Hoy muchas personas tienen manifestaciones de estrés a diario por falta de espiritualidad. | Foto: © Monkey Business Images/Corbis

SALUD

¿Sirve rezar para curarse?

La semana santa que ya termina es un buen momento para explicar la relación entre espiritualidad y salud.

28 de marzo de 2016

La medicina convencional no ha tenido en cuenta la importancia de la espiritualidad y los sentimientos en el origen o mejoría de una enfermedad. Pero recientemente, muchos expertos en el mundo se han dedicado a investigar estos fenómenos. Gracias a esos estudios hoy se sabe que la espiritualidad es relevante en la aparición y mejoría de las enfermedades. Según el médico pediatra Jaime Forero Gómez, aunque parezca descabellado, cuando la persona maneja mal algunos sentimientos como la tristeza es posible que surja una predisposición a ciertos males, incluido el cáncer.

Según el experto es sabido, por ejemplo, que el dolor intenso que causa la pérdida de un ser querido puede activar la liberación en el cerebro de catecolaminas, neurotransmisores que producen en el cuerpo las mismas manifestaciones del estrés intenso. Lo grave, dice Forero, es que hoy muchas personas tienen manifestaciones de ese estrés a diario por falta de espiritualidad. Por eso, “el envidioso y arrogante tiene más cáncer y enfermedad neurodegenerativa o psiquiátrica que el que no lo es”, dice.

Esto sucede porque la liberación de catecolaminas disminuye el flujo de sangre al intestino, lo cual modifica el medio ambiente de este órgano. Esto a su vez acaba con las bacterias probióticas, lo que produce inflamación crónica, causal de algunos tipos de cáncer y trastornos cerebrales. “Hay estudios que muestran una asociación fuerte e importante entre el cáncer de tubo digestivo, cerebro, seno, hígado, vías biliares y útero con personalidades en las que predominan estos sentimientos”.

Si a los sentimientos inadecuados se le añade la contaminación del medio ambiente y la alimentación “chatarra”, la severidad de las enfermedades asociadas a los sentimientos aumenta, y el tiempo de inicio de ellas se da más temprano en la vida.

Según Forero, el cuerpo debe estar equilibrado y autorregulado para prevenir la mayoría de enfermedades. Esto se logra con espiritualidad. La razón por la cual este tipo de introspección sirve es debido a que la conexión interior entre cerebro e intestino mantiene el sistema de defensas activo y sin enfermedades. Hoy se sabe que las bacterias benéficas, o probióticas, regulan tanto el intestino como el cerebro. “Ellos son los dioses del cuerpo y si se normalizan, es posible tener cura de casi todo”, dice el pediatra.

El especialista reporta que en las unidades de cuidados intensivos que tiene bajo su coordinación hay niveles muy reducidos de mortalidad debido a que a la gente se le permite tener cualquier manifestación de espiritualidad. “Las mamás de niños prematuros menores de 1200 gramos son las que curan esos niños. Es muy lindo ver cómo un prematuro grave en incubadora se transforma apenas siente y oye a su mama”, cuenta el experto.

La idea no es rezar 15 rosarios ni subir al cerro de Monserrate arrodillado. Según él, la espiritualidad es un espacio en el interior de cada cual en el que juegan un papel la fe, la honestidad, la paz y la tranquilidad. “Algunos sacerdotes lo dicen: que la iglesia está en cada uno de nosotros y que es más valiosa mi señal de la cruz sincera al salir de casa que ir 6 horas a la iglesia y dar diezmos absurdos”. Señala que en muchas ocasiones con solo el sentimiento interior se logra mucho. Por eso está convencido de que las cadenas de oración generan sentimientos positivos, cambios y vibraciones que llevan a una mejor actitud frente a la vida, felicidad, equilibrio y cura.

El problema, según Forero, es que la espiritualidad ha sido mal entendida y muchos caen en religiones y sectas cuya función es solo lucrativa. Además de esto, ni a la iglesia ni a los médicos les interesa el tema y por eso “manejan un poco de paradigmas absurdos”. El médico concluye que hoy se sabe que muchos problemas del cuerpo se pueden mejorar a base de reprogramar la mente, lo cual se logra con un estado mental adecuado y alimentación, ejercicio y ambiente sanos. “La espiritualidad genera energías indescriptibles que uno no puede creer hasta que le toca vivirlas y eso a mí, como médico, y a la gente que trabajo con uno, nos da felicidad y paz”.