| Foto: Foto ilustración: Javier de la Torre - Semana

SALUD

La vitamina del sol

Recientes estudios muestran que la vitamina D prolonga la vida. Paradójicamente, los niveles de este químico en la población mundial son bajos debido, entre otras cosas, al uso de bloqueadores solares. ¿Cómo resolver el dilema?

23 de agosto de 2014

Desde hace varios años las campañas preventivas advierten a las personas que deben protegerse del sol, pues sus rayos ultravioletas generan un gran riesgo de padecer cáncer de piel. Aunque el mensaje es válido, en ocasiones ha sido llevado al extremo y muchos hoy satanizan la luz solar, se esconden de ella o se protegen con sus bloqueadores.

Y si bien esta campaña ha sido exitosa pues la conciencia de la gente frente al riesgo es alta, la falta de sol ha generado un nuevo problema: la deficiencia de vitamina D. Aunque esta puede adquirirse al consumir ciertos alimentos como aceite de hígado de bacalao, salmón, atún, margarina, yogur, yema de huevo, el 90 por ciento proviene de los rayos ultravioleta. El organismo necesita este nutriente para funcionar y mantenerse sano, sin embargo, se calcula que cerca de 1.000 millones de personas tienen niveles bajos de vitamina D y la cifra va en aumento. Por eso los expertos han señalado que esta deficiencia es una pandemia global.

Hasta hace poco la vitamina D era conocida solo por su papel para fortalecer los huesos. Pero varios estudios han demostrado que es necesaria para casi todas las funciones metabólicas: aumenta la resistencia muscular, disminuye el riesgo de desarrollar diabetes tipo I y enfermedades cardiovasculares, y ayuda a prevenir varios tipos de cáncer. También tiene propiedades antiinflamatorias y ejerce un rol neuroprotector pues “previene el alzheimer, el parkinson, la esquizofrenia, la esclerosis múltiple, la epilepsia y trastornos del estado de ánimo como la depresión”, dijo a SEMANA Alix Delgado, directora científica del Instituto Nacional de Osteoporosis, en Bogotá.

Recientemente un estudio hecho por expertos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Exeter, en el Reino Unido, reveló que la deficiencia de vitamina D está asociada con un mayor riesgo de sufrir alzheimer y otros tipos de demencia.

Otra investigación publicada en el British Medical Journal (BMJ) analizó los resultados de ocho estudios sobre la vitamina D para los cuales fueron entrevistados cerca de 26.000 adultos entre los 50 y 79 años. Se observó que los niveles de este químico variaron según el género, el país de origen y la estación del año en la que se encontraban los participantes pero la conclusión más sorprendente fue que quienes tienen deficiencia de este nutriente viven menos.

Lo paradójico es que los países del trópico, donde la radiación solar es permanente, deberían ser los menos afectados. Sin embargo, se estima que el índice de deficiencia es igual de alto al de varios países del norte debido a que la mayoría usa protector solar y pasa más tiempo en espacios interiores. Así, la luz solar es insuficiente para que los tejidos grasos del cuerpo almacenen la cantidad requerida. “Esto, sumado a la polución, el sedentarismo, la edad y las dietas inadecuadas, ha provocado esta epidemia global”, señala Delgado.

La idea no es abolir el protector solar puesto que el riesgo de cáncer de piel es real. Lo recomendable es exponer los brazos y las piernas por media hora, antes de las diez de la mañana y después de las cuatro de la tarde, dos veces a la semana. La cantidad de sol que debe recibir cada individuo depende de su complexión. Las personas de piel oscura deben recibir por lo menos 20 por ciento más de luz solar que las personas con piel más clara.

Para determinar si tiene deficiencia de vitamina D se recomienda hacerse una prueba de sangre y consultar a un especialista que evalúe la necesidad de tomar un suplemento. Además, los organismos de salud deben tomar medidas para controlar esta epidemia para lo cual se requiere revaluar las campañas preventivas contra los rayos ultravioleta, de tal modo que tengan en cuenta la nueva evidencia sobre la vitamina D.