Que no cunda el pánico

Siquiatras de todo el mundo, reunidos en Rio de Janeiro, identifican el pánico como una nueva enfermedad mental.

19 de julio de 1993

Que no cunda el pánico
IMPULSAR UNA campaña mundial que permita conocer mejor los síntomas y características de la "enfermedad del pánico" es la prioridad del IX Congreso Internacional de la Asociación Mundial de Psiquiatria AMP- reunido en Rio de Janeiro.
Poco conocida por los mismos médicos, el síndrome del pánico se caracteriza por accesos súbitos en los que la persona puede sentir que está al borde de la muerte, o en riesgo inminente de volverse loco, o que los demás quieren aprovecharse de ella. El miedo y los sufrimientos físicos convierte a los enfermos de este extraño mal en personas retraídas, cuya vida familiar, social y laboral es crecientemente afectada, sin que muchas veces tengan conciencia de que se trata de un mal definido y, lo que es más importante, curable.
Por eso, este año los siquiatras han decidido hacer de la enfermedad del pánico su máxima prioridad "Se trata de difundir mundialmente los avances en su diagnóstico y tratamiento para reducir el sufrimiento de tantas personas", explicó Jorge Costa Da Silva presidente de la AMP. Como sus síntomas reproducen los de una serie de otras enfermedades, a menudo este síndrome es mal diagnosticado y peor tratado. Fuertes taquicardias y dolores repentinos y agudos en el pecho pueden ser síntomas de un ataque cardiáco pero también la primera manifestación de la enfermedad del pánico El 95 por ciento de las personas que sufren disturbios mentales son inicialmente examinados por médicos generales, quienes identifican los síntomas como una dolencia física cuando en realidad lo que necesitan es un tratamiento siquiátrico especializado. Eso lleva a que un 50 por ciento de los disturbios mentales no sean detectados.
El problema es mucho más agudo en el caso de la enfermedad del pánico. Síntomas tan disímiles como la falta aguda de aire, dolores intestinales, vértigo o vómitos que se producen repentinamente, hacen que el paciente recurra a especialistas equivocados. A menudo los exámenes clínicos no señalan la existencia de afecciones que justifiquen los síntomas. Por esa razón, son frecuentemente confundidos con hipocondríacos, personas que se preocupan desmedidamente con su salud e imaginan enfermedades. Esto a corto plazo aumenta la inseguridad de la persona y destruye la confianza del paciente en el médico, pues él sabe lo que efectivamente sintió. "Pocas veces he tenido contacto con enfermedades en la que el paciente sea tan poco comprendido, tanto por los médicos como por sus familiares señala Costa Da Silva-. Tal situación convierte a quien sufre de esa dolencia en un ser retraído, que se siente mal entre otras personas o en sitios públicos debido al temor de que un acceso de pánico le sobrevenga inesperadamente". En la mayoría de los casos, la enfermedad se manifiesta al final de la adolescencia o al principio de la vida adulta, y acentúa la sensación de inseguridad de quienes aún no están completamente integrados a la sociedad o al mercado de trabajo.
La causa directa de este extraño síndrome no es un factor externo sino orgánico. Según los especialistas, el orígen es una hipersecreción de noradrenalina, que actúa directamente sobre la región del cerebro llamada "locus coeruleus", responsable de la sensación de miedo. "El problema tiene una base biogenética todavía no definida, pero que se evidencia en el hecho de que los pacientes del síndrome tienen con frecuencia antecedentes familiares semejantes ", dice Costa Da Silva.
Descrita por médicos desde hace más de un siglo, la enfermedad fué definida como tal en los años 70, pero sólo recientemente despertó la atención de los siquiatras, lo que condujo al lanzamiento del primer programa internacional para la difusión de sus características entre la comunidad médica. -