En redes sociales como BigJock, ManJam o Connexion, la comunidad gay y Lgbt tiene sus perfiles. En esta nueva tendencia, hay cabida para todas las preferencias

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Un mundo enredado

Redes sociales para melómanos, solteros, enfermos y hasta para mascotas... El 2007 será recordado como el año en el que las comunidades de Internet se tomaron el mundo.

Camilo Andrés Amaya. Periodista de SEMANA
15 de diciembre de 2007

Si bien la historia de las redes sociales virtuales viene desde una década atrás, nunca como en 2007 sitios como Facebook, MySpace o Bebo habían dado tanto de qué hablar. Cientos de miles de personas crearon perfiles, se unieron a grupos, buscaron amigos de la infancia y compartieron archivos. Se estima que 500 millones de usuarios alrededor del mundo pertenecen al menos a una de estas redes.

Según Hitwise, empresa que analiza las tendencias en la red, en el año que pasó, los sitios pornográficos por primera vez no fueron los más visitados por los jóvenes estadounidenses de entre 18 y 24 años. Para este segmento, las redes sociales fueron las más frecuentadas, seguidas por los motores de búsqueda como Google o Yahoo. Según Bill Tancer, de la revista Time, en pocos años los servicios de mensajería instantánea como Hotmail o Gmail desaparecerán, porque los jóvenes prefieren cada vez más contactarse a través de sus redes. El momento es de la web 2.0, la nueva red en la que los propios usuarios producen los contenidos, en una cadena interminable.

Las Social Network Sites, como se les llama en inglés, también se están convirtiendo en la mejor oportunidad para promover productos a escala global, entre grupos específicos y a muy bajo costo. Las empresas publicitarias están detrás de estas gigantescas bases de datos por las que están dispuestas a pagar millones, ya que allí los potenciales compradores suelen revelar sus preferencias en cuanto a moda, música o gustos tecnológicos. Por eso los grandes negocios ya empezaron, aunque los aguafiestas pronostican que la web 2.0 va a estallar como una segunda 'burbuja .com' al estilo de la que entre 1997 y 2001 hizo quebrar a cientos de empresas virtuales. En octubre Microsoft compró el 1,6 por ciento de Facebook por 240 millones de dólares, una suma muy alta para una parte tan pequeña, si se tiene en cuenta que en 2005 News Corporation pagó 580 millones por todo MySpace. Si Bill Gates lo hizo, sus razones tendrá.

Como en botica

La masificación de estos lugares ha sido tan espectacular, que muchos gobiernos y empresas han optado por prohibirles la entrada a sus trabajadores para que no pierdan productividad o filtren información confidencial. El Ejército de Estados Unidos le prohibió a sus soldados el acceso a MySpace, y el gobierno de ese país ha propuesto que esos sitios sean restringidos para los jóvenes en escuelas y bibliotecas. Por su parte, los servidores públicos de Canadá tienen vedada la entrada a Facebook, y alrededor del mundo miles de empresas han prohibido el acceso a redes sociales.

La mala noticia para los enemigos de esta tendencia es que ya no se trata de sólo un puñado. Literalmente hay redes para todos los gustos y de nichos cada vez más especializados. Para los amantes de las fotos, están Flickr, Fotki, Zooomr y Fotolog. Los cinéfilos pueden discutir, calificar o recomendar sus películas favoritas en Flixter, y los melómanos pueden hacer lo propio en Last.fm, MOG, Sounpedia o Buzznet.

Quienes buscan pareja se dirigen a Flirtomatic o OkCupid, si se trata de heterosexuales, pero si son gay, pueden ir a Outeverywhere, BigJock y ManJam. O a Connexion, en donde se reúne la población Lgbt.

Y quienes creen que en el ciberespacio todos son iguales, están muy equivocados. Hay redes discriminadas por razas o lugares de origen, como en el caso de Blackplanet, para la población afro de Estados Unidos; AsianAvenue, para la población asiática; Migente, para los latinoamericanos; Cyworld, para los sur coreanos, o Tencent QQ, para los chinos. Hay otras tan exclusivas como Smallworld y BeautifulPeople, a donde sólo se puede acceder con la invitación de algún miembro.

Los amantes de las mascotas pueden acudir a Fuzzster para compartir con el mundo las fotos y los perfiles de sus mascotas. También están Dogster y Catster, en donde los dueños de perros y gatos tienen, según las razas, montados grupos, foros de discusión, consejos veterinarios y hasta planes de adopción. Hay 750.000 personas en la red Geni reconstruyendo sus árboles genealógicos y relacionándolos entre sí, y otros tantos aficionados a los vinos que tienen su red propia, llamada Snooth.

Quienes están preocupados por causas como el calentamiento global, la pobreza en África o la extinción de especies animales, pueden unirse a Care2, o a Takingitglobal, en donde se convierten en donantes, recogen firmas a favor de alguna causa o comparten recetas vegetarianas. Otra opción es Realitycharity, en donde el principal objetivo es recolectar fondos para causas filantrópicas.

Existen también las redes sociales médicas, en donde la idea es que pacientes de diferentes enfermedades puedan entrar en contacto con gente que sufre los mismos padecimientos, y así compartir sus experiencias o dar una voz de apoyo. Allí es posible recibir consejos médicos on-line totalmente gratis. En esta categoría se encuentran Dailystrength, Zoc.doc, Patientslikeme o Reliefinsite, entre otras.

Y los hombres de negocios también tienen su lugar y aprovechan redes como Xing, LinkedIn o VisiblePath, para conocer gente de empresas similares para hacer contactos o pedir asesoría.

La lista es interminable y el fenómeno tiende a crecer. Si bien es cierto que antes había comunidades de todo tipo, la diferencia es que estas redes son totalmente egocéntricas. Como dice un estudio de la Escuela de Información de la Universidad de California-Berkeley, "Las redes sociales están construidas alrededor de la gente, no de los intereses. Las primeras comunidades o foros de discusión estaban estructurados por temas , pero las redes sociales giran alrededor de la persona".

Actualmente, la teoría de los Six degrees, o seis grados de separación, está ratificada. Ésta sostiene que toda la gente del planeta se puede alcanzar a través de tan solo seis intermediarios. Hoy eso es especialmente cierto, pero con una pequeña variación: cualquier persona de la tierra está a menos de seis clics de distancia.