La prostitución se legalizó en Alemania en 2002. Las trabajadoras sexuales están registradas ante el gobierno y pagan impuestos

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Mundial del putas

El Mundial de fútbol irá mucho más allá de los estadios. La afluencia de turistas disparará las industrias sexuales. Por Tristana Moore, de BBC.

27 de mayo de 2006

Por fuera parece un motel ordinario. Pero a medida que usted camina adentro de Artemis, unas mujeres ligeras de ropas, paradas cerca de la entrada, dan una clara señal de que en este lugar se ofrece algo más.

Artemis es uno de los burdeles más grandes de Alemania. Sus puertas abrieron justo a tiempo para la Copa Mundial de fútbol. Queda cerca en bus desde el Estadio Olímpico de Berlín, donde jugarán muchos partidos, incluida la final.

"Creemos que recibiremos el doble de clientes durante la Copa ", dijo Eike Wilmans, administrador de Artemis. "Vamos a poner pantallas y a mostrar todos los partidos. También tenemos dos cinemas, para que los clientes y las mujeres puedan ver fútbol. Y si un partido no cumple las expectativas de los hombres, éstos pueden ir al gimnasio, estar con una chica, y relajarse".

Puede que usted se sienta como en un hotel de lujo. El bar de champaña es opulento, las paredes están decoradas con pinturas neoclásicas, y hay sofás rodeados por cortinas de terciopelo. Hay también una piscina , baños turcos y suites lujosas.

La prostitución es legal en Alemania, y se estima que hay unas 400.000 trabajadoras sexuales. Los administradores de Artemis dicen que todas las mujeres que trabajan aquí están registradas ante las autoridades y pagan impuestos.

Luna tiene 32 y viene de Belgrado. La conocí a las 9 en punto de la mañana, después de terminar su turno en Artemis. Se veía cansada, y se disculpó por su cara de sueño. "Lo siento, tuve una larga noche", dijo.

"Algunas veces los 'huéspedes' se quedan hasta las 5 de la mañana. Me siento segura trabajando aquí -hay cámaras en todas partes-. Mire, la prostitución es la profesión más antigua del mundo. No se puede eliminar. Es mucho mejor que la prostitución haya sido legalizada en Alemania. Es más difícil que las pandillas operen en esas condiciones", añadió.

Los hombres que visitan Artemis pagan una entrada de 70 euros. Reciben una bata, una toalla, dos comidas, y pueden quedarse en el burdel todo el día y toda la noche. Las mujeres que trabajan allí también pagan 50 euros, pero tienen la libertad de negociar el costo de sus servicios con los clientes.

Coco, de 23 años, vive en Artemis, y como muchas otras trabajadoras sexuales, alquila una habitación allí. "No quisiera trabajar en las calles, o en ningún otro país donde la prostitución sea ilegal", dice. "Siempre está el riesgo de que alguien te secuestre, es peligroso y sucio. Yo estoy registrada con las autoridades como una anfitriona sexual. Soy de Bonn, y trabajo en Berlín porque sé que puedo trabajar mucho en Artemis. Soy mi jefe, y puedo quedarme con el dinero que gano", dijo.

La prostitución se legalizó en Alemania en 2002. Quienes hicieron campaña a su favor dicen que las nuevas leyes garantizan los derechos de las mujeres.

"Las mujeres pueden trabajar en un ambiente seguro", dice Henny Engels, del Consejo Alemán para la Mujer. "Las trabajadoras sexuales tienen derechos humanos básicos. Estas mujeres están ahora protegidas contra los proxenetas, o cualquier tipo de violencia, y no deben enfrentar discriminación en la sociedad".

Pero existe el temor de que con los millones de fanáticos del fútbol que se espera lleguen a Alemania durante la Copa Mundial, habrá una mayor demanda de prostitutas. "Nos preocupa que más mujeres entren ilegalmente a Alemania desde Europa Oriental y que sean forzadas a trabajar en la industria sexual", dice Henny Engels.

Según algunas cifras estimadas, cerca de 40.000 mujeres podrían entrar forzadas a la prostitución durante el torneo, pero no hay cifras oficiales.

Según un portavoz del Ministerio del Interior alemán, la prostitución forzada es un "asunto serio" y las autoridades harán todo lo que esté en su poder para detener el tráfico ilegal de mujeres. Las prostitutas en Artemis dicen que tienen suerte de que las leyes hayan cambiado en Alemania.

"Yo soy una profesional alemana como cualquier otra mujer" -dice Luna- Trabajo en un ambiente seguro, y disfruto mi trabajo".  © The New York Times Syndicate BBC