El 48 por ciento de los colombianos preferirían renunciar al sexo durante un mes antes que abandonar a su mejor amigo, el ‘smartphone’.

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La dieta digital: trucos para desintoxicarse de la tecnología

La alarmante adicción al móvil y a las redes sociales se ha convertido en un problema de escala mundial. ¿Es posible utilizar el teléfono y llevar una vida sana a la vez?

10 de noviembre de 2018

Cada vez es más frecuente ver familias reunidas alrededor de la mesa, con la cena servida, pero cada uno concentrado en su teléfono móvil, sin hablar ni comer. Y públicos que en vez de disfrutar el espectáculo por el que pagaron, se lo pierden por grabarlo para compartirlo en redes sociales. La adicción a los móviles –y a las aplicaciones sociales instaladas en ellos– son hoy una verdadera pandemia que, a juicio de expertos, está afectando seriamente la comunicación humana.

Diversos estudios arrojan datos alarmantes: el 48 por ciento de los colombianos preferirían renunciar al sexo durante un mes antes que abandonar a su mejor amigo, el smartphone, según el reporte de Phone Life Balance. Y un estudio encargado por Tigo Une arrojó que los menores de edad en Colombia dedican 3,5 horas diarias a interactuar con su móvil. Todas las mediciones realizadas en el último año encontraron datos que ubican el nivel de dependencia digital de las personas en la categoría de “excesiva”.

“Estoy convencida de que el diablo vive en nuestros teléfonos y está causando estragos en nuestros niños”, llegó a decir Athena Chavarria, ejecutiva de Facebook, en un reportaje de The New York Times. En realidad, para la mayoría de los expertos, la solución no es alejar a los niños de la tecnología, sino motivarlos a darle un uso saludable. Y como la irresistible adicción al móvil afecta también a los adultos, empieza a popularizarse la idea del detox digital.

Si en su dieta diaria predominan solo WhatsApp y Twitter, es probable que se trate de una víctima de las fake news, pues vive metida en un micromundo de publicaciones políticas acaloradas

Así como hay que alimentarse, también hay que conectarse al mundo en línea. Y del mismo modo que se puede comer bien y evitar malos hábitos alimenticios, también es posible llevar una vida digital saludable. Gustavo Entrala, experto español en tendencias e innovación, ha desarrollado un menú personalizado para vivir lo digital en forma positiva.

Primero, según el experto, resulta conveniente revisar los hábitos personales. Facebook, por ejemplo, es una fuente poderosa de tiempo malgastado en pantalla. Las personas suelen revisar esta red entre nueve y diez veces al día, con un promedio de entre ocho y diez minutos por sesión. ¿Y qué beneficios aporta?: “Básicamente sirve para conocer la agenda de cumpleaños de tus amigos”, dice Entrala. Es conocida la depresión y el golpe a la autoestima que produce la diferencia que los usuarios encuentran entre su vida y la que otras personas publican en las redes. “Si vas a Facebook solo a mirar, vas a quedar deprimido”, explica el experto; por lo que recomienda desde conectarse a Facebook para mirar, interactuar y conversar con sus conocidos hasta desinstalar la app del móvil y dejarla solo en el computador para utilizarla de manera más fecunda y evitar distracciones.

Los síntomas de intoxicación digital son fáciles de detectar. Si ocupa su tiempo digital solo en WhatsApp, Facebook, Instagram, Messenger y Candy Crush, entonces “¡busque una ocupación pronto!”, afirma el experto. Eso muestra que la persona necesita mucha aprobación ajena o se la pasa interrumpiendo la vida de los demás. Si en su dieta diaria predominan solo WhatsApp y Twitter, es probable que se trate de una víctima de las fake news, pues vive metida en un micromundo de publicaciones políticas acaloradas y de conversaciones solo con personas de su misma ideología. Un tercer tipo de ‘enfermedad’ digital afecta a quienes pasan mucho tiempo en Amazon y otras tiendas en línea, pues se convierten en compradores compulsivos que afectan gravemente sus finanzas personales. Para estos últimos, recomienda enviar a la ‘lista de deseos’ del sitio lo que quiere comprar, pero no hacerlo inmediatamente. Al revisar la lista días después, a lo mejor encontrará que no es una prioridad para usted.

Entrala propone utilizar una “pirámide nutricional” para establecer prioridades según un diseño de vida digital personalizado, bajo el principio de que no todos deben consumir las mismas cosas. En la base de dicha pirámide hay que identificar un proyecto y dar prioridad a las aplicaciones que ayuden a conseguirlo. En primer lugar estarán, desde luego, las aplicaciones que sirven para el trabajo y la vida laboral: el Office, Dropbox y un calendario. El segundo nivel abarcará el desarrollo personal, con agregar apps para formarse y aprender, como Wikipedia y Google. En el tercer nivel estarían las de relaciones, como las populares WhatsApp y Facebook. Y en el último las prioridades de salud, para la que existen aplicaciones de meditación, fitness y entretenimiento.

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Pacto de familia

Los expertos recomiendan en forma consistente establecer pactos en familia para controlar la vida digital. En este aspecto aparecen medidas como restringir los lugares para conectarse en la casa o los momentos para hacerlo, como, por ejemplo, durante la cena. Hay familias en Europa que empiezan a limitar el número de pantallas en casa; es decir que no habrá más de tres o cuatro pantallas encendidas al tiempo, incluyendo televisores, teléfonos, tabletas y videojuegos. Estos pactos no solo incluyen prohibiciones y reglas, sino también estímulos. Algunos padres cambian la contraseña del wifi cada día para que los chicos solo la conozcan cuando hayan tendido la cama y ordenado el cuarto. Y hay planes digitales en familia para los fines de semana, como una sesión de karaoke o juegos grupales en la Xbox. Lo importante es que los padres no se desentiendan de la vida en línea de sus hijos, que monitoreen sus hábitos y que compartan con ellos la cultura tecnológica, mientras propician reglas sanas de consumo digital.

El periodista español José Luis Orihuela recomienda un tratamiento de desintoxicación digital progresivo, que comience con desconexiones diarias graduales: una hora al día sin tocar el teléfono, luego un día a la semana y después un fin de semana completamente desconectado. “Hay que desconectar más para conectar mejor”, dice.

Hábitos saludables

Estas recomendaciones ayudarán a mejorar su dieta digital:

  • Silencie o retírese de los grupos de WhatsApp, excepto los laborales.
  • Monitoree su tiempo diario en pantalla. Los nuevos sistemas operativos Android y iOS incluyen herramientas para medir el uso de las redes sociales.
  • Establezca un lapso de cada día en el que no utilizará el teléfono y respete radicalmente esa restricción. Desactive las notificaciones del celular: correos, mensajes de WhatsApp, recordatorios, novedades de Netflix, todo.
  • Priorice el uso de apps de productividad, educación y entretenimiento y desinstale las que más problemas de adicción le generan. Úselas solamente en el computador.
  • Amplíe y enriquezca el número de apps que utiliza y reduzca el tiempo que dedica a Facebook, Instagram y WhatsApp. Hay miles de aplicaciones más.
  • Utilice Pomodoro, una app para focalizarse en el trabajo sin distracciones. El método propicia la concentración en una tarea durante 25 minutos, sin recibir mensajes ni alertas del móvil.
  • En Navidad no regale un iPad a su hijo; obséquiele un juego de construcción, que estimula la creatividad y la actividad manual.
  • Converse frecuentemente con sus hijos acerca de sus hábitos digitales y de sus sitios favoritos.
  • Detecte las habilidades de sus hijos y apóyelos con herramientas digitales. Así ellos tendrán alternativas para moderar la hegemonía de las redes sociales en sus vidas.
  • Converse más con personas de carne y hueso en la calle y la oficina y reduzca las conversaciones mediante el teclado.