Imagen obtenida por la sonda Dawn a 100.000 kilómetros de Vesta, tomada el primero de julio de 2011. | Foto: NASA/JPL-Caltech/UCLA/MPS/DLR/IDA

ASTRONOMÍA

Cita de la NASA con un asteroide gigante

La sonda espacial Dawn comenzó una visita de un año al asteroide más brillante que se observa en el firmamento: Vesta.

Alianza BBC
16 de julio de 2011

La agencia espacial estadounidense, la NASA, dijo que la nave no tripulada se encuentra ahora en la órbita de Vesta, situado a 188 millones de kilómetros de nuestro planeta.
 
Dawn estudiará la superficie del asteroide y enviará imágenes en primer plano de sus incontables cráteres.
 
Las primeras fotografías que ha tomado en su acercamiento a Vesta muestran a este inmenso cuerpo como si fuera un balón de fútbol agujereado, el resultado de una colisión del pasado que lo dejó sin su región polar del sur.
 
Este asteroide de roca fue descubierto en 1807.
 
En aquel momento se pensó que era un planeta, por su gran tamaño. Pero con el tiempo perdió esa categoría, a medida que los astrónomos comprendían mejor la diversidad de los componentes del Sistema Solar.
 
Con sus 530 kilómetros de diámetro, Vesta es el segundo objeto de mayor masa en el llamado Cinturón de Asteroides, que gira alrededor del Sol entre Marte y Júpiter.
"Ventana al origen".
 
Los asteroides son comúnmente descritos como desechos de la formación de los planetas, hace 4.500 millones de años.
 
La NASA dice que son "una ventana al origen del Sistema Solar" y que por eso es importante estudiar a ejemplares como Vesta.
 
Los científicos explican que los asteroides son cuerpos que han tenido diferentes etapas de evolución: en algún momento se calentaron y comenzaron a desarrollar diversas capas en su corteza.
 
"Creemos que Vesta tiene un núcleo de metal, probablemente de hierro, rodeado de roca de silicato", le comenta a la BBC Chris Russell, investigador principal del proyecto.
 
"Y en algún momento de su historia perdió su parte inferior. Esto liberó gran cantidad de material, y parte de él llegó a la atmósfera de la Tierra. Uno de 20 meteoritos que se han visto caer en nuestro planeta han sido vinculados a Vesta", añade Russell.
 
La sonda Dawn es impulsada por un motor de ion. Los ingenieros la colocaron en curso para que sea atraída por el campo gravitacional del asteroide.
 
Inicialmente, la sonda se mantendrá a 16.000 kilómetros de Vesta, pero esta distancia será reducida progresivamente.
 
El objetivo es que se acerque a unos 200 kilómetros de la superficie del asteroide, aunque sin tomar riesgos innecesarios.
 
"Queremos bajar lo más posible, pero sin que Dawn se estrelle", dice Russell.