La televisión del futuro

La convergencia de las tecnologías está haciendo realidad el sueño de los televidentes: interactuar con el televisor.

30 de julio de 2001

Durante 50 años la televisión ha tenido que llevar a cuestas el lastre de ‘embrutecer’ a la gente. Y a simple vista así parece pues, ¿qué otra explicación se le puede dar a una tecnología que es capaz de reunir frente a una pantalla, y hasta por seis horas seguidas, a millones de personas en todo el mundo sin importar edad, sexo, credo, raza y educación? La televisión no sólo es el medio de comunicación más masivo que existe sino que se ha convertido en la principal fuente de información y entretenimiento de nuestra sociedad. Por eso no es de extrañar que desde los años 70 los académicos y estudiosos de la comunicación hablaran con insistencia de los efectos nocivos que tenía sobre el espectador, el cual era visto como un ser pasivo, pobre víctima inmisericorde de un bombardeo de mensajes del que sólo se podía escapar apagando el receptor.

Sin embargo el panorama actual no es tan desalentador como el que pintaban los críticos hace unos años. La convergencia entre diferentes tecnologías ha hecho posible que por primera vez el televidente interactúe con el televisor y pueda tomar decisiones mucho más audaces que cambiar el canal o subir el volumen.

Gracias a la televisión interactiva ahora es posible enviar y recibir correos electrónicos, chatear con los amigos, hacer compras virtuales, pedir servicios a domicilio, pagar cuentas, hacer apuestas, realizar juegos en grupo y navegar por la red desde la pantalla del televisor sin necesidad de tener una conexión a Internet.

En Estados Unidos y Europa la televisión interactiva es un servicio que ofrecen las compañías por cable y las empresas de televisión satelital, las cuales, por una cantidad extra de dinero, le entregan al suscriptor un nuevo decodificador que, junto al control remoto y un teclado especial parecido al de un computador, permiten que un televisor común y corriente se convierta en un receptor de televisión digital. Esta innovadora tecnología de transmisión transforma las imágenes y el sonido en lenguaje binario (unos y ceros). La señal digital es captada ya sea por una antena aérea, un plato satelital o enviada por cable hasta un decodificador que descompone la transmisión binaria y la transforma en una imagen televisiva con sonido. Al transmitir los programas vía digital tanto los canales como los anunciantes y los realizadores pueden ‘enriquecer’ sus productos televisivos ofreciendo otros servicios que también se pueden digitalizar.

Uno de los primeros experimentos de este tipo se llevó a cabo en noviembre de 1998 cuando Intel Corporation y el Servicio Público de Transmisión de Televisión de Estados Unidos (PBS) emitieron un documental sobre la vida y obra del arquitecto Frank Lloyd Wright. Mientras el programa salía al aire una serie de datos complementarios eran transmitidos simultáneamente como parte de la señal de televisión digital. Los receptores — en la mayoría computadores con tarjetas que podían decodificar la señal— además del documental recibieron archivos con entrevistas realizadas a Wright, visitas virtuales a sus principales edificaciones y comentarios especializados sobre su estilo arquitectónico.

Si bien la mayoría de los hogares no cuentan con un computador capaz de procesar toda esa información la gran ventaja de la televisión digital es que permite a los televidentes interactuar así sea a pequeña escala. Una persona que tenga un decodificador, por ejemplo, puede estar viendo un programa de entrevistas en el que la invitada especial es Madonna. Si el formato es interactivo es posible que la persona, durante la pausa comercial, utilice el televisor para hacer un enlace y escuchar una canción del último CD de Madonna o entrar en la página web del almacén en donde la artista compra su ropa y hacer un pedido con cargo a la tarjeta de crédito.

Según proyecciones de la empresa de consultoría Jupiter Media Metrix para 2004 las utilidades del comercio interactivo por televisión llegarán a los 8.000 millones de dólares en Europa y 5.000 millones de dólares en Estados Unidos. La razón de semejante optimismo es que las personas se sienten mucho más cómodas frente al televisor que en el computador, instrumento que sigue estando asociado con el horario laboral y no con las horas de descanso. Prueba de ello es que la gente pasa ocho veces más tiempo viendo televisión que trabajando en el computador. Sin embargo los analistas pronostican que el gran negocio no está en la venta de bienes y servicios sino en las apuestas y los juegos.

El año pasado de los 4,7 millones de suscriptores que tiene el servicio digital británico BSkyB sólo 500.000 usuarios compraron algo mientras que la mayoría de las utilidades interactivas se recibieron por apuestas, ya que cada vez que el televidente juega esa cantidad se suma a su cuenta mensual.

La televisión digital dejó de ser una historia de ciencia ficción para convertirse en una realidad y dentro de un par de años interactuar con la pantalla será algo tan normal como lo es hoy en día la televisión en color.