En los países desarrollados, desde hace años se aplican fuertes normas para que la operación aérea sea segura

Seguridad aérea

Vuelo retrasado

La industria aérea mundial reportó que en el último decenio se redujeron en 65 por ciento los accidentes aéreos. Pero en Colombia los cielos aún siguen nublados. Tan sólo en este año van 24.

20 de octubre de 2007

La semana pasada los pasajeros a bordo del Airbus A340 de Sri Lankan Airlines no lo podían creer. Desde sus ventanas vieron cómo el ala de la nave en la que llegaban rozó la de un Boeing 747 de British Airways que salía para Singapur. El incidente sucedió en el aeropuerto de Heathrow, uno de los más congestionados del mundo.

A pesar del susto, lo cierto es que hoy día viajar por avión en el mundo es más seguro que nunca. Según un reporte de la industria aeronáutica, los accidentes fatales han disminuido 65 por ciento 10 años después del fatídico 1996, cuando la Casa Blanca se vio obligada a exigirle al gremio la meta de reducir en 80 por ciento los accidentes aéreos. En 1997 había un accidente por cada dos millones de despegues. Hoy se presenta uno por cada 4,5 millones.

La cifra sorprende porque en diferentes partes del mundo se siguen reportando accidentes aéreos. Pero William R. Voss, presidente de la Flight Safety Foundation, le explicó a SEMANA que "si calculáramos el número de accidentes potenciales usando la estadística de millas voladas y usando el porcentaje de accidentalidad de 1996, los 11 casos grandes reportados en 2006 habrían sido 30".

Para el experto Alberto Maya Restrepo, sin embargo, esto no quiere decir que todos los países hayan pasado el examen. "Aunque la seguridad sí ha mejorado en el nivel mundial, los promedios son promedios" y cuando esta información se desglosa, se observa que hay países más atrasados que otros.

Colombia es uno de esos. El estado de muchas de las pistas es lamentable, como lo demuestra la información presentada en un foro sobre seguridad aeronáutica en la comisión sexta del Senado. Este año se han presentado 24 accidentes y 17 incidentes, sin incluir los no informados, pues en el país aún no existe la cultura del reporte, ya que ello puede significar que las empresas sean descertificadas. Sólo la semana pasada murieron 25 personas en accidentes aéreos en el país. Tampoco existe un estatuto aeronáutico que sirva para regular la jornada laboral de los pilotos, sus compensaciones laborales y las reglas de seguridad que tanto las compañías como la Aeronáutica deberían cumplir.

El coronel Álvaro Montes, experto en seguridad aérea, dice que falta, además, un organismo parecido al National Transportation Safety Board, de Estados Unidos, una junta nacional de seguridad en el transporte, encargada, desde una perspectiva independiente, de estudiar los accidentes con miras a establecer correctivos para que no vuelvan a suceder. "La Aeronáutica no puede ser juez y parte. Cuando hay un fallo, es difícil acusar al ente para el cual se trabaja", dice Montes, quien fue investigador de esta entidad y se retiró porque encontró esta incompatibilidad. Esa interferencia hace que las investigaciones no sean reales, sino políticamente correctas.

La flota de aviones colombiana también es vieja. La de los Llanos Orientales, por ejemplo, es la más antigua, en su mayoría compuesta por aviones DC3 de los años 40. Pero esto es lo de menos, según el capitán Mauricio Leyva, vicepresidente de la Federación internacional de Pilotos, pues un avión nuevo como el Embraer de AeroRepública, que se salió de la pista del aeropuerto de Santa Marta, también es susceptible de accidentarse. "Esto sucede porque no funciona el sistema. Si el factor humano no se tiene en cuenta, si la pista no está en el nivel óptimo, si lo técnico es descuidado, ahí tenemos los accidentes", dice

El incremento en la seguridad se debe a las lecciones que han quedado de los accidentes, al menos en los que se ha podido establecer una causa. Esas investigaciones, según Maya Restrepo, han dejado ver que el 75 por ciento de los errores son humanos. "No sólo el piloto falla, sino también el que reparó mal el alambre, el que puso mal una ventana, el controlador aéreo". Según Voss, estos estudios también han detectado que el 50 por ciento de los accidentes ocurre durante la fase de aproximación y aterrizaje. El 50 por ciento restante, en el despegue y al ascenso, en el carreteo y en la fase de crucero.

Pese a que los accidentes ayudan a esclarecer las fallas, las autoridades aéreas están buscando otra fuente de información diferente a ésta para mejorar la seguridad aérea. Han adoptado una visión más proactiva, que consiste en identificar riesgos y priorizar las acciones a partir de analizar la información de vuelos normales. Esto se hace usando un sistema de reporte mediante el cual los pilotos, los mecánicos y otras personas involucradas en el proceso comentan problemas que normalmente pasarían de largo. En Colombia, desafortunadamente, la situación es muy distinta. Las empresas no estimulan la cultura de la información y mucho menos de que lo que se informe llegue a la Aeronáutica, pues ello implicaría hacer evidente una falla en la seguridad y perder certificaciones de calidad e incluso clientes. "Debe haber cultura para que se incentive el nivel de reporte. Actualmente quienes lo hacen son catalogados como presagiadores de desastres. Es absurdo, pues para saber que hay problemas en el sistema, lo último que debe ocurrir es un accidente", dice el capitán Leyva,

Una lástima, pues este tipo de acciones son las que realmente salvan vidas. Voss logró demostrar en un estudio que las aproximaciones no estables, es decir, aquellas muy rápidas y a un ángulo muy agudo eran un factor de riesgo en dos tercios de 76 accidentes o incidentes serios en el mundo entre 1984 y 1997. Gracias a esos datos, la aerolínea US Airways hizo un estudio concreto sobre los riesgos de aproximarse al aeropuerto de Charlotte en Carolina del Norte, donde los aviones entraban muy rápido y a un ángulo muy alto. Convencidos de los nuevos resultados, la FAA luego cambió el procedimiento para todas las compañías.

Toda la industria se ha esmerado en disminuir la accidentalidad. Los aviones son más seguros y cuentan con instrumentos sofisticados como GPS y alarmas sistematizadas que indican proximidad a la tierra o a otro avión. El problema en Colombia es que la flota es muy antigua y no se han adoptado ciertas normas básicas para evitar accidentes, a pesar de ser sencillas y poco costosas. Por ejemplo, es fundamental que los aviones y los helicópteros que operan en Colombia tengan oxígeno para cada vuelo, de modo que pueda ser utilizado por los pilotos en caso de que tengan que subir a más de 10.000 pies de altura. Si no lo hacen, podrían sufrir de hipoxia y en estas condiciones es difícil tomar decisiones lógicas. Esta es una causa de accidentes en el país.

El gran reto sigue siendo el factor humano. Según Jim Burin, director técnico de la Flight Safety Foundation, en 1985 se estableció que el 70 por ciento de los errores eran de la tripulación. "En los 22 años desde cuando ese reporte fue dado a conocer, ha habido muchos avances tecnológicos, pero muy poco progreso en ese reto específico", dice en el reporte. Esta fundación dicta cursos en todo el mundo y dentro de los temas que incluye está mejorar la comunicación de la tripulación con los controladores de tráfico aéreo, mejorar la visibilidad, disminuir la contaminación de las pistas por animales u otros objetos, y reforzar la importancia de divulgar y compartir la información sobre el tema.

El otro reto es disminuir los accidentes en las plataformas de los aeropuertos, como el ocurrido en Heathrow. La fundación calcula que en el mundo, cada año, ocurren 27.000 accidentes e incidentes en los terminales aéreos, es decir, uno por cada 1.000 despegues. Esto ocasiona 243.000 heridos y un costo para las aerolíneas de 10.000 millones de dólares al año.

Como se puede ver, los retos en Colombia son mucho más grandes. Afrontar esos desafíos es lo que pretende el senador Ramón Elías López con el proyecto de ley para establecer en el país un estatuto aeronáutico que regule la operación y cree un organismo independiente de la Aerocivil para la investigación de accidentes. Con el proceso de globalización cada vez va a haber más carga, más pasajeros y más operaciones aéreas. Si no se toman correctivos, esto significará que los accidentes y los incidentes van a seguir en aumento en el país, mientras en el mundo la cultura de la seguridad sigue adelante.