La compañía japonesa decidió basar su estrategia en el sistema operativo Android, con su línea NXT.

TELÉFONOS

Sony entra en la pelea

Los analistas se preguntan si la compañía japonesa puede convertirse en la tercera fuerza en la fiebre de los 'smartphones'.

Álvaro Montes
6 de octubre de 2012

En Estados Unidos y Europa la mitad de los teléfonos móviles que se venden pertenecen a la categoría de los llamados smartphones, los dispositivos que se usan para mucho más que solo hablar. El mercado de teléfonos móviles en el mundo está por los 6.600 millones de usuarios, y se estima que esa penetración del 50 por ciento de la categoría smartphones, alcanzará al resto de países a lo largo del próximo año. Dicho en otras palabras, el negocio hoy no es fabricar aparatos simples y económicos, sino teléfonos inteligentes y sofisticados, que se conecten a las redes sociales, ejecuten decenas de aplicaciones y se asemejen a un computador portátil.

Esta tendencia animó a las grandes compañías tecnológicas a poner de nuevo sus esperanzas en el sector, que crece sin parar. Se rumora que Microsoft planea entrar en el negocio; Google lo hizo hace poco, al adquirir Motorola; y la japonesa Sony, después de varios años con tan solo un pie en la industria de teléfonos, mediante la marca compartida Sony Ericsson, decidió comprar la otra mitad a su socio y meter los dos pies en la fabricación de telefónos inteligentes.

Samsung y Apple dominan el mercado de los smartphones, con el 55 por ciento de las ventas en los dos primeros trimestres de 2012, según estimaciones de la firma AbiResearch, cuyo principal analista, Michael Morgan, se preguntaba hace poco si habría espacio para una tercera alternativa en este segmento. Con Nokia y RIM (el fabricante de Blackberry) en decrecimiento, esa tercera fuerza podría ser Sony, el único de los otros que aumentó sensiblemente su cuota de mercado en ese periodo. Los primeros teléfonos de marca Sony han llegado recientemente al país y se conocen como la serie NXT, a la que pertenecen los Xperia S, P y U, entre otros. Sony decidió estrenarse en el mundo de los celulares basando su estrategia en el sistema operativo Android, el de mayor aceptación en el mercado y el mismo que le dio tanto éxito a Samsung, ZTE, LG y otros fabricantes.

El más emblemático de sus productos es el Xperia S, al que dotó de una pantalla sobresaliente, con el motor Bravia, el mismo de los televisores de la marca. Este terminal cuenta con todas las prestaciones que un usuario quiere encontrar en un teléfono: cámara de 12 megapixeles que graba video en 1.800 pixeles (especificación conocida como Full HD) y una cámara frontal de 720 pixeles (HD). Pero tal vez el rasgo diferenciador frente a sus rivales es que cuenta con certificación Play Station (que es propiedad de Sony), lo que convierte a los teléfonos de esta compañía en los mejor preparados para la tendencia que se supone definirá en el futuro cercano el mercado: jugar en los celulares.

Por último, este fabricante agregó una original manera de explotar las ventajas del nuevo protocolo NFC (Near Field Communication), el cual permite que dos dispositivos se comuniquen e intercambien información son solo acercarlos uno al otro, sin más mediaciones ni configuraciones. Los Smart Tags son unos dispositivos del tamaño de una moneda, que cargan configuraciones preestablecidas por el usuario y bastará acercar el teléfono a una de ellas para ejecutar una serie de acciones. Por ejemplo, encender todas las aplicaciones de oficina y conectividad cuando se llega al trabajo.

Vienen en camino más competidores interesados en ser la tercera fuerza del negocio móvil. Exempleados de Nokia lanzarán teléfonos con el sistema operativo Meego (que Nokia abandonó cuando selló su alianza con Windows Phone) y se sabe que firmas importantes de la electrónica de consumo quieren entrar.