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SALUD

¿Por qué debería pensar en la muerte?

Alejandro Jadad, médico catalogado por la revista 'Time' como uno de los genios del siglo XX, invita a los lectores a hacerse 26 preguntas antes de morir.

24 de agosto de 2016

Alejandro Jadad vino a Colombia para dar una conferencia acerca de cómo lograr una “buena muerte”.  Mientras el reportero gráfico se acomodaba para capturar su imagen, le preguntó a la periodista:

- ¿Qué te hace feliz?

Aprender… Para comenzar quisiera que nos contara ¿cómo acompañar a una persona con una enfermedad terminal?

- Oye, no me preguntaste qué me hace feliz a mí.

- Bueno, ¿qué lo hace feliz?

- No saber y hacer preguntas. ¿Has pensado en tu muerte?... ¿Por qué no has pensado en tu muerte?

- Porque tengo 25 años. Prefiero pensar en la vida.

- ¡La arrogancia de la Juventud! Te puedes morir mañana.

De pronto el médico se dejó caer al suelo de manera teatral. Empezó a contorsionarse y dejó en blanco sus ojos cafés. Puso sus manos trigueñas en el pecho. Empezó a jadear como si le hubiera dado un ataque al corazón. Y de un momento a otro se compuso y dijo: “¿Ves cómo es de frágil la vida? ¿Te puedes morir en cualquier momento?”

No parecía el comportamiento de un doctor catalogado por la revista Time como “uno de los genios que cambiarán el planeta en el siglo”. No parecía el hombre con 30 años de experiencia en la medicina, director de instituto Global Health Equity and Innovation, fundador del Centre for Global e Health Innovation. ¿Era él el profesor en Dalla Lana School of Public Health Toronto y es él el miembro del equipo médico de la Universidad Health Network de la Universidad de Toronto?

Alejandro Jadad. Foto: Carlos Julio Martínez. 

Semana.com: ¿Qué significa la muerte para usted?

Alejandro Jadad (A.J.): Es el mayor aliciente para aprovechar y disfrutar mi vida porque es finita, sé que tengo los días contados. Si fuéramos eternos la vida no tendría sentido, todo daría lo mismo: si quiero visitar a mi mamá puedo hacerlo hoy o en un millón de años. No importaría porque la vida sería infinita.

Semana.com: ¿Por qué pensar en la muerte?

A.J.: ¿Y por qué no pensar en ella si es el momento más importante de nuestra vida?, ¿si es la única certeza que tenemos?, ¿por qué esperar hasta que seamos viejos o que tengamos una enfermedad terminal para pensar en ella? He tenido la oportunidad de acompañar a cientos de personas que se dan cuenta de que les queda poco tiempo de vida y es sorprendente ver la tragedia. Siempre dicen: “Si hubiera sabido… y ahora que me queda poco tiempo…” Es una combinación de miedo y remordimiento. Entonces si sabemos que nos vamos a morir ¿por qué no pensar en la muerte?

Semana.com: Usted ha dicho que uno de sus objetivos es lograr que todos los seres humanos tengan una “buena muerte”, pero qué es una “buena muerte”?

A.J.: No hay respuesta. Que el que lea esta entrevista se responda a sí mismo qué es una buena muerte y que piense cómo le gustaría morir. Esa es la única forma de lograrlo, que cada persona se regale tiempo para pensar qué es una buena muerte. Lo que he descubierto con las personas a las que he acompañado en ese proceso es que quieren morirse en su casa, rodeados de los seres queridos y sin dolor.

Semana.com: También ha dicho que quiere que todas las personas mueran felices, saludables y llenas de amor. ¿Cómo puede morir saludable una persona que padece alguna enfermedad?

A.J.: En 2008 me pregunté si la salud era la ausencia de enfermedad. Yo que soy un profesional de la salud, que tengo tres especialidades médicas, tres doctorados y 20 años de universidad no sabía qué era la salud. Me tardé tres años para resignificar el término ‘salud’ con un gran grupo de trabajo. La conclusión que sacamos es que la salud es la habilidad que tenemos las personas para gestionar los desafíos físicos, mentales y sociales que se nos presenten en la vida. Tener una enfermedad no me impide ser saludable. Si he podido gestionar el dolor estoy saludable, por ejemplo.

Semana.com: ¿Logró definir también la felicidad?

A.J.: Estamos trabajando en eso. Cada cual debe definir qué es la felicidad para sí mismo. Pero para dar una idea yo retomé a Gandhi, quien decía que la felicidad era estar en armonía con lo que uno piensa, con lo que uno dice y con lo que uno hace. Yo le agregué estar en armonía con lo que uno siente. Cuando uno hace algo que piensa o siente que no debe hacer se desalinea de esa armonía.

Semana.com: También busca que las personas mueran llenas de amor, pero definir el amor es más difícil que conceptualizar la felicidad.

A.J.: No hay que responderlo. Sabemos más de lo que podemos expresar con palabras. Tú sabes qué es el amor. Pero también tratamos de dar una idea. Santo Tomás de Aquino dijo que “el amor es desear el bien” y para esto es necesario comenzar contigo mismo. La regla dorada en todas las culturas: haz a tu prójimo lo que te gustaría que te hicieran a ti, ama a tu prójimo como a ti mismo. Tienes que empezar por ti. 

Luego descubrimos que no es suficiente desear el bien; tengo que hacer el bien. Pero eso tampoco es suficiente. Lo más difícil es ver el bien en todo.

Semana.com: ¿Cómo ver el bien en la muerte de los niños por hambre?

A.J.: El punto es que no nos importa. No sentimos compasión. Primero nos tiene que importar realmente que los niños mueran de hambre. Si te importa no es suficiente desear el bien, tendrás que hacer el bien. Verás en esa tragedia la oportunidad de hacer algo que cambie eso y que te motive a vivir.

Semana.com: ¿Y si no siento realmente compasión?

A.j.: Esas preguntas se las tienen que hacer los lectores.

Semana.com: ¿Qué otras preguntas se deberían que hacer los lectores para vivir mejor y morir mejor?

A.j.: Deberían preguntarse:

  1. ¿Tiene tiempo para pensar en estas preguntas? Mientras menos piense, más vulnerable es.
  2. ¿Qué lo hace feliz?
  3. ¿Qué necesita para vivir feliz?
  4. ¿Cuál es la acción diaria que refleja que se esfuerza por ser feliz?
  5. ¿Qué cosa para usted no es negociable?
  6. ¿Se ama?
  7. ¿Hace el bien?
  8. ¿A qué le tiene miedo?
  9. ¿Qué haría si no tuviera miedo? Anthony Melo decía: “Lo contrario del amor no es el odio, lo contrario del amor es el miedo”.
  10. ¿Cómo le gustaría morir?
  11. ¿Qué está haciendo para morir de esa manera?
  12. Si muriera mañana, ¿estaría haciendo lo que hace ahora?
  13. Si fuera un enfermo terminal, ¿estaría con la pareja con la que está ahora?
  14. ¿Se aguantaría al jefe que tiene ahora si le quedaran pocas horas de vida?
  15. ¿Tiene otra alternativa para no tener que depender de su empleo?
  16. ¿Qué tiene pendiente en su vida que cree que puede hacer después?
  17. ¿Qué cosas hizo que no debió haber hecho, que hirieron a otras personas?
  18. ¿La deuda en la que se metió o en la que está a punto de meterse lo va a obligar a estar en un trabajo que no le gusta?
  19. ¿Realmente necesita aquello por lo que se va a endeudar? Algunos se pasan la vida pagando una casa que va a estar vacía.
  20. ¿En quién puede confiar?
  21. ¿Quién lo ama más de lo que usted merece?
  22. ¿Quién lo puede ayudar a cuidarse de usted mismo?
  23. ¿Qué lo distrae de su vida?
  24. ¿Por qué tiene ese deseo de alcanzar? ¿Quién se lo ha impuesto?
  25. ¿Por qué quiere reconocimiento? ¿Cuántas personas quiere que lo reconozcan?
  26. ¿Qué tanto reconocimiento necesita? ¿Lo necesita realmente?

Una alarma estridente interrumpió la conversación. Una chica de recursos humanos de la revista entró a la sala y dijo que tenían que evacuar el edificio para cumplir con un simulacro. Alejandro Jadad preguntó: “¿Y si no nos vamos qué pasa?” Ella contestó enojada: “La idea es que nos colaboren”. Él expresó: “Esa respuesta no corresponde a lo que pregunté”. La chica dejó la sala y no tuvieron que evacuar el edificio porque si no salían, no pasaba nada.