D I V U L G A C I O N

Mitos y realidades

Un reciente libro muestra las verdades detrás de las más populares creencias acerca de la salud infantil.

15 de octubre de 2001

Uno de los anhelos más grandes de los padres es que sus hijos nazcan con buena salud y crezcan sanos. Pero muchas veces durante su desarrollo ellos experimentan cambios y situaciones que descontrolan a sus progenitores. En estas circunstancias no faltan los consejos de los suegros, los vecinos o una que otra tía abuela que aparentemente saben cómo sortear la situación. Aunque muchas de estas recomendaciones pueden ser ciertas en ocasiones no lo son y sólo responden a la mitología popular que se ha transmitido de generación en generación. Para aclarar este tipo de creencias María José de Ibarrondo y Roberto Pelta, dos médicos españoles, se dieron a la tarea de recoger los principales mitos sobre la salud de los niños —desde el embarazo hasta las enfermedades que sufren cuando son más grandes— para explicar las concepciones erróneas y ciertas que estos encierran. Dicho trabajo quedó consignado en un libro titulado Mitos de la salud infantil, que se encuentra disponible en Colombia. Por considerarlo de interés para los lectores SEMANA escogió algunas de estas creencias tradicionales y la verdad qué hay detrás de ellas. Mito 1 La mujer embarazada debe comer por dos. Realidad La mujer que espera un hijo debe comer más y mejor. Durante el embarazo es importante la nutrición, sobre todo en el transcurso del primer trimestre, cuando se están formando los órganos del bebé. Por ello es necesario aumentar un buen aporte calórico. Pero eso no significa que la mujer embarazada tenga que comer el doble o que si su apetito no queda saciado esto vaya a repercutir en la salud del bebé. Los expertos recomiendan una alimentación completa y variada, rica en verduras y frutas para prevenir la anemia y el estreñimiento. También aconsejan moderar la sal y controlar bien el peso. Mito 2 Para que la madre tenga leche buena y abundante es recomendable beber cerveza y comer sardinas. Realidad Es necesario tomar líquidos y alimentos ricos en grasas insaturadas. Lo importante durante la lactancia es que la mujer tome mucho líquido. Los médicos recomiendan que la dieta contenga al menos 750 mililitros de leche de vaca o derivados de la misma para cubrir las necesidades básicas, sobre todo de calcio y vitaminas A y D. También necesita ingerir uno o dos litros de otros líquidos al día. La cerveza no es la mejor fuente de vitaminas durante el embarazo. Es una bebida que se prohíbe debido a que el alcohol que contiene pasará al bebé a través de la leche materna y puede llegar a intoxicarlo, especialmente si se consume en altas dosis. Mito 3 Hay que forzar al niño a retener la orina para que aprenda a controlar los esfínteres durante la noche. Realidad El niño necesita educación para controlar los esfínteres de día y de noche. El control de los esfínteres es un reflejo neurológico que se logra sólo cuando el niño tiene cierta madurez en su desarrollo. La educación es un elemento clave para conseguirlo. Por eso la edad indicada para empezar este entrenamiento es amplia. Lo importante en esta situación es no forzar al niño pues esto puede crear ansiedad o sentimiento de culpa respecto al tema. Se recomienda técnicas de motivación positiva y paulatina. Mito 4 Hay que arropar al niño que tiene fiebre. Realidad Si la fiebre sube no es bueno arropar en exceso al niño. Cuando se eleva la temperatura corporal del bebé por lo general se trata de un síntoma que puede estar asociado a procesos inflamatorios, infecciones y otras causas. Este estado genera un desgaste para el organismo y por eso es importante controlarla. La primera medida consiste en no arropar al niño en exceso. Cuando esto se hace se impide que pierda unas décimas de grado y se contribuye a que la fiebre siga subiendo. Cuando es muy alta se puede recurrir a medios físicos, como un baño con agua templada (un grado inferior a la temperatura del niño). Mito 5 Regañar a los niños puede crearles traumas. Realidad La disciplina bien entendida no tiene por qué marcar sicológicamente al niño. Se sabe que muchos padres que recibieron malos tratos en su infancia tienden a maltratar también a sus hijos. Algunos padres, conscientes de lo anterior, se pasan al lado extremo y quieren evitarle cualquier tipo de frustración a los niños. En estos casos los expertos recomiendan un punto medio. Es necesario mantener un grado adecuado de autoridad que impida que se vuelvan caprichosos pero también inteligencia para evitarles daños. Reprenderlos a tiempo no tiene por qué ser una conducta generadora de traumas. Lo importante es que los padres mantengan pautas de comportamiento coherentes y sean consecuentes con lo que predican. Mito 6 Si el niño no come hay que forzarlo para evitar que se enferme. Realidad Los motivos por los que el niño no come pueden ser muchos y no sólo educacionales. Hay muchos motivos por los cuales un niño puede comer mal. Puede estar lleno, tener un malestar digestivo, le puede doler el oído o la garganta al tragar o tener sensación de náusea. Por eso si el niño no come bien es mejor tomar las cosas con calma para ver si su inapetencia se debe a un problema de salud que requiere una visita al médico. En materia de alimentación lo más recomendable es estimularlo positivamente para que coma bien, introduciendo alimentos nuevos y ayudándolo a que aprecie su textura, color y sabor. Tampoco es conveniente atragantarlos con comida. El médico pediatra puede establecer cuánto debe comer el niño de acuerdo con su etapa de desarrollo. Mito 7 El hipo se cura dándole un susto al niño. Realidad El hipo puede ser síntoma de una enfermedad. Una de las causas más comunes del hipo es el exceso de comida o engullir rápidamente los alimentos. Así mismo lo puede causar un fuerte ataque de risa. Muchas personas creen que este espasmo se puede curar dándole un susto a la persona pero la verdad es que espantarla no asegura nada. Cuando el hipo es persistente se debe solicitar atención médica.