Yenis ha sido operada más de 20 veces y aún no cumple los 30 años de edad. | Foto: Cortesía Yenis Lugo

PERFIL

Yenis Lugo es la reina de la cirugía plástica

La mujer de 27 años dice que aquello que la hace atractiva y encantadora sólo se encuentra en un quirófano.

Catalina Rojano, colaboradora de Semana.com
2 de enero de 2014

Sus senos sobresalen como si pidieran a gritos ser vistos por toda la humanidad. Su trasero es más redondo y puntudo que cualquiera antes visto. Su rostro contiene mucho de ese no sé qué que lo plástico deja entrever y suele lucir tan lejano a lo natural. Y unos tacones de 18 centímetros realzan la figura de Yenis Lugo, quien mide 1,70 metros y a sus 27 años –recién cumplidos- dice con orgullo ser la reina de las cirugías, un estatus que se ha ganado tras ser intervenida en el quirófano en 21 ocasiones.

Antes de cumplir 19, Yenis usaba ropa holgada para disimular el sinnúmero de “imperfecciones” que ella consideraba tener. Una vez cumplida esa edad, hizo su primera incursión en el mundo de las cirugías plásticas, cuando le practicaron una lipoescultura que no sólo la liberó de la grasa acumulada en su papada, brazos, piernas, abdomen y espalda, sino que también le dio la bienvenida al que ahora es casi su segundo hogar: el quirófano.

Yenis afirma que no hay nada que le aporte mayor importancia a una mujer que su propia apariencia física, de ahí a que su afición por las cirugías vaya en aumento a medida que pasa el tiempo.

A la fecha, se ha hecho más de cinco liposucciones, tres rinoplastias, modificaciones de mentón y pómulos; relleno de labios, cuatro cirugías de aumento de mamas; una inyección de grasa y una implantación de silicona en los glúteos (con la prótesis de mayor tamaño en el mercado); además de una marcación abdominal realizada hace menos de cuatro meses.

Según Yenis, la primera vez que acudió a un cirujano plástico lo hizo buscando "sentirse bien", para mejorar su autoestima. Dado que su talla original de brasier era 30, dice que “no tenía senos”. Con ayuda del bisturí fue aumentando el tamaño de los implantes de silicona de 100 en 100 centímetros cúbicos.

Empezó con 400 cc, y ya va por 750 cc. Mientras presume de la ausencia de estrías en su busto, Yenis dice que esos aumentos han sido directamente proporcionales con el crecimiento de su amor propio.

Para Danilo Diazgranados, médico de la Universidad del Rosario, psiquiatra y psicoanalista de la Universidad del Bosque, las personas que como Yenis buscan, o tienen como uno de sus valores principales, la perfección, padecen de una patología del pensamiento acerca de lo que sienten y piensan sobre sí mismas. Según el especialista, en ese tipo de casos "se sufre de obsesión por el perfeccionismo, la cual se ve representada en la falsa ilusión de que la autoestima se va a mejorar a través de una cirugía plástica".

Yenis es gerente en salud y se desempeña en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Universitario de Sincelejo (Sucre), el único lugar donde guarda recato, dado que debe vestirse con la indumentaria que requiere un espacio como ese. “Ahí soy irreconocible, pero a lo que salgo del hospital, se me vuelve a ver mi silueta”, dice.

En contraste con ese trabajo, Yenis se dedica también al modelaje. Es la imagen de la Sociedad de Cirujanos Plásticos de la Costa y varios centros de estética de la región; además, ha participado en concursos de belleza como Colombia Sensual y Chica Play Boy, entre otros en donde ha llegado a ser nombrada “la reina del bisturí”.En tal sentido, ella argumenta su forma de vestir -que es poco recatada-, dado que “ahora sí puedo mostrar lo que tengo”, a lo que añade que “aparte, estoy vendiendo una imagen a mis cirujanos y patrocinadores. Ellos me pagan para que yo muestre”. Son precisamente las clínicas y centros de belleza que ella publicita los que financian el costo de sus cirugías.

Según Yesid Martínez, quien ha operado la totalidad de las veces a Yenis, “el cirujano propone y el paciente dispone” y afirma que el caso de Yenis Lugo es excepcional, dado que –según dice- ella ha adquirido una especie de adicción a la cirugía plástica que la lleva a querer “más y más” a medida que se hace los diversos procedimientos.

Yenis considera que en todas partes del mundo se encuentran mujeres con busto y trasero voluptuosos; para ella, “mujer natural no hay, no existe”. Asegura que las únicas que cuentan son las niñas de dos años de edad, pues piensa que desde que una persona se arregla las uñas, se depila las cejas y se cepilla el cabello, "ya deja de ser natural".

Para muchos en las redes sociales, el cuerpo de Yenis es desproporcionado. Sin embargo, ella se defiende y dice que su figura es armónica: “el tamaño de mis glúteos, mis senos, mis piernas y cintura está proporcionado. Todo es uniforme en mi cuerpo”. “Mi rostro, labios exagerados no tiene; me veo como una Barbie con busto y trasero de volumen”, agrega.

Según Felipe Zapata, cirujano plástico, estético y reconstructivo de la Universidad Nacional Autónoma de México, hoy en día lo que prima es la inconformidad en el ser humano para consigo mismo. Sin embargo, “hay límites en lo realizable y las recomendaciones del cirujano siempre deben conllevar al concepto de proporcionalidad”, afirma el médico.

Yenis, quien considera que la mujer más encantadora es la que está “operada”, piensa que de 20 personas, 19 quieren tener su cuerpo. Dice que aquellas mujeres que la critican negativamente, lo hacen porque la envidian y que los hombres que también desaprueban su apariencia física, simplemente son homosexuales. "Sólo los gays pueden criticarme porque quieren ser como las mujeres", afirma.

Según Diazgranados, una persona que tiene la autoestima tan elevada posee un pensamiento megalomaníaco: “una idea delirante de grandeza que la hace pensar que es superior a todo el mundo”.

Yenis dice saber que todas la critican, “porque a la larga quieren es tener su cuerpo, no por más”. Frente a esto, el psiquiatra precisa: “lo que hay en el fondo es un sentimiento de inferioridad que necesita ser compensado, y una manera de hacerlo es diciendo todo lo contrario de como en el fondo se siente”.

Diazgranados considera que, aunque no todas las personas que se someten a cirugía plástica tienen trastornos mentales, en el caso de Yenis –quien dice no tener ningún referente para imitar, pues “ninguna es competencia para ella si se observa lo especiales que son sus proporciones”- podría decirse que sí, dado que en ella se ve una patología mayor a la que “desafortunadamente” los cirujanos no parecen prestar atención, algo que –según el psiquiatra- raya con la ética profesional.

Yesid Martínez, el cirujano de Yenis, dice que nunca ha estado de acuerdo con el volumen de su cola, pero que en vista de que su paciente quería tenerla más grande, terminó colocándole una prótesis tras haberle injertado grasa. “En Yenis hay armonía de la cintura para arriba, pero de ahí para abajo el volumen posterior no va con el resto del cuerpo”, dice Martínez.

“Yo le llamo la atención a todos los hombres, desde el más pobre hasta el más rico”, dice Yenis, quien cuenta que aquellos que han sido pareja suya son tipos adinerados, empresarios en su mayoría. Según la médica, un hombre siempre busca que la mujer lo haga ver, que lo haga notar a donde llegue. Y más si se trata de personas con mucho dinero.

Las siliconas de Yenis se insertaron detrás del músculo y de las glándulas mamarias, las cuales quedaron expuestas para que pueda amamantar en un momento dado. Ella adora a los niños, sueña con ser madre alguna vez.

Por ahora Yenis entrega a Oriana, su sobrina de seis años, el amor que le profesaría a una hija. Yenis describe a la pequeña como una hermosa rubia de ojos azules, que considera la reina de su casa y de su vida. Una mona de piernas largas y grandes glúteos que, cuenta su tía entre risas, “heredó lo suyo pero en lo natural, no en lo plástico”.

Según Yarledys Lugo, hermana mayor de Yenis –y madre de Oriana-, su hija se ve muy inclinada hacia el modelaje, “no sé si por ver a la tía en tantas revistas dice que va a ser modelo”, dice. El próximo año piensa inscribir a Oriana –tan pronto cumpla los siete- en una academia de modelaje. La familia quiere que empiece a participar en concursos de belleza desde ya.

Yenis, quien gracias a su aspecto físico se ha convertido en el orgullo de la familia Lugo, dice dichosa que su sobrina posa ante las cámaras de forma muy parecida a ella. Y expresa, sin reparos, que “a Oriana la podemos dejar sin cirugías por ahora. Pero si llega a necesitar alguna, va para el quirófano”.