Los platos más estigmatizados son buenos si se consumen con moderación

NUTRICIÓN

Revisionismo dietético

Ahora resulta que los alimentos que antes mataban, como el huevo, la sal, el chocolate y las carnes, pueden ser benéficos.

17 de septiembre de 2011

Por muchos años se ha creído que para tener buena salud hay que consumir alimentos etiquetados como 'dietético' y 'bajo en calorías', y dejar a un lado la grasa, el huevo, el chocolate, el alcohol y la sal, que gozan de mala fama entre la gente. Pero la más reciente evidencia sugiere que abolir por completo estos alimentos sería una decisión poco saludable, porque se ha demostrado que estos supuestos villanos no solo no son tan malos como parecen, sino que podrían ser benéficos para el organismo.

Quien lo dice no es ni más ni menos que Mahmet Oz, el cirujano cardiotorácico que dirige The Dr. Oz Show, un programa diario de televisión en Estados Unidos en el que este experto brinda consejos sobre salud personal. En un reciente artículo publicado en la revista Time, el experto limpia la imagen de muchos de los alimentos que se han incluido en la lista negra por exageración o imprecisión.

Entre esos, el más vilipendiado ha sido la grasa. "La misma palabra es una sentencia. Nadie quiere tener grasa en su cuerpo, entonces, ¿para qué comerla?", escribe Oz. Pero lo cierto es que la grasa monoinsaturada, presente en los aceites de canola y oliva, es beneficiosa para bajar el colesterol malo, o LDL, y subir el bueno, o HDL, con lo cual se controla la aterosclerosis y se protege el corazón. Las grasas poliinsaturadas, como el Omega 3, también son buenas para bajar el LDL y detener el envejecimiento del cerebro.

Pero de todos los tipos de grasas, las saturadas, que se encuentran en productos animales, así como las trans, presentes en algunos aceites, son las más perjudiciales, aunque, según Oz, aun en este grupo hay algunas excepciones. Una de esas es el aceite de coco y la otra es el huevo, un alimento que era casi prohibido para los adultos y que ahora no es tan mal catalogado y se recomienda diariamente, con todo y yema, por ser un alimento barato y rico en proteína de alta calidad. Según explica el experto, lo que hoy se sabe es que solo un porcentaje mínimo de la población tiene problemas con el colesterol. "Esos pocos sirvieron de medida de caución para todos, y así fue como el huevo y la carne, aunque perjudiciales si se comen en exceso, llegaron a ser vistos como si fueran radiactivos", dice.

Algo similar le pasó a la leche entera, que, según el médico, fue condenada por su nivel de grasa, pero, paradójicamente, ahora se sabe que puede ayudar a controlar el peso. Aún más, se ha visto muy poca diferencia entre la leche sin grasa y la entera cuando la gente quiere bajar algunos kilos. "Incluso se ha visto que cuando se le extrae toda la grasa a la leche, quedan unos azúcares naturales que interactúan con las hormonas, especialmente la insulina, de la misma manera que un caramelo".

La imagen negativa de la sal también está cambiando. Antes se creía que aumentaba la presión arterial en todas las personas, pero a la luz de nuevos estudios ahora se sabe que solo lo hace en el 10 por ciento de la población. Sin embargo, cada quien debe saber si es de los sensibles y, aun cuando no lo sea, lo mejor es controlar el salero pues añadirla a los alimentos preparados podría contribuir a estimular el apetito. "La buena noticia es que los hipertensos pueden beneficiarse de una reducción de sal en sus dietas", señala el experto.

Sobre el beneficio del vino tinto, rico en un tipo de antioxidante llamado resveratrol, ya se ha dicho mucho. Su bondad es que controla los niveles de colesterol en la sangre. Oz reitera no exceder la dosis de dos copas diarias. El vino rojo tiene un efecto positivo adicional y es que se toma con amigos, y ser sociable, está demostrado, ayuda a prolongar la vida. El chocolate también es fuente de antioxidantes, pero mientras más negro sea y menos adulterado esté con leche y otros ingredientes, mejor. La última recomendación de Oz es incluir todos estos alimentos estigmatizados en la dieta semanal, pero con una gran advertencia: consumir con moderación.