CIENCIA

Se habla 'spanglish'

Millones de hispanos en Estados Unidos no hablan ni inglés ni español. Un libro recopila las 6.000 expresiones más usadas.

29 de septiembre de 2003

MarIa fue a la washateria pero no tenía un daim para estartear la máquina. A la salida notó que debía fixear las brekas de su troca. Llegó a casa y vacunó la carpeta y mopeó todo para poder watchar las muvis con su novio esta noche. Quiere ver la secuela de Indiana Jones. Luego se fue a la marketa a comprar grocerias y de vuelta le dio un raid a su amiga. Calentó su lonche, que estaba en el friser, y llamó de para atrás a José para checar si le había imeiliado la foto.

Seguramente muchos al leer no entendieron qué fue lo que hizo María. Pero miles de norteamericanos de origen 'hispano' se entienden utilizando este extraño vocabulario. Se trata del spanglish, un híbrido entre el inglés y el español, los dos idiomas más hablados en Estados Unidos en este momento. En la medida en que la población de latinoamericanos ha ido en aumento esta mezcla cada vez ha empezado a cobrar más importancia. En Nueva York, Miami, Los Angeles y San Antonio y hasta en los campos de Oregon y Arizona ellos se comunican así, ya sea pasando de un idioma a otro (un fenómeno que los expertos conocen como code switching, adaptando una palabra en inglés al español (clickear, por ejemplo); traduciendo literalmente una frase de un idioma (voy a llamar para atrás para referirse a call back) o pronunciando una palabra en inglés con la fonética del español, como sucede con eskip (del verbo to skip).

Desde hace algún tiempo el tema ha generado una controversia en Estados Unidos entre quienes opinan que el spanglish es una forma válida de comunicación producto de un choque de culturas y los académicos protectores del buen habla, quienes ven aterrados cómo se atropella la lengua de Cervantes.

No es un sistema unificado y aunque la radio y la televisión han contribuido a propagar el spanglish aun los términos que se emplean en algunas regiones de Estados Unidos resultan incomprensibles en otras comunidades. Para poner cierto orden a este caos de léxico -y de paso aumentar el debate- apareció hace unas semanas el libro Spanglish: the making of a new american language, de Ilan Stavans, un profesor de español del Amherst College, quien se dedicó en los últimos años a recopilar 6.000 palabras de esta jerga loca, como a veces se le llama. El catedrático fue rescatando de las colonias de hispanos en Estados Unidos este listado, que crece día a día en la medida en que lo hace también esta población, que ya suma 39 millones de personas, más que los habitantes de España.

Pero el mensaje de Stavans va mucho más allá de recopilar la palabra graciosa o de mostrar el proceso que llevó a la aparición de la frase 'vacunar la carpeta', que a través de una versión fonética de vacuum the carpet llega a ser el equivalente en spanglish de aspirar la alfombra. En el fondo lo que busca es promover la necesidad de ver este fenómeno como algo serio. "Es un idioma que se puede reconocer y se está desarrollando muy rápido, dice. Es un dialecto apropiado e inevitable que resulta del contacto tan estrecho entre el español y el inglés y, por lo tanto, es una revolución lingüística pero también cultural", agrega.

En países distintos a Estados Unidos la gente está muy lejos de hablar con frases como quiero ir a la rufa (roof, que traduce azotea), me voy por lontain (de long time, que traduce mucho tiempo) o necesito mi grincar (green card, que es la tarjeta de residencia). Y es probable que nunca lo hagan. Pero Stavans piensa que los desarrollos tecnológicos se hacen en inglés y eso lo convierte en una lengua franca por excelencia, que tiene cabida en todas partes. Por eso sostiene, con cierta exageración, que el spanglish es un fenómeno que se vive también en Latinoamérica, donde términos como forguardear, printear, chatear o imprimir amistosamente (de print friendly) y clickear ya hacen parte del léxico de todos los días. "El 'spanglish' es la respuesta a las necesidades urgentes de encontrar palabras rápidas e inmediatas a la tecnología en un mundo moderno", afirma.

A su modo de ver lo que está pasando en estas comunidades no es muy distinto a lo que ocurrió con la corrupción del latín en la época de los romanos y que dio origen a lenguas como el francés, el español y el italiano.

Pero para los académicos una cosa es incorporar vocablos nuevos y otra muy distinta abusar de las estructuras gramaticales y de la sintaxis de una lengua. Por eso opinan que al spanglish hay que tomarlo en serio pero no para darle rienda suelta sino para evitar que acabe con el español, al menos el de Estados Unidos. "Hay que hacerles tomar conciencia de que estamos adoptando estructuras que no corresponden a nuestra lengua", dijo a SEMANA Mariano Lozano, director del departamento de dialectos del Instituto Caro y Cuervo. Para Jaime Bernal, miembro de la Academia Colombiana de la Lengua, lo importante no es condenar el uso sino ver por qué se producen estos cambios. Y aunque opina que no se puede ser demasiado purista tampoco es conveniente ser muy permisivo ante "chambonadas como el 'qué tú piensas" del show de Cristina, que no es otra cosa que una afectación inglesa de la estructura de la lengua castellana.

La otra gran crítica del idioma no tiene que ver con las reglas de sintaxis sino con el tema político. Algunas personas observan que el inglés es la llave que abre puertas de oportunidad y el spanglish sólo favorece la marginalidad de las comunidades latinas, pues es el lenguaje de los pobres y poco estudiados hispanos que no tienen el nivel de educación suficiente para aprender bien las dos lenguas. Para Stavans es todo lo contrario. "Es una herramienta de empoderamiento, una manera de aceptar que venimos de dos culturas pero que seguimos siendo norteamericanos". Lo cierto es que la presencia de hispanos en su país también ha tenido influencia en el inglés de los estadounidenses, para quienes 'tortilla', 'salsa' y 'hacienda' ya son códigos reconocibles.

Pero el interrogante es si el spanglish se convertirá con el tiempo en un nuevo idioma. Algunos consideran que cruzará más fronteras hasta llegar incluso a Europa y que, como sostiene Stavans, el español ya nunca volverá a ser el mismo de antes.

Más allá de las polémicas es interesante observar el proceso que se está gestando. Lo cierto es que la creación del spanglish tiene que ver tanto con la aculturación de las masas de hispanos que viven en Estados Unidos como con la creación de un idioma. Para algunos se trata de la creación de palabras genuinamente nuevas y para otros de la claudicación de una lengua ante un idioma dominante. No será ni inglés ni español, será una lengua repleta de vocablos y expresiones ininteligibles para los hablantes de ambos idiomas, como colorid (caller ID) o washeteria (lavandería) a los que Stavans considera hermosos, poéticos, adorables e inteligentes.