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MECÁNICA

Las lecciones que la Fórmula 1 le deja al transporte público

A primera vista, podría pensarse que reparar un auto de Fórmula Uno (F1) no tiene mucho en común con el arreglo de un tren.

Alianza BBC
Richard Westcott, BBC
3 de julio de 2013

algunas empresas de trenes y autobuses en Reino Unido han comenzado a trabajar con el equipo Williams de Fórmula Uno para que les ayuden a mejorar su servicio.

Las empresas están comprando asesoría y equipo para hacer que sus vehículos sean más confiables, algo que todos los pasajeros agradecerán.

Basta tomar como ejemplo las paradas en los pits –el lugar en que el automóvil en competencia puede hacer cambios y reparaciones o ajustes. Con sólo observar cómo trabaja ahí un equipo de F1, el fabricante de trenes Alstom asegura que ha sido capaz de reducir de dos días a cuatro horas el tiempo requerido para un trabajo de reparación.

Todo se reduce a asegurarse que se tiene la parte correcta en el lugar correcto con el ingeniero correcto en el momento adecuado. Eso es lo que los equipos en los pits de la F1 han pulido a la perfección, como puede comprobarse en la fábrica de Williams cerca a Oxford, en el Reino Unido.

Como en las carreras

Una visita al sitio para experimentar el funcionamiento de una parada en pits puede gener ansiedad. Todo en la fábrica está clínicamente limpio. El chofer se sienta en el auto, mientras que todo el equipo espera, cada uno esperando para hacer su trabajo, sin hablar.

Cuando entra el auto, apagan el motor y se tiene que frenar exactamente en el lugar indicado, o todos se ríen del conductor.

La "parada en los pits" de los trenes en el taller de Alstom en la ciudad británica de Wolverhampton tarda cuatro horas en lugar de cuatro segundos, pero es evidente lo que han aprendido de F1.

Alstom también está utilizando telemetría al estilo de la F1.

Los mecánicos de la Fórmula Uno dependen de la telemetría para ver lo que anda mal con el auto. Se trata básicamente del uso de computadoras para analizar cada pequeño detalle y dar retroalimentación a los ingenieros que se encuentran en la pista asfaltada que conecta el circuito con los boxes.

Las computadoras de los trenes de Alstom hacen lo mismo. Advierten a los ingenieros acerca de los problemas, de todo, desde problemas de frenos a un inodoro que no sirve -que suena trivial, pero es muy molesto para los pasajeros.

Todo esto significa que los mecánicos saben qué esperar aún antes de que el tren llegue para que puedan tener todo listo.

Las computadoras incluso les advierten si algo está por descomponerse, para que puedan arreglarlo aún antes de que se rompa.

Vender experiencia

Luego están los sistemas de frenado. Los autos de la F1 recogen la energía del frenado y la utilizan para alimentar al auto. Ahora Williams ha comenzado a comercializar sistemas similares que hacen lo mismo para los trenes, tranvías y autobuses.

Kirsty Andrew, de Williams, reveló que la firma obtuvo unos US$60 millones el año pasado con la venta de su conocimiento en la materia y de equipos para diferentes empresas. Un dinero que podrán reinvertir en la fabricación de automóviles más rápidos.

Andrew también habló de una caja metálica grande, azul que bien podría empezar a verse en las estaciones de ferrocarril en un futuro próximo.

Se trata de parte de un sistema que puede recoger la energía de los trenes cuando frenan al llegar a la plataforma, y luego utilizar esa energía para hacerlos salir de la estación de nuevo.

Otro de los mayores problemas de los ferrocarriles es la falta de puntualidad. Sin embargo, la mayoría de los retrasos se deben a problemas con las carrileras, las señales, con personas que se cruzan y así sucesivamente.

Pero aprendiendo de la Fórmula Uno, al menos los trenes mismos serán cada vez más confiables.