NO HAY CUÑA QUE MAS APRIETE...

Los ladrones por computador, son contratados ahora para evitar los robos.

4 de abril de 1988

Nada parece más absurdo que contratar como guardián a un apartamentero. Sin embargo las compañías de Estados Unidos que usan computadoras, o sea prácticamente todas, cansadas de tener problemas por estafas hechas a través de sus sistemas computarizados, están comenzando a contratar, con el título de consultores, a quienes fueron los pioneros de esa nueva modalidad delictiva, tal vez la más sofisticada del mundo.
Uno de ellos es Ian A. Murphy, quien fue el primer condenado a prisión por sus actividades ilegales con las computadoras. Murphy, quien tiene el alias de "Capitán Zap", vende sus conocimientos del bajo mundo tecnológico a todas las compañías que solicitan sus servicios. Sentado en una casa semiderruida, al mando de un viejo y polvoriento computador, Murphy escudriña el universo computarizado en busca de pistas sobre intentos de entrar en los sistemas de alguno de sus clientes. Sus conocimientos sobre sistemas, que primero lo pusieron en la cárcel, ahora le producen unos 200 mil dólares de ingreso legal al año.
Los delitos cometidos por medio de las computadoras no son juego de niños. Los conocedores afirman que hacia 1992, se venderán en Estados Unidos más de US$ 950 millones en productos y servicios de seguridad para sistemas. Se trata de poner coto a toda una nueva serie, siempre cambiante, de ilícitos:
.El mes pasado, un recluso de la cárcel de Parchman, mientras cumplía 30 años de prisión, uso su computador para vender fraudulentamente 20 toneladas de algodón de la cárcel, y hasta trató de disminuir su condena.
.En diciembre, un alemán occidental cerró el sistema mundial de correo electrónico de la-IBM con un "virus de computador" (un programa que multiplica indefinidamente la información en el interior del sistema, sobrecargando su memoria, con lo que pueden borrarse todos los datos almacenados).
.En septiembre pasado, Herbert Zinn, de 17 años, "descargó" o sea robó, un millón de dólares en programas de la AT&T antes de ser descubierto. Zinn usó una técnica muy común de acceso telefónico para enganchar su computador con el de la compañía.
Ese es el panorama que Ian Murphy (el capitán Zap) quiere ayudar a combatir. Por honorarios entre US$800 y US$1.200 por día, el presidente, gerente general y vicepresidente de operaciones de I.A.M.Inc., se asegura de que un computador está a salvo de irrupciones fraudulentas. Pero sus técnicas suscitan controversia.
La razón es que resulta difícil diferenciar las actividades de Murphy de antes y después de su temporada tras las rejas. Se introduce subrepticiamente en las compañías como técnico de reparaciones, hace contactos en el submundo de los fraudes, y, por supuesto, trata él mismo de romper los sistemas de seguridad de sus clientes. Nada de eso es nuevo para Murphy. Cuando niño, hacia derivaciones de los teléfonos de sus vecinos. Más tarde, sin haber terminado el bachillerato, se introducía en el Centro de Cómputo de la Universidad de Temple para jugar con el computador. Cuando pudo hacerse a uno propio, comenzó a obtener datos de crédito, cambiar notas académicas y llegó hasta a cargar llamadas telefónicas de larga distancia al computador de la Casa Blanca. Cuando fue descubierto, había ordenado sin pagar más de US$200 mil en artículos a través de su computadora.
Murphy no es el único "experto" que está sacando ganancias de sus dudosos conocimientos. Algunos de los exconvictos más prominentes son verdaderos pesos pesados de la delincuencia electrónica:
.Stanley Rifkin trabaja hoy como consultor de sistemas y es director de una sección del Instituto de Ingenieros eléctricos y electrónicos. En 1979, Rifkin transfirió US$10.2 millones de un banco de Los Angeles a su cuenta de Nueva York.
.Eric Corley publica con gran éxito el "2600 Magazine", dedicado a la auditoría de sistemas y a la seguridad de las computadoras. En 1983, fue condenado por introducirse en el sistema Telemail, de la GTE.
.El propio Murphy asegura que tiene más de 10 empleados para "entrar" en los computadores, esta vez legalmente. Entre ellos, está Corey Lindsay, que cumple libertad provisional por una cadena de robos electrónicos.
Lo que hace tan valiosos a esos ex delicuentes es que se trata tal vez de los más inteligentes y calificados del mundo. Pero Murphy los disculpa. Para él, los verdaderos responsables de los delitos son las compañías víctimas, que son "estúpidas" en relación con la seguridad de sus computadoras. Pero aún hay más. Murphy aún se niega a acusar a sus antiguos colegas cada vez que descubre una fechoría, y lo único que hace es advertir a su cliente sobre la falla de su sistema. Para él la cosa es muy clara: perro no come perro, aunque se trate de un can electrónico.