Según el estereotipo, los gays siempre están de cacería y son mucho más promiscuos. Pero no se ha encontrado evidencia científica que confirme que ellos sean más infieles que los hombres heterosexuales.

RELACIONES DE PAREJA

¿Qué tan diferentes son?

Estudios recientes demuestran que las parejas homosexuales, al contrario de lo que se creía, son menos conflictivas que las heterosexuales.

16 de abril de 2011

Hasta hace poco, las investigaciones sobre homosexuales se enfocaban en observarlos como individuos, pero no desde la perspectiva de su vida en pareja. Ahora, a raíz de los resultados de varios estudios, los expertos han concluido que los heterosexuales tienen mucho que aprenderles a quienes sostienen una relación sentimental con personas del mismo sexo.

John Gottman, terapeuta de pareja y profesor de la Universidad de Washington, y Robert Levenson, profesor de Psicología de la Universidad de California, estudiaron durante 12 años a ochenta parejas de ambas tendencias sexuales, para observar cómo interactuaban entre sí. Al final evidenciaron que los gays y las lesbianas son más amables que los heterosexuales cuando pelean con su compañero y no toman tan en serio estos altercados. Por esta razón son capaces de ponerles una cuota de humor a las riñas, lo cual disminuye la tensión. Adicionalmente encontraron que los gays y lesbianas son mucho menos conflictivos, dominantes y temerosos a la hora de enfrentar una situación difícil.

Esto sucede por el juego de roles. En el caso de las parejas heterosexuales, tanto hombres como mujeres asumen papeles específicos en la relación. Los hombres ansían de sus esposas admiración, pero se desesperan con la sensibilidad femenina y detectan a leguas si ellas están bravas. Las mujeres, por su parte, explotan en ira más fácilmente, lo que genera roces que para ninguno de los dos son graciosos. En el caso de las parejas gays y lesbianas, por el contrario, no hay evidencia de que uno asuma un papel femenino y otro masculino, por lo tanto, en su interacción diaria el peso del género es menos relevante. "Ambos lavan los platos y preparan los alimentos. Los heterosexuales pelean desde la perspectiva de género, mientras que los gays y las lesbianas, no", le dijo Gottman a la revista Time.

Un mito de los homosexuales es que no tienen pareja estable porque son promiscuos, especialmente los hombres. Pero según Daniel Friend, miembro del Instituto de Investigación de Relaciones de Pareja, que dirige Gottman, "no existen estudios que justifiquen científicamente que estas parejas sean más promiscuas que las heterosexuales", dijo a SEMANA. Un estudio realizado en 2010 por el Centro de Investigación de Género y Sexualidad de la Universidad del Estado de San Francisco demostró que el 47 por ciento de 566 parejas gays estudiadas no son monógamas. Pero esto no implica que ese comportamiento no se presente en igual o mayor proporción entre los heterosexuales. Algunos creen que esta conducta se da porque entre los gays no existe esa urgencia de fidelidad, como sí existe entre hombres y mujeres. Los gays en especial tienden más a pactar con su pareja mayor libertad sexual, por lo cual no tienen que estar pidiendo excusas por sus infidelidades. Esto, dicen, ayuda a construir mayor confianza y a que la relación sea más duradera. En esa misma línea, un estudio noruego concluyó que los gays consumen más porno que los demás individuos, por lo que se podría pensar que son más independientes de sus parejas en términos sexuales.

Un estudio publicado por el Journal of Marriage and the Family revela además que las relaciones homosexuales no se erosionan tan rápido y son más equitativas. Un estudio hecho por Lawrence Kurdek de Wright State University mostró que en un periodo de 12 años, 21 por ciento de las parejas gays y lesbianas terminan su unión, apenas 7 por ciento más de las rupturas de parejas heterosexuales.

Las investigaciones de Gottman y Levenson hallaron que, en efecto, las parejas homosexuales son mucho más maduras. Los autores explican que "existen menos barreras entre las del mismo sexo, mientras que entre los heterosexuales la jerarquía derivada del machismo incide en sus disputas".

En cambio, los homosexuales no se destacan por su capacidad para resarcir las heridas que quedan de los enfrentamientos, y en esto pecan más los hombres que las mujeres. Paradójicamente, algunos trabajos han encontrado que la apatía es la principal causa del fracaso de una pareja, porque para ellos la emoción y el dramatismo son vitales. En sus trabajos, Levenson y Gottman han visto que las más satisfechas son aquellas que tienen más tensión durante sus peleas. Los heterosexuales, por el contrario, cuando tienen altercados muy fuertes se sienten frustrados porque añoran relaciones más apacibles.

Según Friend, a pesar de los avances en la investigación, hace falta profundizar más sobre el tema, lo cual es importante especialmente ahora, cuando se discuten en todo el mundo leyes para permitir el matrimonio entre personas del mismo sexo y la adopción de hijos. En ese sentido, conocer que las diferencias entre estos dos tipos de parejas son mínimas, como lo muestran las investigaciones, podría facilitar el debate y llevar a que sean aceptadas en la sociedad.