POR FIN EL MILAGRO

Por primera vez la FDA aprueba una droga que acaba con la grasa sin quitar el apetito. ¿Qué <BR>pueden esperar los gordos?

7 de junio de 1999

Hasta hace un tiempo el único bastón que las personas obesas y con sobrepeso tenían
para adherirse fácilmente a una dieta eran los supresores de apetito, medicamentos que actúan
alterando los niveles de serotonina en el cerebro para que el paciente no sienta hambre y coma
menos. Sin embargo la experiencia con estas píldoras no ha sido muy favorable. Solo basta recordar el
caso de Redux, una píldora que saltó a la fama en 1997 como la gran esperanza para aquellos con
problemas de sobrepeso. Su gloria duró poco pues este medicamento _así como todos los que
utilizaban el mismo principio activo_ fue retirado del mercado después de que varios estudios
demostraran que podría tener efectos negativos graves en el corazón.
Sin embargo la Food and Drug Administration (FDA) aprobó hace unos días una droga que ha causado
nuevamente una gran expectativa entre los millones de obesos del mundo. Se trata de Xenical, una
pastilla elaborada por el laboratorio suizo Hoffman La-Roche, que acaba con la grasa sin necesidad de
quitar el apetito. A diferencia de sus antecesoras, esta droga no actúa en el cerebro sino en el
intestino. Allí bloquea la lipasa pancreática, un tipo de enzima que se encarga de sintetizar las grasas de
los alimentos. Al frenar su acción, en lugar de que las grasas salten a la vista, el organismo las
desecha. El tratamiento no es permanente. Debe tomarse tres veces al día sólo durante un año,
tiempo recomendado para que la persona se ajuste y se mantenga en su nuevo régimen alimenticio bajo en
calorías.
Ese mecanismo de acción prendió una luz de esperanza entre la mayoría de personas interesadas en
perder peso. Al principio se creyó que podrían rezar y empatar, es decir, comer helados y chocolates y
luego tomar la droga.

Bueno pero _no tanto
Pero después de que los ánimos exaltados por la emoción del anuncio bajaran la pregunta que quedó flotando
en la mente de los potenciales consumidores de Xenical es: ¿qué tan útil puede ser realmente esta nueva
droga? La respuesta, infortunadamente, es que el medicamento ayuda a bajar de peso, pero no mucho.
En las pruebas, realizadas entre 892 personas saludables pero obesas, quedó demostrado que después de
un año aquellos que fueron seleccionados al azar para tomar el medicamento y lo acompañaron con una
dieta baja en calorías adelgazaron 10 por ciento, mientras que quienes solo tomaron el placebo y realizaron
la misma dieta solo bajaron 5 por ciento. En plata blanca esto significa que quienes toman la píldora y la
acompañan de un régimen de alimentos bajo en calorías solo pueden esperar una reducción de peso del 5
por ciento.
Si bien es cierto que para una persona que tiene un sobrepeso de 40 kilos bajar solo dos no es mucho la
verdad es que para otros, que ya no logran apuntarse la ropa, reducir aunque sea un par de libras puede
marcar una gran diferencia. Por eso, aunque es una droga indicada solo para personas obesas o con
sobrepeso, es decir, aquellas que tienen hasta 30 por ciento más del peso normal, lo más probable es que
terminen usándola también aquellos que sólo desean despojarse de unos cuanto kilos para lucir perfectos
en vestidos de baño en las vacaciones. Sin embargo los médicos admiten que no se pueden esperar
milagros. "La droga no es suficiente para volverse delgado. Es solo una ayuda para quienes tienen que
hacer una dieta estricta para bajar de peso", dice Pablo Ashner, médico endocrinólogo que acaba de
dirigir un estudio de esta droga en Colombia.

Consecuencias bochornosas
Teniendo en cuenta el grado de interés que suscita una pastilla como Xenical no es raro que haya una
especial preocupación por sus efectos secundarios. Hasta el momento ha demostrado ser una droga segura
aunque con algunas consecuencias desagradables. Las personas que la toman se quejaron de gases y
calambres intestinales, hinchazón en el vientre y diarreas. Pero el efecto más aterrador es el que los
médicos han llamado con mucha diplomacia incontinencia fecal. Sin embargo algunos expertos consideran
estas consecuencias como puntos a favor. La razón es que en la medida en que la persona consuma más
grasas los efectos serán mucho más intensos. Entonces esa mala sensación puede mantener a los obesos
alejados de alimentos con alto contenido de grasas, lo cual es beneficioso para ellos. "Esta droga
altera la forma de vida. Una persona adicta a McDonald's que después tome estas pepas tendrá efectos
colaterales muy duros. Y esto forzará a que altere su modo de vida y su comida", dice el doctor Richard
Atkinson, científico de la Universidad de Wisconsin y presidente de la Asociación Americana de Obesidad.

Algunos médicos piensan que, como Xenical tiene un mecanismo de funcionamiento diferente,
eventualmente se podrá combinar con otras drogas para quitar el apetito _como Meridia_, que están
indicadas para aquellos pacientes con trastornos de la alimentación.
Pero la verdad es que una golondrina no hace verano. Los expertos en la materia aseguran que una píldora
_o incluso la combinación de estas dos_ nunca será suficiente para adelgazar. "Aún no existe un tratamiento
fácil y rápido para la obesidad", afirma el doctor Ashner. Con esta sentencia, los gordos del mundo no
tendrán más remedio que seguir batallando contra los kilos de más con los sacrificados métodos de
siempre: la dieta y el ejercicio.