derechos humanos

“No hay voluntad política”

Irene Khan, secretaria general de Amnistía Internacional, habló con SEMANA sobre la situación de los derechos humanos en Colombia.

19 de febrero de 2002

SEMANA: ¿Por qué una musulmana de Bangladesh se metió en esta defensa de los derechos humanos?

Irene Khan: Viví una guerra civil que en 1971 jugó un papel clave en los jóvenes de mi generación. Vi cosas horribles, violaciones y abusos espantosos, pero también vi cómo cierta gente se unió para ayudar a los más débiles. Por eso estudié derecho para cambiar la vida de la gente desde la vía legal y desde el abuso.

SEMANA: ¿Qué tanta importancia le da la comunidad internacional al caso colombiano?

I.K.: Colombia es una prioridad para nuestra organización. Se convirtió en el tema más importante de la agenda latinoamericana porque se han seguido violando los derechos humanos. Lo que más nos preocupa es la falta de voluntad política para atender los crímenes masivos cometidos contra los civiles. De esta situación se llega a un segundo problema, y es el nivel de impunidad que caracteriza al sistema judicial colombiano.

SEMANA: En el Informe de Amnistía Internacional de 2001 se ve que ustedes son más críticos con las violaciones del Estado que con las de los otros actores armados…

I.K.: Nosotros consideramos a todos los actores de la guerra de la misma manera. Al Estado le reconocemos algunos logros, sin embargo se le exige más que a los grupos al margen de la ley porque el bienestar de los ciudadanos es su responsabilidad. Además los resultados en materia de desplazados, ataques contra periodistas y satisfacción de necesidades básicas es bastante incipiente. Colombia ha ratificado una cantidad de normas como miembro de la comunidad internacional y en la medida en que quiera seguir perteneciendo a ella tienen que cumplirlas. No se puede ser miembro de un club sin cumplir con obligaciones que se han asumido al entrar.

SEMANA: No es fácil tener información sobre quiénes violan qué derechos en medio de una guerra irregular...

I.K.: La guerra irregular dificulta el análisis que se hace de la realidad. Aquí entramos en un dilema entre la seguridad nacional y la garantía de los derechos humanos. Pero desde la perspectiva estatal el civil no puede ser sometido a un ajusticiamiento fuera del sistema legal. Para ganar una guerra irregular lo que se necesita es fortalecer el sistema de justicia. Es una posición que compartimos con otros organismos como las Naciones Unidas, Wola y Human Rights Watch. Ellos exigen resultados frente a problemas de impunidad y paramilitarismo. Por otro lado, a los grupos al margen de la ley se les exige respeto por la vida y por la libertad.

SEMANA: ¿Por qué Amnistía Internacional ha pedido que se congele la ayuda estadounidense al Plan Colombia cuando éste busca fortalecer el Estado legítimo?

I.K.: En Colombia no se han cumplido las exigencias en materia de derechos humanos. El principal blanco de la guerra siguen siendo los civiles. Cuando la ayuda que se destina a un país es utilizada en la forma correcta sabemos que estamos avanzando. De lo contrario, no podemos contribuir a la ineficiencia del gobierno. No miramos los resultados en materia de erradicación de cultivos ilícitos. Lo que nos importa es que a las personas se les respeten sus derechos.

SEMANA: ¿Qué trabajo específico hace Amnistía Internacional en Colombia?

I.K.: Nuestro principal proyecto es de investigación y seguimiento. Además tenemos programas de asistencia y protección para niños y mujeres desplazados, para los defensores de los derechos humanos y para periodistas. Contamos con los contactos apropiados para exigirle al Estado mayor protección en un caso dado. Si esta protección no está disponible se busca una protección sólida y temporal con otro gobierno. Nuestra intención es, sin embargo, que las víctimas puedan volver a Colombia a continuar con su trabajo.