La pasión por las rosquillas es tan amplia, que hay un blog que atrae a 35.000 lectores | Foto: BBC

CURIOSIDADES

Las rosquillas se toman el mundo

El amor de Dave por las rosquillas significa que él es diferente a otras personas.

Alianza BBC
24 de octubre de 2011

"El próximo paso en la evolución", dice, "debería ser agregarle jalapeños al donut de tocino y miel maple. En teoría sería una cascada de sabores salados y dulces, con una chispa picante que explota y perdura".

Dave usualmente come dos rosquillas en una sentada y en total unos cuatro a la semana. Le gustan los tradicionales aunque a veces se aventura a probar nuevos sabores.

"Hace poco visité una tienda que tenía sabores únicos," resalta.

Lo que hace especial a Dave, sin embargo, no es que consuma rosquillas con frecuencia, pues muchas personas lo hacen.

Lo que es inusual es que él escribe un blog sobre el tema -uno que leen más de 35.000 personas.

Y el antropólogo Paul Mullins ha llevado el tema aún más lejos, pues escribió un libro entero sobre las rosquillas en el que ilustra cómo fueron introducidas a Estados Unidos por inmigrantes holandeses y cómo sirvieron a las tropas en la Primera Guerra Mundial.

Y es que alrededor del mundo pueden llamarse distinto, verse diferentes o incluso ser comidos como parte de diferentes costumbres, pero los donuts estadounidenses son claves para el amor universal que se profesa hacia esta comida.

"Son baratos, fáciles de producir y promocionar, son excepcionalmente llenadores y son una comida fabulosa para quienes viajan diariamente al trabajo", dice Mullins.

Escala industrial

A medida que crece el mercado para las rosquillas, ha crecido también su variedad, y ya se ha experimentado con muchos sabores distintos desde cuando se introdujo la receta original con mermelada y cobertura dulce.

Cada vez más supermercados estadounidenses tienen sus propias panaderías y cada vez más estadounidenses se sienten atraídos por el olor de rosquillas recién horneadas.

Hasta julio de este año, estas panaderías vendieron más de US$500 millones en rosquillas, que representa un 6.6% más que el año pasado, según la firma de consultores The Perishables Group.

Las cifras reales son probablemente mucho más grandes, pues los consultores no incluyen en sus estadísticas las grandes bolsas de donuts que los compradores encuentran en los supermercados, ni las ventas en tiendas como Walmart, pequeñas cadenas independientes o vendedores de formatos alternativos como Whole Foods o Trader Joe's.

Entonces no es de extrañar que unas seis décadas después de que se fundara, el gigante Dunkin Donuts venda unas 5.3 millones de rosquillas al día.

La cadena se ha vuelto global y tiene casi 7.000 tiendas, de las cuales más de la mitad están fuera de Estados Unidos. Vende unas 70 versiones de estas delicias dulces.

Otra de las grandes cadenas es Krispy Kreme, en el Reino Unido, que en los últimos doce meses atendió a cinco millones de clientes y les vendió, en promedio, diez rosquillas a cada uno.

Logró ganancias por US$52 millones, un incremento de 12.6% en comparación con el año anterior, y la compañía está pensando duplicar el número de sus tiendas en el Reino Unido hasta alcanzar el centenar.

Sabores a la moda

Las rosquillas son populares porque son alimentos frescos y porque tienen una variedad amplia de sabores, explica Judith Denby, la directora de mercadeo de Krispy Kreme UK.

Pero aunque Krispy Kreme vende 15 variedades de donuts en el Reino Unido, su versión glaceada original corresponde a un cuarto del total de sus ventas.

De hecho, dos tercios de la variedad están formados por "viejos favoritos", mientras el resto depende de la temporada, la ubicación geográfica o incluso qué sabores están a la moda, dice Denby.

Por eso, las rosquillas con sirope de caramelo del otoño británico fueron relegados en la primavera por uno que la compañía describió como "fabricado a la medida" y que fue lanzado en sociedad con la revista Glamour UK.

Y como estas rosquillas a la moda ayudaron a incrementar las ventas en 8%, ya se está planeando una nueva línea llamada Glamour Glaze.

Definitivamente, no se puede llegar más lejos -ni más dulce- que eso.