¿PARA QUE SIRVE UN PAPA?

Nuevos aires ventilan la familia: el padre empieza a desempañar funciones que años antes no se soñaban

11 de julio de 1983

"Los padres sirven para dar dinero, ser mandones, jardineros para pescar, disparar y cualquier otro placer que se les ocurra"; dice Débora, una pequeña de 9 años, al ser interrogada sobre las funciones de su padre. Para Sara, 7 años, el papa sirve "para quemar las tostadas"; para Nicolás, sirve "para arreglar el radio, reparar un pinchazo en la rueda de la bicicleta y ayudar con las tareas de matemáticas"; para Juana, sirve "para enseñar a jugar fútbol aunque seas una niña"; para Simón, es "el que regaña" y, finalmente, para Pablo, "un padre es pesado pero es imprescindible".
Estas son algunas de las opiniones de niños de todo el mundo, que han sido recogidas en un libro titulado "Para Papá". Responden, en parte, a una pregunta menos simple de lo que parece y que tiene interpretaciones distintas según la latitud y la época.
Por tradición, el padre ha sido fundamentalmente la persona que se encarga de sustentar económicamente a la familia ("Los padres sirven para ganar dinero y hacer que la especie humana continúe "dice Susan), lo cual de alguna manera los ha eximido de otro tipo de funciones más directamente relacionadas con el trato y la crianza de los hijos, funciones que tienden a ser consideradas como patrimonio exclusivo y natural de la mujer. Por ejemplo, vestirlos, hacerles las trenzas, darles la sopa, ordenarles los juguetes, ayudarles a hacer las tareas, acompañarlos al médico o, simplemente, estarse con ellos.
El padre aparece como alguien un poco lejano, a quien no se debe molestar porque está ocupado con los problemas serios: "mi padre es la gran y fuerte cabeza de la casa. Es bastante bueno, pero si te acercas a él con cuidado", opina David.
Sin embargo, con el paso de los tiempos, el padre empieza a servir para otra serie de cosas que nunca se hubieran soñado hace unos años. En la televisión francesa, por ejemplo, se registra un alto número de comerciales que muestran hombres que cocinan, que cambian pañales, que van al mercado, que hacen la limpieza de la casa. No están allí simplemente como truco publicitario, sino porque reflejan el hecho de que los hombres están empezando a ser un mercado importante para productos como pañales desechables, detergentes y comidas enlatadas. Si esto se puede tomar como un índice de la ampliación de las funciones masculinas, hay que decir que en la televisión colombiana sólo hay un hombre que responde a este nuevo patrón: el famoso Pedro quien, en contraposición a tanto macho de pelo en pecho, muestra orgullosamente las pechugas de pollo que cocinó en su casa.

"UN PADRE ES UNA MADRE HOMBRE"
Quizá la tradicional división tajante de tareas entre el padre y la madre se deriva del determinante biológico de que es la mujer quien gesta, da a luz y amamanta a los hijos. Sin embargo, en los paises adelantados, donde la mujer ha ingresado masivamente al mercado de trabajo, de tal manera que ahora también ella sostiene económicamente el hogar, los determinantes biológicos parecen no tener ya tanto peso, y el papel del propio padre se ha empezado a plantear en términos muy distintos. En los Estados Unidos, un aviso que promueve métodos de control natal, presenta a un hombre embarazado que mira desoladamente su panza. Debajo hay un letrero que reza: "Si esto le tocara a usted, ¿no sería más cuidadoso?". Es, evidentemente, un llamado al hombre para que se ponga en el pellejo de la mujer y se acostumbre a que los problemas relacionados con el embarazo son de incumbencia de ambos. En este mismo sentido, es interesante el dato de que cada día es más alto el número de hombres que asiste al parto con su pareja, tomando un papel activo en él, y ayudando a la mujer no sólo con su presencia y apoyo emocional -lo cual ha demostrado ser clave para ambos y para su relación con el hijo que nace- sino cumpliendo tareas específicas, como sostener los tubos de oxígeno y ayudar a marcar el rítmo de la respiracion, previamente entrenados en cursos preparatorios. Esto, que hoy es una realidad cada vez más corriente, le valió la muerte a un desdichado del siglo XVI, quien se disfrazó de mujer para asistir a un parto, misión de competencia exclusiva de comadronas y que, al ser descubierto, fue ejecutado.

UN DESCALABRO
En este terreno, Colombia parece estar a medio camino entre el siglo XVI y el siglo XX. SEMANA averiguó en varias clínicas privadas de la capital sobre el número de padres que piden estar presentes en el momento del parto de sus hijos y los resultados fueron desalentadores. En la clínica de maternidad David Restrepo, donde se atiende un promedio de 300 partos al mes, no se registra un solo caso, y los médicos aclaran que de haber voluntarios, no habría condiciones locativas para permitir su presencia. En la clínica Palermo, aunque hasta hace dos años no había prohibición al respecto, esta práctica debió ser suspendida a raíz del caso poco feliz de un padre que se desmayó por el impacto que le causó el recién nacido. Más dramático aún fue lo que sucedió en la clínica del Country: un hombre que decía estar preparado para el evento, ya en el momento de la verdad empezó a sudar, se trastornó y se cayó al suelo fracturándose el cráneo, creándole al equipo médico el dilema de a quién atender primero, a la madre, al bebé o al accidentado padre. Las estadísticas globales indican que apenas uno de cada mil padres en el país lleva a cabo esta práctica.

UN ASUNTO SERIO
Todo parecería indicar, tal como van las cosas, que la manera absolutista de ejercer la maternidad -convertida en natural por la fuerza de la costumbre- que hacía que el hombre quedara completamente por fuera de la relación con los hijos, ha empezado a perder terreno. Naturalmente, más en unos sitios que en otros.
Ese intercambio de papeles que ha venido acompañando a los movimien tos feministas y a la revolución sexual le está abriendo un nuevo espacio familiar al hombre. Poco a poco, la imagen del padre como una especie de "banco móvil", de "jefe listo y fuerte, peludo y regañón", de aquel que "trabaja y trabaja todo el día para ganar mucho dinero que traer a casa para poder pagar impuestos y todas las cosas que una familia necesita" está empezando a dar paso a un nuevo modelo que, según la opinión de expertos, todavía tomará mucho tiempo para afianzarse. Porque como lo afirma un pequeño con su opinión desprevenida, "ser padre es un asunto serio".
-¿QUE TAN PADRE ES USTED?
Las nuevas tendencias empujan al hombre a compartir cada vez más tareas en la crianza de los hijos que antes recaían exclusivamente én la mujer. Averigue qué tan avanzado es usted como padre.
1. ¿Sabe cuál es la marca de leche en polvo de su hijo recién nacido?
2. ¿Es usted de los que pasean a su hijo por el corredor del apartamento, para evitar que lo vean "castigando" caminador por la calle?
3. Cuál de estos productos le aplicaría a la cola quemada de su bebé:
A. Crema Pond's
B. Picrato de Butesín
C. Pomada Cero
D. Maizena disuelta en agua oxigenada
E. Otros
4. ¿Se enteró del sexo de su hijo porque se lo contaron el médico y su mujer, o porque se lo vió algún día, mientras le cambiaba usted mismo el panal?
5. ¿Acompañó usted a su hija adolescente a comprar su primer brassiere?
6. ¿Aceptó alternar con su mujer, una noche sí y una noche no, para atender las desveladas nocturnas del bebé?
7. ¿Se sienta a hacer las tareas de aritmética con su hijo varón, o considera que con jugarle al fútbol los domingos y con competir con él en el "Atari", su labor educativa está cumplida?
8. Si su mujer y la muchacha lo abandonan, ¿se siente capaz de "despachar" un desayuno con Corn Flakes y pericos para sus hijos, antes de que los recoja el bus a las siete de la mañana?
9. Cuando asiste a las reuniones de padres de familia ¿se engloba mirándole las piernás a la profesora, o participa en la discusión sobre la metodología de la enseñanza de la teoría de conjuntos que están experimentando con sus hijos?
10. ¿Se le mide a explicarles a sus hijos cómo se reproducen las flores, las abejas y los humanos, o le deja esa compleja tarea a su mujer o al cura de la clase de religión?
11. ¿Cuándo su hija tiene fiesta de Primera Comunión es usted quien le compra el regalito para la amiga?
12. ¿Se ha enterado de cuáles son los conjuntos de rock favoritos de sus hijos o se limita a pegar el alarido cada vez que está muy alto el volumen del equipo de sonido?