En la mayoría de los casos, ocurre en los pies y, específicamente, en el dedo pulgar. | Foto: BBC

SALUD

Un leve dolor puede ser signo de gota

En la mayoría de las enfermedades reumáticas las principales afectadas son las mujeres, pero en el caso de la gota son los hombres entre los 40 y 50 años. Conozca cómo detectar a tiempo este mal

4 de octubre de 2017

Los dolores en las articulaciones son más comunes de lo que se cree y muchas veces pueden confundirse con síntomas de cansancio. Sin embargo, en algunos casos, las molestias pueden ser cada vez más fuertes y llegar a estar relacionadas con  altos niveles de ácido úrico. Este químico es el producto final de la degradación de sustancias del organismo que se llaman purinas y estas se derivan, principalmente, de proteínas animales.

De acuerdo a la internista y reumatóloga Monique Chalem, el aumento de ácido úrico en la sangre se produce cuando no se elimina adecuadamente en el riñón. La gota es el aumento en la cantidad de ácido úrico en la sangre.  Este químico tiende a depositarse dentro de las articulaciones formando pequeños cristales que parecen agujas. De esta manera, se genera una reacción inflamatoria que va acompañada de dolor, calor, hinchazón y muchas veces enrojecimiento de la parte afectada. “Es una enfermedad reumatológica que produce una afectación articular intermitente, es decir, tiene episodios muy fuertes en los que el paciente llega a consulta con alto nivel de dolor, no puede utilizar zapatos y ni siquiera soporta el roce de la sábana con la parte del cuerpo que está afectada”, dice la reumatóloga.

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La gota fue una de las primeras enfermedades reumáticas detectadas en la historia. Los reyes Felipe II, Enrique VIII y el político y científico Benjamín Franklin, padecieron de esta patología. En aquella época los tratamientos eran tan restringidos y escasos que su sufrimiento fue severo y prácticamente sin ningún control. Además, Hipócrates llamaba a la gota como “la artritis de los ricos”, mientras que el reumatismo, era para él, “el mal de los pobres”.

Según la especialista, esta enfermedad debe ser tratada a tiempo para que el paciente tenga una vida normal. Sin embargo, no son muchas las personas que consultan en la primera etapa en que se presentan los dolores en las articulaciones, sino en la crisis, cuando el dolor es insoportable. Estos momentos pueden durar en promedio una semana, y requiere un control con medicamentos antiinflamatorios.

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El dolor de las articulaciones se tiende a confundir con el cansancio porque los primeros síntomas de la gota se presentan con molestia e inflamación. En la mayoría de los casos, ocurre en los pies y, específicamente, en el dedo pulgar. “Generalmente, los primeros ataques siempre son en una articulación del pie, pero también puede presentarse en el tobillo o en la rodilla”, asegura la experta y añade que “en la medida en que el tiempo pasa la enfermedad avanza. Sin embargo, un paciente puede tener un primer ataque y después estar asintomático uno o dos años; por eso, es considerada una enfermedad intercrítica”.

El paciente debe tener una dieta en la que evite el consumo de alimentos con altos niveles de fructosa y proteína animal. “Debe preferir las carnes blancas, sobre las rojas. Comer pescados blancos, y evitar alimentos como maíz y embutidos”, dice la experta. Sin embargo, aunque mejorar la alimentación es importante, solo representa una pequeña reducción de los niveles de ácido úrico. Por tratarse de un problema metabólico del riñón, según la especialista, debe evitarse el consumo de alcohol, principalmente de la cerveza, que es la que más eleva los niveles de ácido úrico.

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El diagnóstico de la gota puede hacerse a través de un examen sencillo de sangre en el que se comprueban los niveles de ácido úrico. “Es importante destacar que no todos los casos de ácido úrico altos se convierten en gota y, aunque muchos especialistas consideran que esta es una enfermedad curable, esto puede ser cierto solo si no está en su fase severa”, concluye Chalem. Por eso la importancia del diagnóstico a tiempo.