentales de 5.000 hombres y mujeres durante 25 años. Su trabajo forma parte de otros realizados por un grupo de científicos elegidos hace un tiempo por la Fundación Charles A. Dana de Estados Unidos para investigar el tema de la pérdida de la memoria y el envejecimiento, y que incluye especialistas de las universidades de Harvard, Columbia Johns Hopkins y Mount Sinai.
Aunque la memoria pareció ser un tema olvidado por mucho tiempo, en los últimos años se han dado grandes pasos. Hace dos meses, un grupo de investigadores descubrió que mientras el cerebro de los hombres procesa el lenguaje en una zona determinada, el de las mujeres lo hace en varias áreas. Pero el descubrimiento más importante data de noviembre de 1991, cuando científicos estadounidenses usaron por primera vez Imagenes de alta tecnología para captar fotografías del cerebro mientras trabajaba en tareas de recordación. Su crucial hallazgo fue que la memoria no está limitada simplemente a una o dos áreas del cerebro, tales como el hipocampo o la corteza temporal, sino que es mucho más compleja. El hipocampo -una pequeña circunvolución del lóbulo temporal del cerebro, que tiene forma de 'caballo de mar- tiene un papel especialmente importante porque es donde la nueva información es convertida en memoria, no obstante, puede ser almacenada en otra parte.


EL VALLE DEL RECUERDO
El común de la gente piensa que hay dos tipos de memoria, la de corto y la de largo plazo, llamadas también la transitoria y la permanente. Sin embargo, según una nueva teoría del neurólogo Murray Grossman, de la Universidad de Pensilvania, hay cinco clases de memoria, cada una se almacena en un área diferente del cerebro y decae en forma distinta con el paso de los años. En su orden de duración Murray las clasifica en:
* SEMANTICA: lo que las palabras y los símbolos significan es una memoria altamente perdurable, que incluso conservan algunos pacientes de Alzheimer. Y esta se puede enriquecer hasta la muerte. Se almacena en el llamado giro angular.
* IMPLICITA: quien aprende a montar en bicicleta, conducir un auto o nadar, nunca lo olvida. Estas y otras habilidades que dependen del recuerdo automático de una serie de movimientos no se olvidan, estos se mantienen en el cerebelo. Su pérdida es signo de un serio deterioro mental.
* REMOTA: esta es la que hace ganar dinero en los concursos de conocimientos. Está formada por millones de datos recolectados a través de los años y parece disminuir con la edad en la gente normal, aunque el decline podría ser simplemente un problema de interferencia en su recuperación. Cuando alguien de 60 años oye la palabra 'guerra', por ejemplo, tiene muchas más asociaciones que una de 30 que sólo ha vivido la de Vietnam o la del golfo. Entonces tiene que indagar entre muchos más datos antes de llegar a lo que aprendió en las lecciones de historia del bachillerato. Parece estar esparcida alrededor de la corteza cerebral.
* TRABAJADORA: es de extremado corto término pero permite la habilidad de mantener en mente varias cosas al mismo tiempo, como leer la correspondencia, hablar por teléfono y responder a una pregunta de otro interlocutor en forma simultánea. Por razones que aún no son claras, la gente empieza a perder esa capacidad entre los 40 y 50 años. Se localiza en la corteza prefrontal.
* EPISODICA: es creada en el hipocampo por el recuerdo de experiencias recientes -la película que usted vio la semana pasada y el nombre del cliente con quien almorzó ayer o dónde puso sus anteojos- y se reduce con el tiempo. Esta es la que más problemas acarrea. Usted recuerda como manejar su carro, pero esto no le sirve de nada si olvida dónde lo parqueó. Este tipo de memoria puede empezar a disminuir a finales de los 30, pero es tan sutil esa pérdida que mucha gente no lo nota hasta llegar a los 50, cuando ve cómo la gente más joven aprende a operar un nuevo software de computador mucho más rápidamente.

USELA O PIERDALA
El cerebro tiene 100.000 millones de neuronas, la mayoría de ellas con 100.000 o más conexiones a través de las cuales pueden enviar señales a otras. Pero al contrario de las otras células del cuerpo, las del cerebro no se dividen. Envejecen y mueren a un ritmo de 100.000 por día. Así que cuando alguien cumple los 70 años, puede haber perdido 20 por ciento de sus neuronas. Pero aunque muchas de ellas no logren transmitir las cargas eléctricas eficientemente, los 80.000 millones que permanecen son suficientes.
La memoria depende de procesos. Y aunque el cerebro no pueda producir nuevas neuronas, éstas sí pueden formar nuevas conexiones. La única condición para que esto suceda es, según los científicos, que el cerebro sea estimulado y retado. Entonces el número de rutas alternas puede ser virtualmente ilimitado. Aquellas personas que son consideradas 'muy inteligentes', lo que hacen es procesar la información muy profundamente. Ellas relacionan todo lo que perciben, con lo cual están configurando en las cadenas de neuronas 'atajos' que hacen la recolección de datos más accesible por múltiples rutas.
Pero mucha gente piensa que la memoria es automática. Y no es así. Para recordar algo, es necesario registrarlo, almacenarlo y recuperarlo. Una confusión en cualquier punto puede hacer inaccesible el más simple detalle. Y la mayoría de las veces, la información se pierdeen el primer estadio porque falla la concentración. "La mayoría de la gente piensa que la memoria es una grabadora -dice el doctor Joseph Mendels, director del instituto de la Memoria en Filadelfia-, pero las cosas no se imprimen por sí mísmas. Si queremos retener información, el primer paso es prestar atención y relacionarlo con lo que ya sabemos"
Con un poco de esfuerzo, la gente puede fortalecer su memoria sustancialmente. Si para un joven es más fácil memorizar no es solamente porque sus neuronas sean jóvenes sino también porque utiliza herramientas nemotécnicas para pasar en los exámenes (ver recuadro). Por ejemplo, para recordar los tipos de memoria, resúmalos en la sigla Sirte: Semántica, Implícita, Remota, en Trabajo y Episódica. Y esos métodos han funcionado desde los antiguos griegos. En la mayoría de las personas, sin embargo, el problema no es tanto la memoria como la actitud. "Pensar que tiene mala memoria puede llegar a ser una autoalimentada profecía" dice el doctor George Rebock de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore-. La confianza en que puede recordar algo juega un gran papel en que realmente sea capaz de hacerlo".
Finalmente, hay una historia acerca de Albert Einstein que vale la pena recordar. En una entrevista realizada en sus últimos años, un periodista le preguntó por el número telefónico de su casa. Einstein hizo una pausa y consultó su libreta de teléfonos. El reportero quedó asombrado de que el físico más grande del mundo no supiera su propio teléfono. Einstein al darse cuenta de su extrañeza señaló con el dedo su cerebro y le dijo: "Yo ahorro esto para cosas importantes".

7 CONSEJOS PARA NO OLVIDAR
1. Ejercite su cerebro: jugar cartas, hacer crucigramas o aprender un nuevo programa de computador ayuda a mantener la mente activa. Un ejercicio clásico para ejercitar la memoria consiste en elegir, cada vez que usted llega a un lugar desconocido, 10 objetos. Al dejar el lugar, trate de reconstruir mentalmente dónde estaba colocado cada uno.
2. Preste atención: la mayoría de las fallas de memoria -dónde dejó las llaves del carro o si desconectó la plancha antes de salir- se dan porque usted anda con el piloto automático y no se entera de lo que está haciendo. (Decir en voz alta "desconecto la plancha" le ayudará a recordar que lo hizo). Igualmente cuando lea o escuche a alguien, deténgase periódicamente a resumir mentalmente los aspectos más importantes. Trate de notar detalles. Mientras más claves le dé a su cerebro cuando almacena información más fácil será recordarlo.
3. Escríbalo: obviamente hacer listas y tener una agenda es vital. Pero no sólo porque usted tenga a la mano lo que debe hacer. Escribir ayuda a fijar la información en la mente. Si pierde la lista, podrá reconstruirla de memoria.
4. Imagínelo: olvidar nombres es un problema muy frecuente. Los expertos aconsejan grabar en la mente algún rasgo facial distintivo o relacionarlo con algo para hacer una asociación visual. Aunque este proceso puede parecer complicado, con la práctica se vuelve un sencillo y útil hábito.
5. Déle un significado: para hacer 'memorable' la información diaria hay varios sistemas prácticos. Hacer una sigla por ejemplo, si se trata de una lista de compras: Cima, para recordar que necesita: Café, Ingredientes, Mantequilla y Azúcar. O una analogía, por ejemplo, para recordar la placa del carro: CDP 207, usted puede analogarlo con 'Celebrar el Día Patrio el 20 de Julio'. Para recordar un teléfono relaciónelo con números que tengan algún significado para usted.
6. Practique recuperar información: si quiere asegurarse de recordar algo, sáquelo de la memoria varias veces antes de que lo necesite. Esto hará más fácil recuperar la información en el futuro. Por ejemplo, cuando parquee su carro repita varias veces que lo dejó en la sección B-35. Haga esto de nuevo a los 20 minutos, una hora o más.
Al final de la tarde, no tendrá problemas.
7. Relájese cuando la memoria falla: cuando sienta su mente en blanco no insista. Esto hará más difícil recordar algo aunque usted crea que lo tiene 'en la punta de la lengua'. En lugar de eso, trate de darle nuevas claves a su cerebro para que tome un atajo. Si se trata del nombre de un restaurante, visualice la última vez que lo visitó, o repase el alfabeto a ver si alguna letra lo ilumina. Si eso no funciona, relájese y piense en otra cosa. Seguramente en pocos minutos, cuando vuelva a intentarlo, aquel lo que bloqueó la memoria habrá desaparecido.

DONDE NACEN LOS RECUERDOS
La memoria forma una cadena en distintas áreas del cerebro, donde los cinco tipos de memoria son procesados y almacenados.
1. Semántica. Lo que significan los símbolos y las palabras es almacenado en el giro angular. Nunca se pierde y hace que usted distinga un perro de un gato.
2. Implícita. Si usted alguna vez aprendió a montar en bicicleta, conducir un carro o nadar, no lo olvidará. Está en el cerebelo.
3. Remota. Es la que gana en los concursos de conocimientos. Parece estar esparcida por la corteza cerebral.
4. Trabajadora. Permite mantener varios temas en la cabeza simultáneamente sin inmutarse. Se localiza en la corteza prefrontal.
5. Episódica. Es creada en el hipocampo por las experiencias recientes. Gracias a ella usted recuerda dónde parqueó su carro.