El primer cohete de Elon Musk, tendrá capacidad para poner en órbita 150 toneladas. Foto: Montaje SEMANA

EXPLORACIÓN ESPACIAL

Marte: Listos para abordar

El empresario Elon Musk asegura que en 2024 los primeros humanos pisarán el suelo marciano. Este es su ambicioso plan para llevarlos.

7 de octubre de 2017

La semana pasada, durante el Congreso Astronáutico Internacional en Adelaida, Australia, Elon Musk reveló un plan mucho más detallado de cómo piensa llevar a los primeros humanos a Marte. Y cuando leyó claramente el año 2022 como fecha de partida, el magnate aclaró que no era “un error mecanográfico”. El comentario era válido, pues anticipa lograrlo por lo menos una década antes de lo previsto por la Nasa. “Es una fecha tentativa, pero un quinquenio es mucho tiempo para mí”, señaló. En ese año saldrían las primeras dos naves con una misión de carga, con el objetivo de ensamblar la infraestructura necesaria para soportar la vida humana en el planeta rojo.

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En 2024 saldrán otras 2 misiones, esta vez con tripulación y 100 colonizadores. Esta diferencia de 2 años se debe a que la distancia entre Marte y Tierra cambia constantemente a medida que los 2 planetas circulan alrededor del sol. Cada 2 años están más cerca el uno del otro. Debido a que la nave no llevará suficiente combustible para el regreso estos primeros pobladores se encargarán de establecer una planta de energía solar que lo produzca. Sintetizar dióxido de carbono de la atmósfera y encontrar agua en el hielo de la superficie serán tareas cruciales para regresar a casa. A pesar de estos retos, Musk cree que en cuestión de 50 años vivirá allí una colonia de un millón de terrícolas.

En Space X, la compañía de Musk, el cohete se conoce con el código de BFR, y es más grande que el Saturno de la misión Apolo a la luna. A una velocidad de 27.000 kilómetros por hora, el propulsor podrá poner en órbita 150 toneladas. El cohete impulsará una nave con 40 cabinas, cada una con capacidad para entre 2 a 3 personas, con amplios espacios y áreas de entretenimiento, cocina y una zona para refugiarse de la radiación de las tormentas solares.

Hará su primera parada en la órbita baja de la Tierra, donde se reabastecerá de combustible (metano y oxígeno) para el viaje, que tomará de tres a seis meses. El cohete, mientras tanto, regresará a su plataforma de lanzamiento en la Tierra y, gracias a que será reusable, la operación será mucho menos costosa. El proyecto se financiará con los servicios que venda Space X, pues estos cohetes tendrán capacidad para hacer otras misiones: ir a la luna o a la órbita terrestre para alimentar la Estación Espacial Internacional (EEI), así como hacer viajes comerciales en la Tierra, una noticia que capturó las primeras planas de los periódicos en el mundo. En menos de una hora sería posible llevar pasajeros entre Nueva York y Shanghái. El tiquete costará lo mismo que la tarifa plena de clase económica en una aerolínea comercial.

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Si bien la idea parece inverosímil, hay motivos para creerle. Space X ya está desarrollando y construyendo partes del cohete y Musk señaló que en nueve meses comenzará a construir la nave. “Su plan es mucho más detallado que los anteriores, lo que significa que va en serio”, dijo al diario The New York Times Robert Zubrin, presidente de Mars Society. Además, Space X tiene el récord de 16 lanzamientos exitosos de su Falcon 9, el cohete que provee servicios a la IEE, un logro que solo Musk ha conseguido hasta el momento.

Pero otros creen que su plan no considera aspectos vitales como el aprendizaje al que se deben someter los viajeros para vivir independiente de la Tierra, un factor que la Nasa sí considera esencial. “A diferencia de las misiones Apolo a la luna, no habrá cordón umbilical a la Tierra ni ayuda rápida cuando digan ‘Houston, tenemos un problema’”, dice Chris Griffith, experto en tecnología del diario The Australian. La Nasa señala que ir a Marte no es solo ciencia de cohetes, sino de cultivar alimentos, procesar basuras, tener agua, lidiar con problemas de salud, reparar maquinaria. En fin, tiene que ver con todos los aspectos de la vida.

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Para algunos lo importante no es que Musk logre o no cumplir su objetivo en 2024, sino que con su mensaje aumenta el entusiasmo del público no solo en la exploración espacial, sino en la preservación de la especie. Como él mismo dijo al comienzo de su presentación, “uno quiere levantarse inspirado en hacer cosas. Se trata de creer en el futuro y en que el nuestro será mejor que el pasado”. Esas palabras, en medio de amenazas nucleares, desastres naturales y matanzas colectivas, suenan refrescantes.