LOS 10+

Las 10 razones por las que los colombianos renuncian a su trabajo, lista final

Una mejor oferta; imposibilidad de progreso; falta de reconocimiento; la ‘rosca’ evidente.

4 de mayo de 2012

1. Una mejor oferta
De acuerdo a las respuestas de esta convocatoria, la principal razón por la cual los colombianos renuncian a su trabajo es porque reciben una mejor oferta. Y una mejor oferta puede ser no solo en cuanto al salario, sino también en cuanto a la cercanía del lugar con el hogar, el ambiente laboral, proyección, etc. Una mejor oferta, en el sentido completo del concepto, siempre es una buena razón para renunciar.

2. Malos jefes y mal trato de los superiores

Sea como sea, el trabajo diario depende de la relación con el jefe. Es él o ella quien le asigna constantemente responsabilidades y quien le exige resultados. De esta manera, si en su labor diaria se encuentra con un individuo que no cumple con su rol como debería, todo se puede ir a la caneca.

Puede que le toque “un jefe mal preparado que cree que lo sabe todo y que además esta allí por ser recomendado” como dice Oscar Javier Munar, o bien, puede que el superior sea un auténtico déspota y abuse de su autoridad.

3. Imposibilidad de progreso

Quedar estancado puede ser una enorme razón para renunciar. Las aspiraciones de crecimiento y éxito por lo general están latentes en cualquier empleado, pero cuando sin importar las facultades de la persona no existen posibilidades reales, es mejor buscar otro camino.
 
4. Condiciones laborales

Oscar Iván Báez cuenta como era su trabajo en un callcenter: “El contrato es de prestación de servicios; se cumplen turnos de 6 u 8 horas con descansos de 15 minutos cada 2 horas; no se puede hablar con el compañero del lado; no se puede levantar del puesto; no puede navegar por internet; tampoco es permitido llevar un libro o un periódico y mucho menos tener un iPod o escuchar música. Así, el ‘agente callcenter’ se vuelve una máquina contestadora que registra las llamadas en una base de datos sin poder hacer nada mas”. Aunque existen de lejos peores condiciones labores, esta es una razón bastante común para renunciar.

5. Mal salario

Si un salario es malo o bueno debe medirse de acuerdo a la carga laboral y a el conocimiento, preparación y responsabilidad que las funciones impliquen. Así, se puede concluir fácilmente si un salario es adecuado o no. Pero como cuenta un lector, “cuando el salario es inferior a las exigencias laborales y las empresas quieren que una persona haga el trabajo de cinco por un millón” es una opción considerable renunciar.

6. Mal ambiente laboral y compañeros

Harold Castro cuenta que “tenía dos compañeras que parecían supervisoras”. Este tipo de situaciones sin duda llegan a reventar la paciencia de cualquiera, sobre todo cuando son los propios compañeros, en el mismo grado jerárquico quienes lo provocan.

La oficina o el lugar de trabajo es el sitio donde se pasa la mayor parte del día y es apenas necesario tener un buen ambiente. De lo contrario, renunciar puede ser un enorme deseo por parte de quien lo sufre.

7. La ‘rosca’ evidente

Dicen que la ‘la rosca’ no le gusta a quien no está en ella. Pero en ocasiones, cuando es demasiado evidente y descarada, no debería gustarle a nadie. Y resulta también que la ‘rosca’ puede ir en detrimento directo de los terceros, y en el momento en que esta situación limita tajantemente sus posibilidades, puede ser perjudicial seguir siendo un espectador pasivo.

8. Cansancio y monotonía

“Si Pep Guardiola Tiró la toalla, se cansó de ganarlo todo como el mejor del mundo, con un mega salario y sin tener que estar en una oficina ocho horas al día o más atado a un puesto, ¿cómo no se va a cansar uno?” dice Oscar Cruz. Pero lo que lleva al cansancio puede ser la rutina monótona de labores, que no motivan en lo absoluto para continuar levantándose todas las mañanas a trabajar.

9. Falta de reconocimiento

No siempre un buen salario puede ser la forma de reconocer un buen trabajo. Frente a la monotonía y desmotivación, que le reconozcan su labor a la persona es apenas un aliciente para seguir adelante. Y aunque cumplir con las funciones es apenas un deber, nunca sobra un espaldarazo para saber que lo que se está haciendo es lo correcto. Si esto no existe, si no se reconoce la labor de la persona, la situación puede motivar a dar un paso al costado.

10. Se acaba el contrato

Una gran parte de quienes abandonan sus empleaos lo hacen porque simplemente se les acabó. Con la lógica de mercado que rige el mundo occidental y el afán por minimizar costos de parte de las organizaciones, los contratos por prestación de servicios y a término definido abundan, de tal manera que la renuncia ya está cantada antes de comenzar a trabajar.
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