| Foto: Volkan Furuncu / Agencia Anadolu

ENTREVISTA

“Donald Trump está cuerdo pero tiene síntomas de manía”

Según el psiquiatra Nassir Ghaemi, el presidente no tiene problemas mentales sino síntomas de distimia, un rasgo de la personalidad que lo hace impulsivo, tener una gran autoestima y mucha energía. Eso, según el experto, no es impedimento para gobernar.

18 de enero de 2018

Pese a los rumores de que Donald Trump había perdido la cordura, sus médicos anunciaron recientemente que gozaba de buena salud cognitiva tras un examen general al que el mandatario se sometió en días pasados. Para aclarar lo que significa vivir con una enfermedad mental y ocupar un cargo de la importancia del de la Presidencia de Estados Unidos, SEMANA habló con el psiquiatra Nassir Ghaemi, autor del libro A first Rate Madness, en el que relata cómo muchos líderes mundiales como Thomas Jefferson y Winston Churchill han ocupado la Presidencia con enfermedades mentales sin que haya sido un problema. Por el contrario, el sostiene que su enfermedad los ayudó a gobernar. ¿Es este el caso de Donald Trump? Lea la respuesta en esta entrevista.

SEMANA: Algunos psiquiatras han hecho una valoración sobre la salud mental del presidente Donald Trump. Recientemente una profesora de la Universidad de Yale fue al Congreso de Estados Unidos a hablar sobre el asunto. ¿Usted está de acuerdo con lo que ellos están diciendo?

Nassir Ghaemi: No, no lo estoy. Su visión es que Trump tiene “desorden de personalidad narcisista”. Ese diagnóstico ha sido invalidado, lo que significa que ha mostrado ser falso al usar los estándares de los estudios científicos. Hace parte del sistema de diagnóstico psiquiátrico oficial conocido como DSM-5 principalmente porque es popular entre los expertos clínicos. Pero esa popularidad no cambia el hecho de que sea un concepto débil científicamente. Esto no significa que la palabra "narcisista" carezca de sentido como adjetivo y no sea aplicable al presidente. Sí, el es arrogante. Pero no es un término biológica ni medicamente significativo; no es una enfermedad. En contraste, la depresión y la manía son conceptos que han sido probados científicamente con la biología humana y la enfermedad.

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SEMANA: ¿Entonces qué mal padece el presidente?

N.G.: En mi opinión, el presidente Trump tiene síntomas leves de manía también llamada hipertimia. Manía significa que es rápido en su pensamiento, sentimientos y movimientos. La gente con síntomas de manía tiene alto deseo sexual, mucha energía, duerme poco, habla mucho, y tiene una alta autoestima. Cuando es severa, lo síntomas puede llevar a un comportamiento impulsivo y peligroso. Pero cuando es suave, los síntomas de manía pueden incrementar la creatividad y la productividad y están asociados a una gran resiliencia al estrés.

SEMANA: ¿Es válido dar un concepto médico de una persona pública sin haber hablado con ella?

N.G.: No, no creo. Debido al estigma y la discriminación contra las condiciones psiquiátricas, muchas personas rehúsan hablar al respecto. Si hacemos eso, entonces estaremos contribuyendo al estigma y a la discriminación.

SEMANA: ¿Si el presidente Trump tuviera una condición mental confirmada, sería esta suficiente razón como para retirarlo de su cargo?

N.G.: No, no lo es. En mi libro, describo cómo muchos de nuestros líderes han tenido depresión y enfermedad bipolar. No son enfermedades que los descalifiquen; incluso podrían ser una cualidad. Sin embargo, hay aspectos favorables y desfavorables en las condiciones psiquiátricas, como la enfermedad maniaco depresiva, pero no deberían descalificarse por sí mismas.

SEMANA: En su libro menciona que la depresión de Winston Churchill ayudó en un momento en que ningún otro líder reconoció la amenaza nazi. ¿Cuál sería la ventaja de una persona con el temperamento de Trump (o con sus supuestos problemas mentales) en la Casa Blanca?

N.G.: Muchos empresarios, como Trump, tienen hipertimia, y eso contribuye al éxito de sus negocios. Como dije, también hay aspectos negativos, como la impulsividad, especialmente con un deseo sexual más alto, y la elevada autoestima lo que puede llevar a arrogancia y a orgullo (también llamado narcisismo) y a tener poca empatía con personas que son diferentes. La ventaja entonces es que Trump podría ser creativo y resiliente, pero la desventaja sería que es impulsivo y arrogante.

SEMANA: Explique por qué.

N.G.: En mi libro el concepto clave es que estos rasgos maniacos y depresivos son útiles para los líderes en tiempos de crisis, pero son dañinos en tiempos de paz. Cuando las cosas están bien, la creatividad del líder hipertimico no se necesita y no es beneficiosa porque él tratará de cambiar las cosas que no necesitan modificarse. Y los aspectos negativos como la impulsividad y la arrogancia causarán problemas que no necesitan que sucedan. Creo que estamos en tiempos de paz y prosperidad ahora en los Estados Unidos y que la hipertimia del presidente Trump es más dañina que ventajosa como líder hoy.

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SEMANA: ¿Se podría concluir, como lo han dicho muchos columnistas de diarios estadounidenses, que Trump no está loco sino que simplemente es una mala persona?

N.G.: No creo que él sea una “mala persona”. Muchos líderes pueden ser “malos” desde la perspectiva nuestra o incluso desde una visión histórica, pero no son malas personas. Pueden ser individuos correctos en su vida personal, en sus relaciones con sus amigos y familiares. Esta podría ser una perspectiva para mirar a George W. Bush o a Tony Blair, aun cuando alguien observe su liderazgo como malo y dañino por la guerra de Irak, por ejemplo. Por lo tanto, no diría que el presidente Trump es una “mala persona”. Aún si alguien tiene esa opinión no es un concepto médico sano en términos científicos.

SEMANA: ¿Qué puede concluir de este debate sobre la salud mental de Trump?

N.G.: En cuanto a su “enfermedad mental”, mi punto de vista es que no es malo ni bueno, en términos absolutos. Tiene posibles problemas y beneficios. Es conveniente para reducir el estigma y la discriminación decir que el presidente puede tener una enfermedad psiquiátrica que tiene un lado negativo como uno positivo, que tomar la visión de que por tener dicho mal tiene que dejar el cargo inmediatamente. Esto último incrementa el estigma, en mi parecer, porque asume que cualquier condición mental es simplemente “mala” y que esas personas no deben estar en cargos públicos. Eso genera más estigma. Mi visión no.