El Alpha Stim ya se vende en Estados Unidos por menos de 1.000 dólares. En Colombia, la sicóloga Mariana Samper fue la primera en implementar este tratamiento

tratamiento

Medicina con voltaje

Una novedosa terapia basada en pequeños estímulos eléctricos al cerebro permite tratar la ansiedad y la depresión, y aliviar los dolores severos.

6 de junio de 2009

Desde hace 10 años, Victoria Perdomo empezó a padecer un dolor agudo en los brazos, las manos, las piernas y la cintura. Además del malestar físico, sufría de ansiedad, depresión, insomnio y molestias gastrointestinales. Esta suma de dolencias la llevó a visitar más de 15 especialistas, que le diagnosticaron fibromialgia, una enfermedad que se refiere a una serie de trastornos reumáticos caracterizados por dolor y rigidez en los músculos, tendones y tejidos blandos.

Durante todo este tiempo Victoria probó varios medicamentos que calmaban el dolor por partes o le ofrecían un alivio pasajero. Aunque aún no hay claridad de las causas de esta enfermedad, puede ser producto del estrés físico o exposición excesiva a la humedad o el frío.

Pero estos motivos no explicaban los dolores de Victoria, una señora que hoy en día tiene 53 años y dedica su vida al hogar.

Victoria visitó siquiatras y sicólogos, pues le dijeron que su enfermedad obedecía a un trastorno emocional. Pero ninguno de los tratamientos eliminaba por completo su sufrimiento. El dolor fue tan intenso, que, según cuenta, no podía ni abrir un frasco de mermelada. Su estado de ánimo también cambió, vivía triste y muy irritable.

Luego de varios años de soportar el dolor se enteró de la electroterapia, un tratamiento alternativo a la medicina farmacéutica, que consiste en emitir pequeños impulsos eléctricos para estimular directamente el cerebro. A través de un aparato parecido a un walkman, llamado Alpha-Stim, se conectan dos cables en los lóbulos de las orejas y se producen corrientes de muy baja intensidad que generan un cambio químico en el cerebro.

Las corrientes eléctricas estimulan ciertas zonas del cerebro que producen ondas alpha, encargadas de la sensación de bienestar. También se induce la producción de hormonas como la endorfina y serotoninas, que actúan como analgésicos y antidepresivos naturales. De allí la efectividad en la cura de trastornos como la ansiedad, el insomnio y la depresión. Es una alternativa para las personas que no toleran ciertos fármacos.

"Las corrientes eléctricas a través del oído pasan directamente al cerebro, donde se estimula la 'farmacia natural' y el cuerpo produce sus propias drogas", explica Mariana Samper, especialista en sicología clínica y comportamental, pionera en la implementación de la electroterapia en Colombia.

Victoria se sometió al tratamiento. Según cuenta, desde la primera semana mejoró. A la semana siguiente ya no sentía depresión ni ansiedad, y a la tercera el dolor había disminuido en 60 por ciento.

El tratamiento se compone de terapias diarias en las que el paciente recibe estimulación durante 20 minutos o una hora, dependiendo de las necesidades de cada paciente. Los efectos de la terapia son acumulativos, es decir que en la medida en que el tratamiento avanza, las sesiones son cada vez menos frecuentes,

La historia de la electroterapia se remonta a los antiguos griegos. Aristóteles fue uno de los que experimentaron con la cor riente del pez torpedo para sanar los males de gota, y luego los romanos popularizaron su uso para tratar el reuma. Se diferencia de la terapia de choque por la intensidad de las descargas y porque entrena al cerebro para que pueda producir las sustancias que requiere el cuerpo por sí mismo. Además, los efectos secundarios son transitorios, como un leve mareo después de las sesiones o un pequeño sabor a metal en la boca.

En Colombia este tratamiento apenas está tomando fuerza, pero en varias partes del mundo se realiza desde hace varios años. En Estados Unidos es cada vez más común por el éxito en los resultados y las personas pueden comprar el Alpha-Stim y seguir el tratamiento en sus propias casas con la asesoría de un especialista.

Aunque este tratamiento generalmente es rechazado por la medicina tradicional, ya cuenta con la aprobación de la Food and Drug Administration (FDA). "Esto se debe a un desconocimiento por parte de los médicos tradicionales, que creen que lo químico se soluciona por lo químico", dice Samper. Y para el caso de Victoria, fue la única solución para un dolor que la agobió durante una década.