SicologíA

Machos y gruñones

Un sicólogo sostiene que los hombres, al igual que las mujeres, también se ponen irritables cuando sufren cambios en sus niveles de testosterona.

2 de octubre de 2005

De joven, Federico era un hombre jovial y afable. Pero a partir de los 50 años su carácter dio un giro de 180 grados y se convirtió en un individuo callado, irritable y deprimido. Si se hubiera tratado de una mujer, probablemente todos habrían explicado el cambio con un proceso natural en ellas: la menopausia. Pero como era un hombre, sus familiares y amigos tuvieron que aceptar la transformación sin chistar palabra.

Los científicos, sin embargo, han establecido una explicación para aquellos hombres que con la edad se vuelven gruñones. Se trata del síndrome de irritabilidad masculino, causado por bajonazos súbitos en sus niveles de testosterona, que al parecer afectan el cerebro y, por consiguiente, su comportamiento.

El término fue acuñado por primera vez por el médico escocés Gerald Lincoln, quien determinó el síndrome observando carneros. El científico notó que en otoño los niveles de testosterona de estos animales subían, lo cual los llevaba a aparearse con más frecuencia. Pero en el invierno esos niveles bajaban y los animales perdían todo interés en el sexo. Más interesante aun fue notar que, al contrario de lo que se pensaba, cuando dicha hormona disminuía, los animales presentaban mayor tendencia a la agresividad. El trabajo, publicado hace dos años en la revista New Scientist, alentó a otros expertos a profundizar en el tema.

Uno de ellos es Jed Diamond. Después de revisar el trabajo de Lincoln, él intentó ver si su teoría se podía aplicar a los machos de la especie humana. Diamond hizo un sondeo con hombres entre los 10 y los 70 años y encontró que 40 por ciento de los participantes estaban casi siempre irritables. De estos, muchos padecían fluctuaciones hormonales.

Esta investigación dio origen al libro The Irritable Male Syndrome que se acaba de publicar en Estados Unidos. En el texto el autor define el síndrome como un estado de hipersensibilidad, ansiedad, frustración y rabia, que ocurre en ciertos hombres.

El término va más allá de la andropausia o menopausia masculina, una etapa del ciclo vital en la que, supuestamente, los niveles de testosterona disminuyen. El síndrome de irritabilidad, por el contrario, puede presentarse en cualquier momento de la vida debido a factores internos o externos, como la pérdida de un ser querido o del empleo, aunque es más común en dos grandes grupos de edad: los jóvenes entre 14 y 28 años, y los adultos entre los de 50 y 60 años.

No todos los episodios de agresividad en un hombre tienen que ser catalogados como síndrome de irritabilidad. "Cierta hipersensibilidad es fruto de las presiones normales de la vida", dice Diamond. Y agrega que para que se dé la condición "deben confluir cuatro causas importantes: fluctuación hormonal, cambios en los neurotransmisores del cerebro como la dopamina y la serotonina, estrés aumentado y problemas con la identidad masculina", dijo Diamond a SEMANA.

Entre los síntomas se destacan la rabia, la impaciencia, el sarcasmo, la ansiedad, la hipersensibilidad, la depresión y la tristeza, entre muchas otras. Cuando el hombre siente cualquiera de estas emociones, tiende a culpar a otros antes de aceptar que el problema reside en sí mismo. Por eso el síndrome tiende a pasarse por alto y "cuando no se trata, termina en depresión o en agresiones más serias. Se deterioran las relaciones en el trabajo y en la casa", dice Diamond, quien ha sido profesor de Ucla y autor de otros libros como La menopausia masculina.

El tratamiento puede incluir sesiones de sicoterapia, cambios en la dieta, ejercicio con técnicas para reducir el estrés y terapia de reemplazo hormonal. Teniendo en cuenta que no todos los hombres tienen estos cambios o que en unos se manifiestan con mayor intensidad que en otros, Diamond ha desarrollado un test para saber a ciencia cierta si se trata del síndrome de irritabilidad masculina. Si sale positivo, lo mejor es acudir a un médico para que trate los síntomas y el paciente pueda volver a ser el mismo personaje bonachón de siempre. Pero lo más importante es que cuando una persona vea a un hombre con un berrinche, trate de entenderlo porque puede estar en uno de esos días.