SALUD

Tener un perro es beneficioso para la salud

Compartir el día a día con el amigo de cuatro patas lo ayuda a sentirse querido, lo relaja, aumenta su ánimo y facilita las relaciones interpersonales. No subestime sus capacidades, y si no tiene uno, contemple adoptarlo.

28 de abril de 2012

Entrar a casa y encontrar a todos los miembros de la familia sumidos en sus quehaceres nos recuerda lo importante que es tener un perro que enloquezca por nuestra llegada. Estos son los que dejan de hacer lo que sea por mostrarnos su emoción: brincan, corren, lamen, mueven la cola sin parar y con ello, es difícil imaginar una mejor recompensa al esfuerzo del día.
 
Este refuerzo positivo que es capaz de brindar el perro, sin poner condiciones, produce una reacción igualmente emocionante. Se vincula con un aumento de la autoestima, el buen ánimo y el sentimiento de compañía.
 
El Huffington Post publica un trabajo en el ofrece explicaciones científicas sobre las reacciones que tiene el ser humano en el marco de una relación estrecha con un perro. No se incluyen esos casos en los que el animal está amarrado en una esquina del patio y no tienen ningún tipo de contacto con los integrantes del grupo familiar. La función del perro guardián que ofrece seguridad, más que cariño, no es el objeto de este estudio.
 
Alan Beck, director del Centro para el Vínculo Humano-Animal de la Universidad de Pordue, EE.UU, y su investigador colaborador Aaron Katcher, demostraron a través de un estudio realizado en los años 80´s que cuando las personas interactúan con los perros reflejan una disminución de su presión arterial, y eso se traduce en una mayor relajación del organismo.
 
Más recientemente, investigadores en Japón hallaron que las personas que estaban unidas a animales de compañía experimentaban un aumento de las sustancias neurotransmisoras que ayudan a lidiar con el estrés, tan solo con mirar a sus perros.
 
La nota publicada por el periódico estadounidense advierte que una gran parte del estigma en contra de hablar con extraños en la calle desaparece cuando usted está caminando con su perro. Un estudio realizado en el 2000 encontró que un hombre que paseaba con su perro tenía tres veces más posibilidad de interactuar con otras personas que cuando caminaba solo. “Eso es porque los animales pueden actuar como facilitadores sociales”, según Beck.
 
Juego de perros
 
"El mayor placer de un perro es que su amo comparta con él un momento de diversión. A medida que envejecemos, es tan fácil complicarse con la rutina de trabajo y del hogar que a veces olvidamos cómo jugar. Pero si lo permites, tu perro puede ser un portal a una vida más visceral, al mundo imaginativo y emocional", dice Beck.
 
"Tener un perro en su vida sin duda le proporciona una salida para liberar a ese niño que lleva dentro, por así decirlo. ¿Cuántos de nosotros hemos actuado tontamente frente a nuestras mascotas, y seríamos incapaces de actuar así delante de nuestros amigos? ", dice Aubrey Fine, profesor de la Universidad Politécnica de California y experto en el vínculo humano-animal.
 
Jugar con su perro también centra su atención en aquí y el ahora. Así que cuando usted está hablando y jugando con su perro su mente no tiene mayores posibilidades de conectarse con preocupaciones. Se trata de una terapia que beneficia a ambos participantes y lo hace sentirse activo. 
 
"Salir de paseo un par de veces al día con su perro puede ayudarle no sólo a conocer gente, sino también a incorporar el ejercicio en su rutina diaria. Y usted ya sabe acerca de los increíbles beneficios del ejercicio, de lo emocional - más confianza y más bajos niveles de estrés – y de la física - como un corazón más fuerte, baja azúcar en la sangre, un sueño más reparador, un colesterol más bajo y mejor memoria", recuerda Fine.
 
Lo mejor es que estos animales son también motivadores. No es fácil encontrar un perro que de muestras de que está cansado de caminar. Por lo general, el que se cansa primero es el amo.
 
Los perros están muy en sintonía con los estados de ánimo de los humanos. Son un barómetro emocional. Una de las cosas que la investigación ha mostrado es que en miles de años de domesticación estos compañeros peludos han aprendido a leer nuestra conducta no verbal.