¡Qué piedrononón!

El próximo 15 de febrero un asteroide de 50 metros de diámetro pasará a 27.000 kilómetros de la Tierra, muy cerca de la altura de los satélites. A pesar de la cercanía, su paso no representa ningún riesgo pues la propia gravedad del planeta y la alta velocidad del objeto, 25.000 kilómetros por hora, lo harán desviarse hacia las profundidades del espacio. No obstante, según el astrónomo Germán Puerta, la inmensa roca va a pasar recurrentemente cerca del planeta, por lo tanto es una advertencia de que estos impactos pueden ocurrir y aunque no serían tan catastróficos como el que barrió a los dinosaurios, efectivamente causarían mucho daño, tal y como sucedió en 1908 en Tunguska, Siberia. Para tener una idea de la dimensión de la eventualidad, Puerta dice que si cayera en el centro de Bogotá, arrasaría toda la ciudad. Por lo pronto, su paso se podrá ver con binoculares en Europa, Asia y África.