¡MAMMACITA!

Según una nueva teoría, los hombres están biológicamente programados para sentirse atraídos por ciertos rasgos femeninos.

27 de febrero de 1995

¿QUE HACE QUE un hombre voltee a mirar a una mujer y no a otra? Esta frívola pregunta no sólo desvela a las mujeres. También a los científicos de una nueva disciplina llamada sicofísica. Y los estudiosos del tema aseguran que los hombres están genéticamente programados para buscar cierta apariencia femenina. Al parecer en eso del atractivo no sólo cuenta el sex-appeal, también la biología tiene mucho que ver.
En opinión de una neurosicóloga de Harvard, Nancy Etcoff, la orden biológica de emparejarse hace que ciertas características femeninas resulten irresistibles a los hombres: el pelo largo, los ojos grandes, los senos firmes (no importa el tamaño), el talle de avispa y las caderas anchas es algo que muy pocos se resisten a voltear a mirar. Pero el motivo no es sólo el disfrute visual y sexual. Detrás de esas preferencias hay otra poderosa razón: la procreación. "La misión del macho es encontrar el más fértil campo en el cual dejar caer sus semillas", señala la especialista, el hombre inconscientemente va en busca una mujer que esté apta para la maternidad.
Estas son, según la doctora Etcoff, las cuatro reglas de ese primer golpe de atracción:

1. SIMETRIA, ANTE TODO:
Desde las rayas de la cebra hasta las alas de la mariposa, todas las criaturas buscan su posible pareja en la belleza clásica: la simetría. Los estudios muestran que los rostros femeninos que más atraen a los hombres son aquellos en los que cejas, ojos, orejas y pómulos encajan perfectamente. Y según un curioso estudio realizado por el investigador Randy Thornhill, de la Universidad de Nuevo México las jóvenes que poseen rostros y cuerpos simétricos inician su vida sexual más temprano que aquellas cuyos rasgos, aunque encantadores, son menos armónicos.
Y eso también va con los senos. Al contrario de lo que se piensa, la firmeza e igualdad del par es más importante que su tamaño. "Los pezones altos y equidistantes subliminalmente sugieren salud y juventud, la condición ideal para procrear", dice Thornhill.

2. NO TAN SOBRESALIENTE:
La simetría sola no es suficiente. También se requiere una saludable dosis de regularidad. Una encuesta realizada por la Universidad de Texas encontró que los hombres prefieren una belleza genérica a una sobresaliente: los varones indagados encontraron más atractiva una mezcla de ocho rostros que una combinación de cuatro y, más apasionante que todas, una combinación de 32 rostros. Al parecer el promedio es atractivo porque es también inofensivo. "La gente tiende a sentirse más segura y confortable con aquellos cuya apariencia luce familiar", anota Etcoff.
No obstante, algunos rasgos sí resultan más atractivos si se salen del promedio. Los investigadores tomaron la 'Señorita Promedio', generada en los computadores, y le dieron ojos más grandes y labios más gruesos. La nueva y mejorada modelo fue mucho más popular entre los hombres. "Los labios voluptuosos y los ojos grandes sugieren disponibilidad sexual", aseguran los investigadores.
3. FLACAS NO:
En el tema del peso hombres y mujeres divergen. David Buss, autor del libro La evolución del deseo, afirma: "La biologia dieta que las mujeres necesitan cuerpos grasos para su función reproductora. Es por eso que a ellos se les van los ojos detrás de las curvas y no de los cuerpos huesudos", y explica que las mujeres delgadas atraen más a los solteros jóvenes "porque ellos instintivamente desean evitar la posibilidad de la paternidad" Diversas encuestas muestran que no son los hombres quienes prefieren a las mujeres delgadas, sino las mujeres.
4. LA CURVA DE ORO:
Cuando se trata de magnetismo animal, no es el 90-60-90 lo que realmente cuenta. Los estudios revelan que no importa cuánto pese o mida una mujer, a los hombres lo que les atrae es la proporción que existe entre su cintura y su cadera. Esa curva, estilo reloj de arena -y no los senos o las piernas, como se cree- es el punto que más miradas masculinas atrae.
En opinión de los sicofísicos, esa curva también tiene un oculto mensaje de juventud y aptitud para procrear (las adolescentes todavía no han desarrollado curvas y las mujeres en su madurez tienden a perderlas). El doctor Buss cree que existe un profundo y atávico nivel en el que ellos relacionan curvas con procreación. Y también en las mujeres parece existir ese mensaje biológico, el cual hace que desde épocas prehistóricas se cinchen la cintura, delineen sus ojos, se alboroten el pelo y se pinten los labios con el fin de atraerlos.
Pero en las mujeres la atracción tiene otra regla: se basa menos en la apariencia y más en la seguridad. "Ella quiere a alguien con algo más útil que una sonrisa seductora o un cuerpo proporcionado: quiere disponer de comida -o lo necesario para comprarla- para ella y sus hijos. Y es por ello que las mujeres se sienten más atraidas por la evidencia exterior de salud y poder y menos por los rasgos físicos", sostienen los especialistas. Eso explica aquello de que el poder es el mejor afrodisíaco. Pero también porque, cuando el 'Señor Proveedor' se encuentra con la 'Señorita Fertilidad', un magnetismo biológico irresistible lo lleva a él no sólo a voltear la cabeza, sino muchas veces a perderla. -