USELOS Y BOTELOS

Un nuevo tipo de lentes de contacto desechables promete reducir infecciónes oculares.

7 de noviembre de 1988

Pañales, encendedores, relojes de pulsera, vasos, servilletas, toallas, jeringas, cámaras fotográficas, máquinas de afeitar, son sólo algunos ejemplos de artículos que han hecho el tránsito hacia lo desechable.

De seguir así, pronto la mayoría de las cosas que rodean la vida cotidiana del hombre se consumirán con unos cuantos usos, para ser sremplazadas en un ciclo constante. Sin embargo, poca gente se imaginaba que el turno para convertirse en desechable le correspondería a unos objetos tan delicados y altamente personalizados como los lentes de contacto.

En efecto, la historia parece de "Aunque usted no lo crea". La compañía norteamericana Johnson & Johnson acaba de sacar al mercado "lentillas" que se tiran al cesto de la basura 8 días después del primer uso.

Las ventajas del nuevo sistema están, segun el fabricante, precisamente en la circunstancia de que se deben botar y por lo tanto no requieren limpieza alguna. Los usuarios de lentes tradicionales blandos saben muy bien que el proceso de limpieza no sólo toma cinco interminables minutos al día, sino que puede traer graves consecuencias. Los jabones utilizados suelen tener en sus ingredientes timerosal, una sustancia preservativa que es capaz de producir reacciones alérgicas en algunos pacientes. Se han llegado a reportar casos en que las lesiones han sido tan severás que se ha requerido el trasplante de córnea. Los lentes duros, aquellos que son de vidrio, tienen menos problemas en cuanto a la contaminación, pero como no deján "respirar" al ojo, pueden promover las infecciones.
Muchas bacterias se desarrollan más rápidamente cuando hay poco oxígeno, en este caso entre la córnea y el lente.

Según los fabricantes, la diferencia entre los nuevos lentes y los tradicionales, radica fundamentalmente en el método de fabricación, del que sólo se conoce que utiliza el material Etalficón A, el mismo que se venía usando, pero en proporciones diferentes. Mayores detalles no se han conocido, pues la compañía J & J, no sin razón, tiene poco interés en revelar el método de fabricación, si bien dispone de la patente a su favor.

Desafortunadamente, el precio de los lentes desechables refleja sus ventajas. Los blandos tradicionales tienen un valor promedio de US$225, que equivale a $71.775, mientras los nuevos, que se venden en paquetes de seis unidades, cuestan US$325, más o menos $103.675.

Tal vez por esa circunstancia, los especialistas creen que la nueva generación de lentes de contacto tardará algún tiempo en llegar a Colombia.
Aquí, según el doctor Edwin Garbrecht, de la Clínica Barraquer, los lentes que más se usan son los "gaspermeables", que permiten una mayor oxigenación del ojo, un factor muy importante dada la altura de Bogotá. Los lentes duros son también recetados con mucha frecuencia ya que tienen la gran ventaja de corregir defectos como el astigmatismo, si bien causan mucha molestia por su tamaño y consistencia.

Pero el mayor obstáculo para su implantación en Colombia es el precio de los lentes, que a primera vista parece excesivo. Sin embargo, algunos científicos consultados por SEMANA justifican la diferencia por la disminución significativa que se debe presentar en las infecciones de los ojos. Por otra parte, los lentes blandos de todas maneras deben remplazarse con frecuencia, debido a que están hechos de materiales frágiles que se dañan con facilidad, algo que sucede en ocasiones cuando se someten a un tratamiento para eliminar las proteínas acumuladas, lo que debe hacerse varias veces al año.

Por esas circunstancias, el precio de los desechables bien podría estar compensado con sus ventajas. No sería raro que, con el tiempo, los nuevos lentes comprobaran que lo barato sale caro, y entraran con bombo y timbales en el mercado colombiano de los cortos de vista. --