Reinsertados confeccionan diseños exclusivos de ropa

Hace un año Pablo Restrepo tuvo el sueño de crear una empresa social que aportara a la construcción de paz del país. Hoy, a través de la marca de ropa Paloma & Angostura, está a punto de lograrlo.

Este joven de 24 años, que estudió Relaciones Internacionales y Ciencia Política en Inglaterra y China, hizo una práctica en la Agencia Colombiana para la Reintegración (ACR). Allí conoció a Ederlidia, una mujer desmovilizada de las Autodefensas que decidió reintegrarse a la vida civil y con la ayuda del Estado creó Malija, una empresa de confeccion y costura.

A raíz de esa experiencia Restrepo se propuso crear una empresa que “a través del diseño genere pequeños procesos de reconciliacion al atar al consumidor final con narrativas de personas que buscan rehacer su vida fuera del conflicto armado”, según sus palabras.

“Quizás soy ingenuo, pero pretendo que cuando la gente sepa quién hizo las prendas que visten se genere algún tipo de conciencia sobre nuestro pasado. Es una especie de angustia existencial por hacer algo desde mi lugar en la sociedad”, confiesa.

El próximo 4 de junio habrá logrado cumplir la primera fase de este proyecto: se hará el lanzamiento oficial de la marca en la Casa Azul en el Barrio Quinta Camacho, donde tiene su primer local.

Paloma & Angostura promete ser una marca de ropa de alta calidad que usa los mejores materiales sostenibles y la manufactura de excombatientes de grupos armados que trabajan en Malija. Pero más allá de eso, es un proyecto social que pretende tener una cadena de produccion solidaria en donde se reinvierta parte de las ganancias en la mejora de la empresa de los excomabtientes.

Hasta el día de hoy en Malija, la empresa de Ederlidia, han trabajado más de 20 mujeres y hombres desmovilizados de distintos grupos al margen de la ley.

Paloma & Angostura también es una apuesta por lograr tener un impacto real en la generación de empleo de un sector tradicionalmente estigmatizado: el de los exguerrilleros y exparamilitares. Para Restrepo ahora más que nunca, en medio de este proceso de paz, “el sector privado debe asumir la responsabilidad de recibir a las personas que quieren reinsertarse a la sociedad. De lo contrario, seguiremos eternamente repitiendo ciclos de violencia”. 

“Creo que no podemos dejarle algo tan importante como la paz solo a los políticos. Para mí es supremamente importante demostrar que es posible tener un negocio rentable que trabaje en la construccion de un nuevo país en paz”, dice.
 
Para desarrollar el proyecto, el joven contó con la ayuda de un socio financiero italiano, una ‘community manager’ mexicana y una gerente inglesa personas  ademas de varios colombianos entre ellos filosofos, diseñadores fotografos y desarrolladores web que creyeron en el proyecto y se sumaron desde el comienzo “sin esperar nada a cambio, sólo servirle en algo al país”.

“Este proyecto es una oportunidad para que los excombatientes empiecen una nueva etapa sin resentimientos y es una alternativa para soltar las armas y empuñar, en cambio, una máquina de coser”, concluye.

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