MOMPOX ESTA DE MODA

Los editores rinden homenaje a esta hermosa población que acaba de ser declarada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad.

15 de enero de 1996

EL PASADO 7 DE diciembre una noticia que se conoció en Berlín produjo un verdadero carnaval en las calles de una hermosa y olvidada población ubicada al sur del departamento de Bolívar.
Ese día la Unesco declaró a Santa Cruz de Mompox como Patrimonio Histórico y Cultural de la Humanidad, junto con San Agustín y Tierradentro. El reconocimiento de la Unesco a esta ciudad que Bolívar, en El General en su Laberinto, describe como un "espejismo" pone punto final a la que podría llamarse también la crónica de una nominación anunciada. Curiosamente algo tiene que ver lo sucedido con la obra de Gabriel García Márquez, pues fue a raíz de la producción de la película de Francesco Rossi, Crónica de una muerte anunciada, en escenarios momposinos lo que hizo que la hermosa población colonial despertara el interés internacional.
Coincidiendo con el reconocimiento, aparecen casi en forma simultánea tres hermosos libros que permitirán a los colombianos familiarizarse -y deleitarse- con los rincones de esta reliquia de arquitectura colonial que ha estado topográficamente aislada desde hace 150 años. Se trata de Mompox, isla en el tiempo, que lanzó Diego Samper Ediciones con dibujos de Germán Samper Gnecco, fotografías de Diego Samper Martínez, textos del historiador momposino David Ernesto Peñas y Alberto Corradine y prólogo de Ramiro de la Espriella. Por su parte El Ancora Editores lanzó también recientemente La arquitectura colonial de Santa Cruz de Mompox con fotografías y textos del arquitecto Germán Téllez. Por último, aparece Tesoros de Santa Cruz de Mompox publicado por El Sello Editorial, con textos de David Ernesto Peñas, el historiador Alfredo Iriarte y Germán Téllez y la fotografía de Germán Montes.
Ubicada a 258 kilómetros de Cartagena, Mompox es la segunda ciudad colombiana -y del departamento de Bolívar- en recibir este reconocimiento. Con ello podrá finalmente obtener los recursos para preservar los monumentos de arquitectura colonial, la historia y la cultura. Este hermoso homenaje editorial a una de las primeras ciudades fundadas por los españoles y la primera población neogranadina que declaró la independencia de España es también una lujosa y tentadora invitación para que Mompox se convierta en destino obligado para aquellos que, por las dificultades que ofrece el viaje, aún no la han visitado.