SALUD

Perder el trabajo mata: estudio

Una investigación encontró una correlación entre el desempleo y un mayor riesgo de fallecer prematuramente, especialmente entre los hombres.

8 de abril de 2011

Según el profesor de Sociología de la Universidad McGill en Montreal (Canadá), Eran Shor, los datos del estudio revelaron que el desempleo incrementa los riesgos de una muerte antes de tiempo en 63 por ciento.
 
Las conclusiones del análisis se alcanzaron tras una amplia encuesta que cubrió alrededor de 20 millones de personas de 15 países, la mayoría occidentales, a lo largo de 40 años.
 
Un hallazgo importante fue que, pese a las expectativas de que un mejor sistema nacional de salud ayudara a disminuir las tasas de mortalidad, la correlación entre desempleo y alto riesgo de muerte se mantuvo en todos los países comparados.
 
“Lo interesante de nuestro trabajo es que las condiciones preexistentes de salud (diabetes o problemas cardíacos) o los vicios (beber, fumar o drogarse) no tiene ningún efecto sobre el hallazgo, lo que sugiere que la relación entre muerte y desempleo es toda una causal”, manifestó Shore.
 
“Esto, probablemente, tiene que ver con que la falta de trabajo causa estrés y afecta negativamente el estatus socioeconómico, lo que conduce a una peor salud y a unas tasas de mortalidad más altas”, añadió.
 
La investigación estableció también que la desocupación incrementa el riesgo mortal de los hombres más que en las mujeres, en una proporción de 78% a 37% respectivamente. Las posibilidades de morir se incrementan en aquellos que no superan los 50 años.
 
“Sospechamos que incluso hoy, no tener trabajo es más estresante para los hombres que para las mujeres”, argumentó Shor. “Cuando un hombre pierde su empleo, a menudo significa que una familia será más pobre y sufrirá en varios sentidos, lo que puede representar un gran impacto en la salud masculina al incrementar las ansias de beber, comer o fumar, así como se reducen las posibilidades de acceder a unas mejores salud y nutrición”.
 
La sugerencia final de la investigación es para los programas y políticas de salud pública, para que presten más atención a aquellos que perdieron sus empleos mediante intensos controles cardiovasculares junto con la promoción de actividades encaminadas a reducir los comportamientos riesgosos.