PIEL CANELA

La segunda generación de máquinas bronceadoras permitiría obtener color playero sin peligro para la salud

18 de mayo de 1987

Resulta siempre conmovedor ver, en las playas repletas de veraneantes, a las mujeres de las regiones de tierra fría que, por la poca exposición que habitualmente tienen al astro rey, parecen camarones recién pescados. Pero peor es lo que les sobreviene en la noche, cuando toman la cena en el comedor del hotel. Cubiertas de harina o cualquier otro remedio casero para las quemaduras, enfrentan una noche de perros con la esperanza de que no se les dañen las vacaciones tanto tiempo esperadas.
Como se trata de un fenómeno que ocurre en todas las latitudes, en Europa y Estados Unidos se ha desarrollado una nueva generación de máquinas bronceadoras que permiten al usuario, generalmente del sexo femenino, conseguir un color atractivo sin tener que pasar por las penas descritas en el párrafo anterior. Hasta ahora, los inventos que se habían desarrollado para ese propósito tropezaban con la dificultad de ser más cancerígenos, si cabe, que los propios rayos del sol. Esa situación parece haber cambiado.
Las nuevas lámparas, algunos de cuyos ejemplares se encuentran ya en Colombia, no solamente son apropiadas para preparar a las veraneantes para sus vacaciones, sino que hoy en día están siendo recomendadas por el Departamento de Salud de Estados Unidos, que ve con mejores ojos su utilización que la creciente incidencia de cáncer en la piel. El color bronceado que producen, no solamente resulta atractivo sino que se consigue sin producir manchas ni arrugas. El proceso técnico incluye unas lámparas ultravioleta que, contrariamente a las que existían hasta ahora, bloquean hasta el 99% de los elementos nocivos de la luz. Si se tiene en cuenta que los componentes perjudiciales de los rayos solares solamente se pueden bloquear, en el mejor de los casos, hasta en un 24% con el uso de lociones apropiadas, se entiende por qué estas nuevas lámparas resultan especialmente beneficiosas.
En Colombia se estima que el costo del tratamiento, que no incluye romance garantizado en San Andrés, pero lo facilita, estará alrededor de los $ 2.500 por sesión, sobre la base de que con cinco exposiciones, la boyacense quedará como si jamás hubiera salido de Santa Marta. Para que los resultados no se pierdan los técnicos recomiendan una aplicación de mantenimiento al mes, con lo que, desafortunadamente, los gastos fijos del hogar se incrementarán en ese valor, como si se tratara de un servicio como la luz y el agua, pero sin duda más atractivo.