MAS ALLA DEL INFINITO

Nuevos hallazgos confirman que el cosmos está expandiéndose más rápido de lo que se pensaba y <BR>sugieren la existencia de muchos universos paralelos.

15 de marzo de 1999

En el intento por entender la estructura del universo han surgido muchas teorías, desde la
bíblica según la cual Dios tardó seis días en formar el universo, hasta la del Big Bang, que describe el
comienzo como una explo-sión de materia que al enfriarse generó las galaxias y estrellas tal y como hoy se
conocen. Y aunque muchos crean lo contrario, tal parece que el rompecabezas de la creación está cada vez
más cerca de ser resuelto.
La semana pasada un grupo de los más reconocidos astrofísicos y cosmólogos se reunió en Chicago para
poner a prueba sus teorías y llegar a acuerdos sobre los últimos descubrimientos acerca del tema.
Durante el encuentro, que demoró seis días y al cual asistieron eminencias de la talla de Stephen Hawking y
Alan Guth, quedó confirmado que el universo se está expandiendo cada vez más rápido y no más despacio,
como se creía.
Hace casi 20 años, cuando Guth formuló su teoría sobre el universo inflacionario, que explicaba cómo
el cosmos había pasado de ser un punto en el espacio a un conjunto de estructuras enormes en
expansión, los científicos establecieron dos posibilidades: o el universo se diluiría en el infinito o bien
colapsaría después de cierto tiempo. Por esa misma época Stephen Hawking planteó que el universo era
cerrado y en un momento dado la fuerza gravitacional de las galaxias lo haría contraer y lo destruiría. Pero en
ese entonces los científicos no poseían suficiente evidencia para confirmar alguna de las dos teorías. Basados
en estudios sobre la luz y el movimiento de las galaxias los científicos de Chicago lograron llegar al
consenso de que la densidad del universo es tan baja que le permite mantener un equilibrio expansivo que no
lo deja contraerse pero tampoco lo expande al punto de disolverlo. Ahora los expertos saben que la
expansión, aunque acelerada, es suficientemente moderada para mantener un equilibro gravitacional.
La reunión también fue novedosa porque la teoría del Big Bang, propuesta en 1929 por Edwin Hubble, no fue
cuestionada por los científicos como venía sucediendo. La conclusión es que hay suficiente información
como para confirmar que el universo sí fue producto de una gran explosión de materia. La otra teoría que
pasó la prueba de fuego es la de la inflación, con la cual se explica lo que sucedió en los microsegundos
que precedieron al Big Bang. En ese lapso la masa densa y caliente que explotó sufrió una
transformación cualitativa que le permitió expandirse y dar paso a un universo más transparente en el cual
se pudieron formar galaxias y estrellas.
Estas dos teorías se empezaron a confirmar a partir de 1991 cuando la nave Explorador de la Radiación
Cósmica de Fondo detectó las microondas espaciales, las cuales son vestigios del proceso de inflación.
Como consecuencia de esos hallazgos los cosmólogos piensan que están muy cerca de conocer la edad
del universo, actualmente estimada entre 13.000 y 15.000 millones de años.
El modelo de universo inflacionario también permite calcular en forma coherente la edad de las estrellas y la
del universo. Los anteriores modelos presentaban inconsistencias en estos cálculos y muchas veces
estimaban edades de estrellas que resultaban mayores a la del universo mismo.
Otro acuerdo al que llegaron los expertos es que la densidad del universo es mucho más baja de lo que se
pensaba. Como se dijo anteriormente, hay una masa crítica y una geometría plana del universo que le
permite expandirse aceleradamente pero sin disolverse en el infinito. La noción de baja densidad de materia
en el universo condujo a los científicos a reconsiderar un concepto que Einstein había formulado y
descartado. Se trata de una hipotética energía contenida en el vacío, denominada constante
cosmológica. Nadie ha podido detectarla ni explicar sus propiedades. Lo único que se sabe es que
dicha constante estaría distribuyendo energía que ejercería la fuerza necesaria para contrarrestar la
gravedad y explicar la expansión acelerada que se observa actualmente.

Universos como conejos
Una vez llegaron a consenso en temas tan complejos como el Big Bang y la teoría inflacionaria del universo,
los más audaces de la reunión se atrevieron a formular las implicaciones más aventuradas de esas teorías
inflacionarias. Una de las que más llama la atención es la posibilidad de que el universo retoñe, dando vida a
otros universos. Alan Guth, del MIT, y Andrei Linde, de la Universidad de Stanford, dijeron que si un evento
como el Big Bang ocurrió una vez es posible que ocurra una infinidad de veces y probablemente, según
ellos, eso aún esté sucediendo. "Lo contrario sería como descubrir una especie de conejos que nacieran
pero no fueran capaces de reproducirse. Por consiguiente, los universos se reproducen como conejos", dijo
Guth. Cada uno de estos universos, que serían paralelos, habría tenido su comienzo en un Big Bang
surgido de una burbuja inflacionaria individual y tendría sus propias leyes físicas. "Supongamos que
existen los agujeros negros y que ellos fueron los que antecedieron al Big Bang. Como nuestro universo tiene
agujeros negros, lo más probable es que muchos de ellos estén ocupados ahora mismo generando
nuevos firmamentos en otras dimensiones", explica Guth.
Este experto supone la existencia de un universo madre en una dimensión estacionaria en el tiempo
_que siempre ha existido y existirá_ de donde nacen continuamente nuevos universos.
De ser cierto, el resultado de este nacimiento constante de universos sería una estructura cósmica mucho
más grande que la imaginada hasta ahora, a la que se le debería llamar multiverso.
Quienes se identifican con estas teorías sugieren que el universo donde está el planeta Tierra puede ser
atípico. Los demás, en lugar de tener cuatro dimensiones de espacio-tiempo como sucede aquí, pueden
tener hasta 11 dimensiones y en algunos casos solo 3. Algunos universos pueden haber nacido muertos
o ser extremadamente inestables y durar muy poco tiempo como para desarrollar estrellas y planetas donde
pueda surgir vida. Aún más, es posible que algunos cuenten con las estructuras básicas que permitan la vida
humana o alguna forma de vida inteligente.
No obstante, estas entidades estarían separadas y sin posibilidad de comunicación una con otra.
Ninguna persona ubicada en este universo tendría la posibilidad de adquirir conocimiento directo de otros
universos.


El 'Big Bang' en detalle
La teoría inflacionaria ha permitido describir la génesis del universo con detalles más espectaculares que los
de la teoría original del Big Bang. En el principio todo lo que existía era un vacío falso, es decir, una
región transparente con material de quantum que giraba con ciertas fluctuaciones. Con el tiempo estos
cambios golpearon el vacío falso, causando que todo lo que allí estaba contenido se liberara y formara un
vacío real aparte (ver gráfico). Según Guth, el falso vacío de la génesis pudo ser tan pequeño como un protón.
De ese pequeño grano de mostaza no sólo nació este universo sino una estructura mucho más grande
cuyas galaxias se encuentran a distancias que ningún telescopio podría observar actualmente.
Otro concepto que hoy cuenta con más aceptación es la idea de que el universo es 'plano' o geométricamente
normal. Este concepto ha ayudado a los cosmólogos a entender porqué el cosmos generó vida humana. Y,
aunque parece ser un asunto de casualidad, todo indica que este universo tuvo los ingredientes y las
cantidades necesarias de materia, energía y volumen para albergar vida inteligente. Si la gravedad hubiese
sido ligeramente menos fuerte las estrellas se habrían quemado en su propio núcleo en menos de un año y la
vida no se habría formado nunca. Y si la fuerza poderosa que mantiene el núcleo de los átomos juntos
hubiese sido un tanto más débil las estrellas no habrían logrado configurarse.
Si bien todo esto tiene su explicación científica, lo anterior no deja de señalar como un milagro el inicio de
la vida. Y aunque para muchos estos nuevos descubrimientos parezcan intrascendentes y sin ninguna
incidencia en la vida práctica, la verdad es que los expertos consideran que las próximas generaciones se
beneficiarán con la aplicación de todos estos conceptos en diferentes áreas de la vida cotidiana, desde la
informática hasta los viajes espaciales. Y, por supuesto, el hallazgo de nuevas teorías seguirá
satisfaciendo la curiosidad innata de los hombres por saber más acerca de su origen y de su verdadera
dimensión en el universo.