PROFECÍAS

Sálvese quien crea

Una nueva producción cinematográfica pone sobre el tapete la idea de que el mundo se acabará en 2012. Los expertos en el tema explican el verdadero significado de esta fecha.

14 de noviembre de 2009

Según el antiguo calendario maya, el 21 de diciembre de 2012 culmina un ciclo de 5.200 años de civilización. Este enunciado bastó para que el director Roland Emmerich hiciera 2012, una película que se estrenó la semana pasada y que narra la inevitable destrucción del planeta por fallas en el centro de la tierra. El Cristo Redentor de Río se destruye, la Capilla Sixtina se desmorona y un portaaviones es alzado por una ola de un kilómetro de altura que se estrella contra la Casa Blanca en este filme que le ha puesto los pelos de punta a más de uno y que nuevamente ha desatado una avalancha de teorías sobre el fin del mundo. La idea del cataclismo ha tenido tanto auge, que portales en Internet como 2012endofday.org, Survive2012.com y December212012.com pintan un panorama espeluznante para dentro de tres años.

Sin embargo, esa profecía de los antepasados indígenas no representa precisamente el apocalipsis, y por eso los que saben del tema explican el verdadero significado de esta fecha para el futuro de la humanidad.

Según Juan Alejandro Velásquez, experto en astrología tradicional maya y quizás uno de los que más saben de este tema en Colombia, efectivamente ese día se cierra un gran ciclo, pero esto no significa que el planeta se vaya a destruir. "Los mayas desarrollaron 20 calendarios, y en 2012 siete de estos marcan el inicio de otros 5.200 años", aclara Velásquez, quien la semana pasada presentó oficialmente su libro Los mayas, una cultura viva, un día antes del estreno de la película. En este texto se habla de que en lugar de destrucción, esta fecha marca el comienzo de un nuevo período que se caracterizará por ser una época de renovación en la que entran nuevas energías a la Tierra "que nos vuelven más poderosos, con mejores dones y cualidades", dice.

"Este período es trascendental porque es el despertar de la conciencia del individuo de no vivir sumido en el ego, sino abrir el corazón a la sociedad y reconocernos como hermanos", anota Velásquez. Y agrega: "Debido a las nuevas vibraciones que lleguen, el humano tendrá una genética mejor e iniciará una época de luminosidad en la que desaparecerán las fronteras y se erradicará la pobreza". Aunque el experto reconoce que sí se producirán cambios en la Tierra, estos se darán de manera paulatina para que la humanidad se vaya adaptando a nuevas situaciones.

Lo interesante es que los mayas no son los únicos que se han referido a 2012 como un año de cambios importantes en la humanidad.

Como explica María Fernanda Gómez, quien ha estudiado el I Ching durante 20 años, esta ciencia predice una revolución de la fe para este día, en el que las personas profundizarán en el campo espiritual y buscarán una creatividad interior. "De acuerdo con esta filosofía oriental, 2012 es un año regido por el doble trueno, que simboliza una activación energética. El trueno anuncia la lluvia, y ésta libera, baña y purifica el aire de las tensiones. Es una etapa de desprendimiento de lo banal, pero nada apocalíptico", explica Gómez.

Esta visión es compartida por Claudia Roldán, experta en Feng Shui, otra práctica ancestral china que también ha centrado su atención en esta fecha. Según Roldán, 2012 "es considerado como 6, que representa el cielo, la energía universal de un cambio a lo espiritual para entender o aprender a vivir mejor". Si bien aclara que en el Feng Shui hay dos visiones, una positiva y una negativa, que podría suponer un año explosivo y violento, en ningún momento hay ideas de finalización de la vida, sino de equilibrio.

Para el sociólogo Fabián Sanabria, las construcciones ficticias y míticas sobre el fin del mundo siempre han existido porque exaltan la desesperación de la gente, a tal punto que genera un sufrimiento colectivo que mitiga las angustias particulares de cada individuo.

Como dice Alasdir Spark, catedrático de la Universidad de Winchester y experto en teorías conspirativas, la idea catastrófica de 2012 hace parte de una creencia de la nueva era que comenzó en los años 70, producto de una interpretación errónea que se ha hecho sobre el calendario maya. Spark dijo a SEMANA que la obsesión por el fin del mundo es propia de "nuestra época, que parece estar plagada de incertidumbre sobre el futuro, y las visiones apocalípticas son cada vez más populares porque las personas prefieren un final más rápido".

Esto se ha evidenciado por la paranoia que se vive en varias partes del mundo con el tema de 2012. Tanto así, que la semana pasada el astrobiólogo de la NASA David Morrison, ante los cientos de correos que todas las semanas le envían personas impacientes sobre el futuro de la Tierra, publicó en la página oficial de esta organización respuestas relacionadas con la destrucción del planeta. Incluso, un adolescente le expresó su intención de suicidarse para no presenciar ese día.

¿Es verdad que la Tierra va a ser tragada por la Vía Láctea

, ¿el planeta va a cambiar el sentido de la rotación? o ¿un meteorito va a estrellarse contra nosotros y nos va a matar a todos? son algunas de las dudas que Morrison ha tenido que resolver. La más frecuente tiene que ver con la existencia de un supuesto planeta llamado Nibiru, descubierto por los sumerios, que chocará contra la Tierra. "Si existiera un planeta camino hacia el sistema solar, simplemente no podría ocultarse. Esta supuesta catástrofe ya había sido prevista para mayo de 2003, pero como no ocurrió nada, la fecha cambió para diciembre de 2012 para relacionarla con lo del calendario maya", respondió Morrison.

Este escenario de desastre, dice Morrison, es un engaño que ha cobrado fuerza con el estreno de la película de Hollywood. Según él, se trata de una estrategia publicitaria debido al dinero que se mueve alrededor de la idea del fin del mundo. En Amazon.com figuran 175 libros relacionados con el día del juicio, y varios sitios web han aprovechado esta fecha para vender películas que prometen esclarecer la verdad sobre el Nibiru, mientras otros ofrecen kits de supervivencia. Lo preocupante, dice Morrison, "es que esto ha generado una distracción de preocupaciones más importantes como el calentamiento global y la pérdida de la diversidad biológica".

Según Sanabria, las teorías catastróficas no son nada nuevo y "surgen de manera arbitraria cuando no estamos seguros de la tradición ni del origen de las cosas". En la Edad Media el temor fue la llegada del año 1000, hace medio siglo era la guerra atómica, y una década atrás el pánico fue generado por el supuesto colapso de los computadores. "Esto refleja el miedo que tiene la persona de asumirse autónomo y responsable, y por eso les echa la culpa de su mediocridad a las profecías, al cosmos, a la religión o al Apocalipsis", dice Sanabria.

Por su parte, Velásquez considera que la idea del fin del mundo sólo demuestra que el ser humano se ha desligado de la divinidad. Mientras tanto, el científico Morrison tiene una respuesta más pragmática. "Mi calendario de escritorio termina el 31 de diciembre de 2009, pero eso no significa que ese día caerá el Armagedón".