LOS HOMBRES TAMBIEN LLORAN

Un libro sobre la liberación masculina muestra que los hombres están cansados de ser el sexo fuerte.

20 de julio de 1998

Una de las quejas más frecuentes de los grupos feministas es que mientras las mujeres se preocuparon por hablar sobre el asunto del género, con el fin de garantizar sus derechos y recobrar espacios en la sociedad, los hombres se quedaron rezagados cumpliendo su papel de machos.
Esto, no obstante, ha comenzado a cambiar. Desde hace varios años un grupo de hombres ha decidido explorar la sicología masculina _al igual que lo hicieron las mujeres hace más de 20 años_ para comprender mejor el rol del varón actual. Y cada vez hay más hombres que quieren dejar de pertenecer al sexo fuerte. Al menos esa es la teoría que maneja el sicólogo Walter Riso en su más reciente libro, titulado Intimidades masculinas.
La obra de Riso es una de las pocas investigaciones que se ha preocupado por explorar el tema de la emancipación masculina en la sociedad latinoamericana desde la perspectiva de un hombre. El libro, basado en su experiencia personal y profesional como sicólogo clínico, ha vendido en una sola semana más de 8.000 ejemplares, lo que demuestra que el tema está al rojo vivo.
Según Riso _un italiano radicado en Colombia_, los hombres están esclavizados porque no pueden llorar, ni fracasar, ni desfallecer, ni demostrar afecto. Esa es la causa por la cual ellos padecen cada vez más enfermedades y problemas sicológicos. "No queremos más, queremos menos", dice Riso, y por eso está dispuesto a cederle a quien quiera ese reinado que él considera absurdo y esclavizante.
En su libro Riso propone, en consecuencia, una serie de pasos para la liberación masculina, entre los cuales está el derecho a ser débil, el derecho al amor y a la sexualidad digna. Para lograrlo, no obstante, cree que es indispensable que el hombre rompa con muchos mitos que le impiden ser más natural y más humano.
Para el autor el mito del héroe le ha hecho más daño que beneficio al hombre. Por un lado le ha castrado la posibilidad de sentir y por el otro lo ha hecho dependiente de la aprobación social. "En esta sociedad muchos piensan que pedir ayuda, aceptar errores, entender los fracasos y disfrutar del ocio es algo que los aleja de la masculinidad, cuando en realidad los acerca a lo humano".
El mito del hombre guerrero, triunfador e invencible es alimentado día a día. Riso opina, sin embargo, que la gran mayoría de los miembros del sexo masculino preferirían vivir sin tener que ejercer ese papel, es decir, sin necesidad de ponerse a prueba, ni tener que medir su fuerza, ni ejercer siempre el poder o saberlo todo. "Yo promuevo la idea del antihéroe, es decir, un hombre despojado de ese complejo de superioridad, ese que cae, tropieza, vive y persiste y muchas veces no sabe qué hacer".
Para lograr la sexualidad digna el autor propone a los demás hombres que aprendan a expresar la ternura, a aceptar lo femenino y a ser maternales. También piensa que el hombre está harto de ser el semental, el infiel y el adicto sexual. "En el libro propongo que no nos regalemos tanto, que aprendamos a querer nuestro cuerpo y a diluir más el sexo en el amor, a ver qué pasa".