POR UNA NARIZ

La era de la nariz respingida y diminuta llegó a su fin. Lo que cuenta ahora es mantener la identidad étnica.

11 de enero de 1993

LOS CIRUJANOS plásticos han roto el molde de la diminuta nariz respingada que imperó durante cerca de dos décadas. Ante la abrumadora uniformidad lograda en los quirófanos, la tendencia actual va en sentido contrario. Lo que más se valora actualmente en el mundo de la estética son los rostros con rasgos étnicos puros. No son pocas las modelos cuyos rasgos las hubieran descalificado de plano en la década pasada, por no ajustarse al estereotipo creado por la publicidad, que hoy ganan millones gracias a que conservan en sus rostros los rasgos de su cultura. De ahí que la nueva onda en la cirugía cosmética es la de mantener, o incluso devolver, a los pacientes su etnicidad.
En opinión de los especialistas, la rinoplastia o cirugía cosmética de la nariz, es la que más daño puede hacer a un rostro. Una nariz diminuta sobre una boca grande puede romper todo el balance dado por la naturaleza que, como se sabe, es sabia.
Es por eso que ha nacido en el mundo de la estética y la cosmética una nueva clase de rinoplastia, la cirugía "Snesse", que en lugar de poner el mismo molde de nariz en todos los rostros, analiza a fondo los rasgos genéticos de cada paciente y diseña correcciones que no afecten el equilibrio total de suraza.
Esta es la filosofía que impera hoy en los consultorios de los grandes cirujanos plásticos del mundo.
Antes de pasar por el bisturí, el especialista averigua las raíces étnicas del paciente para evitar borrar de un tajo toda su herencia cultural. Los asiáticos por ejemplo, tienen narices pequeñas con un bajo puente, entonces se conserva en su forma levantando con un implante de cartílago el puente para dar una alteración muy sutil.
Entre los habitantes de Oriente Medio por el contrario lo que prima es la nariz larga y curvada; en lugar de reducir su tamaño y cambiarla completamente, se modifica el puente para hacerla más prominente y en consecuencia disminuir el relativo tamaño del "gancho". La nariz africana por su parte se caracteriza por sus amplios orificios y un carnoso puente; en el quirófano este rasgo étnico es mantenido a través de un simple procedimiento de cerrar un poco el tamaño de los orificios, El mundo de la belleza le ha dado el último adiós a las narices perfectas. Entre la uniformidad de las celebridades, cortadas todas con la misma tijera, se destaca sin duda el carácter de los rasgos de Anjélica Huston, Paloma Picasso y Barbra Streissand, quienes han sabido mantener su individualidad.