VANIDAD VS. SEGURIDAD

Los implantes de seno podran ser retirados del mercado. La polémica está al rojo vivo.

25 de noviembre de 1991


LA NOTICIA DE que los implantes de silicona para aumentar el tamaño de los senos podrían ser retirados del mercado, ha puesto en pie de guerra a las norteamericanas. Alentadas por la asociación de cirujanos plásticos, la semana anterior llegaron a Washington 400 mujeres de todas las edades y condiciones para abogar por uno de los rellenos más utilizados por la vanidad femenina.
Las autoridades norteamericanas de salud Food and Drug Administration están considerando la prohibición de la mayoría o de todos los implantes de silicona, en vista de que sus fabricantes no han suministrado suficientes datos sobre su seguridad. Aunque las agremiaciones de cirujanos plásticos sostienen que han utilizado los implantes por años con muy pocos problemas, varios expertos sostienen que el relleno de silicona puede tener severos efectos colaterales. Estos incluyen serias reacciones alérgicas, formaciones fibrosas alrededor del implante o rotura de la bolsa de silicona. Según nuevos estudios, el implante de bolsa de silicona puede deshacerse en el cuerpo, con lo cual se libera la sustancia lamada TDA que, se ha demostrado, produce cáncer en ratas de laboratorio. Los críticos también sostienen que la silicona filtrada del implante puede llegar a los módulos linfáticos y causar desórdenes del sistema inmunológico. También se les culpa de aumentar el riesgo de cáncer o, al menos, hacer más difícil la detección del cáncer de seno.
Según algunos estudios oficiales, ciertos implantes han tenido que ser retirados de las pacientes por ruptura. Por factores que aún se desconocen, la cubierta puede disolverse completamente en el lapso de cinco años y a mayor nivel de disolución, mayor riesgo de cáncer. Aunque algunos implantes tienen un revestimiento de poliuretano para evitar las filtraciones, si la silicona no es recubierta, una protuberancia de tejido puede crecer alrededor del seno, conduciendo a una dolorosa y antiestética contracción del músculo.
A pesar de estas evidencias, las mujeres y los cirujanos están resueltos a dar la batalla por la permanencia en el mercado de los rellenos. El mensaje de las mujeres es simple: los implantes son importantes para su bienestar físico y mental y alegan que ellas deben ser las únicas que pueden decidir si quieren o no utilizarlos y no el gobierno. Se calcula que dos millones de norteamericanas han recibido implantes de seno. El 80 por ciento los han utilizado por vanidad, para mejorar su figura, mientras el 20 por ciento restante son pacientes de una cirugía reconstructiva después de un cáncer. Sin embargo, para la mayoría, éste es un asunto personal, donde se mezclan sueños y autoimagen. Ellas y sus cirujanos plásticos aseguran que la decisión de tener un implante debería ser exclusiva de las mujeres y no del gobierno.
Del mismo lado están los fabricantes de implantes que han estado en el mercado por dos décadas quienes aseguran que los datos suministrados a la FDA para su aprobación, son confiables. Se trata de 500 páginas de sólida documentación cienfífica, dice Robert Rylee ejecutivo de la Dow Corning Wright Corporation, el más grande fabricante de implantes de seno de los Estados Unidos.
Sin embargo, esto no es suficiente para la FDA y para las mujeres que han sufrido severos efectos colaterales. A comienzos de este año la agencia notificó oficialmente a las compañías que deberían presentar nuevos estudios sobre seguridad. Según la FDA los datos suministrados hasta ahora no responden cuestiones cruciales. La opinión de las autoridades de salud es que los estudios han sido realizados en grupos muy reducidos de mujeres, no contemplan todos los posibles efectos colaterales y se ha hecho un seguimiento demasiado corto dos años sobre las usuarias. El próximo mes, un comité de expertos de la FDA se reunirá durante tres días y sus recomendacios serán la última palabra en esta polémica.